Nota 1. 8 de septiembre, martes
¿Cuál es mi nombre real? No lo sé... Aunque en este lugar me llaman Sophía. ¿Qué es este lugar? El reformatorio para chicas de la señorita Macklowins. No sé su localización exacta, sólo sé que está en alguna parte de Londres, una parte donde hay muchos árboles, apartado de todo y de todos. Estoy aquí desde que tengo memoria, aunque la verdad no es como si recuerde mucho.
Me he criado en este sitio. No he logrado aún llamarle casa. Las personas aquí son raras y te miran de una manera fría y espeluznante. ¿Y qué puedo decir acerca de mi compañera de cuarto? Pues, de todas las chicas de este reformatorio esta es la menos normal. Ella me asusta. No habla, no come, no se mueve, sólo se queda donde siempre: sentada en el borde de la cama y mirando al vacío. Su rostro no tiene expresión, sin embargo sus ojos casi grises, expresan miedo, trauma, terror. He intentado hablar con ella. Pero las pocas veces que me responde sólo dice: Diario, 10:00 pm, planta, puerta. Primero lo dice lentamente, una pausa entre cada palabra, luego va más y más rápido hasta que comienza a convulsionar. Así pasó la última vez, la enfermera se la llevó y regresó al día siguiente, estaba nuevamente en el mismo sitio, con la misma mirada perdida, aunque sonriendo. Una de esas sonrisas que provocan escalofríos.
Ya que ella no hace nada, yo debo hacer el trabajo de ambas. Aunque no me quejo ya que a la hora de la cena (la única comida de el día) me sirven un pedazo de pan. Lo escondo sin que me vean debajo de mi saya y todas las noches, cada vez que puedo, salgo a escondidas y le doy mi pedacito de pan a Emy, ella tiene 8 años, es bajita, delgada y siempre trae en la mano un oso de peluche algo maltratado. Es muy pequeña, por lo tanto aún no sabe hacer nada, cada vez que rompe o ensucia algo la traen aquí. Por las noches le cuesta trabajo consiliar el sueño asi que se la pasa cantando. Siempre tengo que ir a callarla ya que la Sr Macklowing puede despertar y sabrá que cosas horribles le haría.
Mi única amiga aquí es la señorita Olivia, la maestra de matemáticas. Tenemos clases con ella sólo los sábados después de que hayamos completado las tareas. A todas nos agrada. Es la única persona aquí que sonríe. Nunca le devolvemos el gesto, se nos olvidó lo que es ser felíz. La amargura, el odio, la desesperanza invade los pasillos de este extenso lugar.
Bienvenido a el Reformatorio para chicas de la Srta Macklowing.
Editado: 09.02.2021