The Five Senses

El sobre

El televisor de Frank se encendió solo. Las noticias estallaban como alarmas en un mundo al borde del colapso. El nombre que aparecía en cada canal era el mismo: The Masked Cobalt.

“El héroe sin capa o el villano con causa”, decían los titulares. Aquel que había secuestrado al presidente, detenido un helicóptero en pleno vuelo con sus propias manos, y luego… había sido asesinado por un extraño mercenario. Su cuerpo, según reportes, cayó desde un barranco de más de 2000 metros de altura. Nunca fue encontrado.

¿Está muerto? ¿Sobrevivió? ¿O fue recuperado por alguien más?
La posibilidad de que hubiera sobrevivido a una puñalada en el cuello y a esa caída brutal era prácticamente nula. Y aun así… la duda persistía.

Mientras tanto, el mundo se desplomaba.

Estados Unidos y Rusia se lanzaban misiles. Las infiltraciones enemigas habían encendido guerras internas en cada nación. China se había sumado al ataque contra Estados Unidos, y Corea del Norte se alineó con Rusia. Por otro lado, Alemania, Italia, Francia y España juraron defender a los norteamericanos, dando paso a un conflicto global sin precedentes.

La Tercera Guerra Mundial no era una amenaza. Ya estaba aquí.

Los noticieros hablaban de cuarentenas obligatorias. Las calles se vaciaban. Los supermercados eran saqueados. La comida comenzó a escasear. El crimen organizado y grupos terroristas aprovechaban el caos para sembrar terror en cada rincón del planeta.

Frank apagó el televisor. Lo que ocurría en el mundo era aterrador… y eso que él solo era un ciudadano suizo, de un país neutral. Aun así, ni siquiera en Suiza la comida era suficiente ya.

De pronto, escuchó que alguien tocaba la puerta. Un sobre fue deslizado por debajo. Al abrir, no vio a nadie. Solo el sobre.

Lo levantó, desconfiado. Tenía un sello ruso, y una advertencia: Confidencial.

Era una carta extraña. Estaba escrita usando recortes de letras de periódico. El mensaje hablaba de un proyecto secreto para “salvar al mundo” y solicitaba voluntarios.
Frank frunció el ceño. Le pareció ridículo… hasta que notó el resto.

Al desdoblarla completamente, descubrió un segundo sello oficial ruso, una dirección, y una hora exacta: 3:00 a. m., en un callejón cerca de su casa.
Y al final, una nota:
“Te pagaremos 80 mil francos. La mitad va incluida como garantía.”

Abrió el segundo sobre. Dentro había 40 mil francos, reales, perfectamente contados.
Verificó en internet el sello ruso. Era auténtico. Y el dinero, legítimo.

Frank no era rico. Aquella suma podía salvarlo por meses.
A pesar del temor… decidió asistir.

A las 3:00 a. m., llegó al callejón indicado. Una furgoneta gris se estacionó frente a él. Un hombre enmascarado bajó rápidamente y le disparó un dardo tranquilizante.
Antes de que pudiera reaccionar, le cubrieron la cabeza con una bolsa negra, y lo subieron al vehículo.

El mundo ardía. Y Frank… acababa de dar su primer paso hacia lo desconocido.



#120 en Ciencia ficción
#1968 en Otros
#360 en Acción

En el texto hay: experimentos, guerra, cinco sentidos

Editado: 06.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.