Capítulo XI

- ¡¡Ahhhhhhhhhhhhhh!! - Lanzo un grito al oír la voz de alguien regañarme. 
- ¡¿Qué haces aquí?! - Insiste pero yo no respondo. - La Sra Macklowing debe saber esto. - Me toma de la mano bruscamente y me saca al pasillo donde comienza a caminar rápidamente arrátrandome con ella.

<<Estoy en problemas>>

Juntando todas mis fuerzas intento escapar de su agarre. 
Logro soltarme y retrosedo algunos pasos. 
- ¡Ey! ¡Ven acá! - Se avalancha hacia de mi y me cubro con mis manos cerrando los ojos.

...

<<¿Por qué todo está tan tranquilo?>>

Abro lentamente los ojos y miro alrededor pero no veo nada. Todo esta completamente oscuro.
- ¡¿Quién está ahi?! - Exclamo al escuchar a alguien correr a mis espaldas. 
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi? - Me giro a todos lados pero sigo sin ver a nadie, sólo escucho la risa de una niña. 
Puedo sentir los pasos de alguien pero cuando volteo... nadie, sólo oscuridad. 
Una luz aparece frente a mi y la niña de antes con camisón blanco camina hacia ella mirando al suelo. 
De repente me mira a los ojos y grita. - ¡Despierta!

(***)

- ¿Qué te sucede? - Me pregunta Laura al verme sentada sobre mi cama con la cara apoyada en mis rodillas y la mirada perdida.

<<Sólo ha sido un sueño...>>

- Estás pálida, ¿estás bien?- Insiste Laura. 
- Estoy bien, sólo he tenido una pesadilla. 
- Vale...

La puerta se abre y Claudia, el ama de llaves, aparece en la habitación.
- Tienen 10 minutos para estar en el salón. - Nos informa y luego se va.

(***)

Nota 11. 14 de septiembre, martes.

El día transcurre normal, esta vez mi grupo y otro más  tuvimos que limpiar todo el reformatorio. 
Yo y las chicas de las habitaciones 35 y 37 limpiamos el 3er piso el cual cuenta con 16 habitaciones. Por suerte sólo tuvimos que limpiar el pasillo, las otras chicas del grupo limpiaron el resto.

Con un paño algo húmedo limpio el polvo de una cómoda que hay en el pasillo. El florero que adorna este está roto y sus flores secas pero nadie lo cambia. 
Comienzo a limpiar también sus cajones y en uno de ellos encuentro una linterna. 
- ¿Qué haces? - Me pregunta Laura. 
- ¡Dios! Me asustaste. 
- ¿Qué tienes ahí? 
Abro el paño y le muestro la linterna que escondí. 
- Oh, eso es bueno. ¿Tiene baterías? 
La abro discretamente y miro dentro. - Si, tiene. 
- Bien.
- ¡Oigan! No se distraigan.- Nos llama la atención Isabella, la amiga de Ávalyn y Ela de la habitación #35. 
- Lo siento. - Ambas pedimos perdón.

(***)

Terminamos exhaustas hoy, además de limpiar el pasillo tuvimos que barrer las hojas que cayeron de los árboles al patio. 
Luego de cenar fuimos a bañarnos a las duchas y próximamente fuimos a nuestras habitaciones donde nos encerraron como cada noche. 
Mientras todos dormían, Laura y yo estábamos despiertas como siempre:

- No enciende. - Digo tocando varias veces el botón "On" de la linterna.
- Dame. - Dice y toma la linterna, saca las pilas y las sopla y las restriega contra su cuerpo.
- ¿Qué has hecho? - La miro extrañada mientras introduce de nuevo las pilas en la linterna. 
- ¡Listo! - Exclama cuando enciende la linterna. 
- No tengo ni idea de lo que has hecho pero ha funcionado. - Digo tomando de vuelta la linterna. 
Me tiro al suelo y apunto la luz de la linterna al hueco de la pared donde solía estar la casa de Eliot, el ratón.
- ¿Ves algo? - Pregunta Laura. 
Muevo la luz por todo el agujero mirando atentamente hasta que alcanzo a ver que algo brilla.
- Creo que la he encontrado. Meto mi mano dentro del hueco y la tomo fácilmente. Cuando la saco miles de cucarachas comienzan a salir de este. 
- ¡Oh dios! ¡que asco! - Exclama Laura tapando su boca punto de vomitar.

Miro mi brazo y el hueco, y no puedo evitar que lágrimas escapen de mis ojos.
Es triste... en un agujero tan pequeño ha entrado mi mano. La comida en este lugar no es algo que abunde, por lo tanto...

- Bueno tenemos la llave... Oye, ¿estás bien? - Pregunta mi compañera al verme llorar. Limpio mis lágrimas y estrecho la llave en mi mano. - Estoy mejor que nunca.
Miro por la ventana y susurro. - Ya falta poco...