The File Does not Exist. (☆completa☆)

Capítulo XVII

Nota 17. 19 de septiembre, sábado.

No estaba muerta, oh no, no lo estaba. Ella respiraba. ¿Cuántos días lleva así? ¿Una semana? - Pienso acostada sobre mi cama.

Hoy fue un día largo. Una vez más tuvimos que limpiar el reformatorio, aunque sólo el 1er piso.
Dos de las chicas que limpiaban con nosotras fueron castigadas llevándolas al cuarto del castigo sin cenar, habían escondido el polvo barrido del suelo bajo la alfombra y el ama de llaves las pilló. 
Hoy no recibimos la clase de matemáticas así que todas nos fuimos desepcionadas a nuestras habitaciones. La profesora se había encerrado en su cuarto quejándose de un fuerte dolor de cabeza. 
En la cena de esta noche no vi a Emy. ¿Está bien? ¿Le habrán castigado? Espero que no. 
Comienzo a recordar aquellos cadáveres colgando de las paredes del sótano. ¿Qué hicieron esas niñas para merecer eso? 
Por un instante imagino a Emy allá abajo con el resto de ellas. No puedo soportarlo.

- ¿A dónde vas? - Me pregunta Laura desde su cama al ver que me he levantado. 
Tomo la llave maestra que escondí bajo el colchón de mi cama y camino hacia la puerta. 
- Debo comprobar que Camille esté en su habitación.
- ¿Camille? 
- Mi hermana menor. - Respondo y abro la puerta. - Espérame aquí. No me sigas. - Dicho esto salgo y cierro la puerta detrás de mi. 
<<No debo hacer ruido>>

Camino en puntillas por el pasillo hasta llegar a la sala y subo lentamente las escaleras. 
Cuando llego al segundo piso camino y cruzo pasillos hasta encontrar la habitación de Emy. Recuerdo que me había dicho hace un tiempo que era la #39
- Es aquí. - Digo frente a la puerta. 
Introduzco la llave en el cerrojo tratando de hacer el menor ruido posible. Abro lentamente la puerta y entro. 
Esta muy oscuro pero puedo ver algo gracias a la luz que se cuela por la ventana de barrotes. 
Reviso la cama de la derecha. Hay una niña pequeña durmiendo en ella. 
- ¿Camille? - Pregunto y la chica se mueve un poco cambiando de posición pudiendo ver su cara. Es ella. 
Sonrío, la arropo y beso su frente. 
- Buenas noches. - Susurro  saliendo de la habitación y cierro nuevamente la puerta. Suspiro aliviada.

Cuando estoy a punto de marcharme, oigo un ruido en el piso de arriba. Como un objeto estrellándose varias veces contra una puerta. 
<<¿Qué es eso?>>

Dudo en subir o no, pero al final la curiosidad me mata y... Bueno ya estoy en el tercer piso. 
El ruido cada vez se hace más fuerte a medida que avanzo por el pasillo. Doblo a mano derecha y miro donde termina este.
Es una puerta, el pomo de esta gira y alguien del otro lado toca la madera con desesperación. Intenta salir.

Me tomó un tiempo darme cuenta, pero esa es la habitación en la que vi a Macklowing parada en la ventana el miércoles pasado, cuando todas jugábamos en el patio salpicándonos el agua de las tinas con ropa sucia.
Esta es su habitación, pero... ¿Qué hace?

- ¡Déjenme salir hijas de perra! - Grita. Definitivamente es ella, reconozco su voz aunque noto algo extraño en ella. 
Bueno ya es bastante raro que esté encerrada, intentando salir y gritándole a quien sea que le esté gritando.

Me acerco lentamente a la puerta y me le quedo mirando. 
Macklowing para de gritar y de golpear la puerta. Se ha callado...
De repente un ojo mira por la ranura del cerrojo y yo doy un salto sorprendida. 
- Por favor, ayúdame. - Me dice llorando pero en un tono de voz dulce. 
¿Qué le pasa? Esta no es la Macklowing que yo conozco. Algo sucede con ella.

Escucho pasos en el pasillo por donde vine y me escondo.

El ama de llaves, la enfermera y la profesora de matemáticas llegan y se detienen frente a la puerta de la habitación de Macklowing. El ama de llaves abre la puerta y las demás entran. 
- ¡No! ¡No, por favor! ¡Déjenme! ¡Quiero irme! ¡Juro que no diré nada! ¡Lo juro! 
- A callar Macklowing. - Oigo decir a la profesora y luego, silencio...

Asomo mi cabeza a dentro de la habitación y veo como la enfermera inyecta un líquido en el brazo de Macklowing.

(***)

Cierro la puerta de mi habitación de un tirón y permanezco pegada a ella.
- ¿Qué pasa? - Me pregunta Laura somnolienta.  
- Macklowing, ella... ella no es quien pensamos, todos los demás si, la controlan. 
- ¿Eh? No entiendo nada.

Mi respiración es agitada, he venido corriendo escaleras abajo para que no me pillaran. Rezo porque no me hayan oído. 
- Macklowing, está atrapada aquí, como nosotras. Lo vi.
- Ay Sophía para, es tarde y no puedo entender lo que dices... - Y se vuelve a dormir.
- Macklowing no es. Ella no es, la controlan, la controlan. - Digo sentándome en la cama. - Todos son malos, malos muy malos. - Digo y me acuesto en la cama. Luego de esconder nuevamente la llave me acomodo y me quedo dormida susurrando cosas que ni para mi tenían sentido. Yo tampoco entendía nada.

 



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En el texto hay: fantasmas, chicas, reformatorio

Editado: 09.02.2021

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