>Kerem<
De nuevo a la rutina: práctica de carrera con Osmán, paseo con Zeus y tomar unas fotografías para el estudio. Lo mismo de siempre, con la única diferencia que ahora tengo también a Melek... aunque no me ha respondido los mensajes desde la mañana, ha de estar ocupada.
-¡Zeus! Vamos amigo-
Osmán se había ido al trabajo, por lo que decidí hacer algo para sorprender a Melek esta noche. Dejé a Zeus en casa y salí a comprar lo necesario, luego volví y comencé a preparar todo lo planeado.
>Melek<
Ya estaba cansada, había estado haciendo fotos desde la mañana y puedo jurar que no puedo ni sonreír ya. No imaginan como me alegró el oír la palabra "terminamos" cuando revisaron la última foto. Rápidamente tomé mis cosas y salí hacia casa... estaba ansiosa por ver a Kerem, aunque más ansiosa estaba porque no me ha dicho que planeaba para hoy, sólo que sería una gran sorpresa.
Me puse aquel vestido rojo que había confeccionado una vez, me arreglé el cabello y luego de maquillarme salí directo a casa de Kerem.
*****
Me abrió la puerta y se quedó viéndome. Apenas entré quedé maravillada... por toda la sala había un camino de pétalos de rosas, me llevó hacia el jardín dónde estaba preparada una mesa decorada muy bonita y me hizo sentar corriendo la silla como todo un caballero.
-¡Vaya!-
Observé todo sonriendo.
-quería hacer algo especial-
-eres un amor-
Cenamos entre risas y anécdotas nuestras para conocernos aún mejor. Luego colocó algo de música y me invitó a bailar abrazando mi cintura.
-todo esta noche es perfecto-
Sin decir nada acomodó mi cabello hacia atrás y se acercó lentamente hasta besarme... okey... debo admitir que en ese momento comencé a sentir calor ¿Acaso estoy mal? ¿Kerem ha sentido lo mismo? Lo siguiente fue que nos dejamos llevar, acabamos en la sala sobre el sofá, él comenzaba a acariciar lentamente mi piel y... bueno... ya se imaginan que podría haber ocurrido ¿No?
>Kerem<
Abrí los ojos a la mañana siguiente con un tremendo dolor de cuello, y luego recordé que estaba dormido en el sofá. Bajé apenas la mirada y la ví a Melek, plácidamente dormida sobre mi pecho. Me moví con cuidado de no despertarla y cambiándome rápido fui a la cocina para hacer el desayuno.
Estaba haciendo el café cuando sentí sus manos rodear mi cintura hasta acabar en un abrazo.
-¡Buenos días!-
Se puso a un lado y me sonrió. Mi giré hacia ella viéndola directamente.
-sé mi novia-
Juro que noté un brillo en su mirada, pero no estaba seguro de que significaba exactamente, hasta que se apresuró a darme un corto beso.