Camila
Estoy sentada en el balcón de mi apartamento, con lágrimas que nublan mi visión, con millones de preguntas en mi cabeza y lamentablemente sin ninguna respuesta. Estoy destruida, rota si se podría decir, no puedo creer que este sentimiento se podía apoderar tan fuertemente de mí, era como si estuvieran atravesando mi corazón una y otra vez con un cuchillo, como si mi alma entera hubiese desaparecido ante ese recuerdo que creí haber borrado de mi mente, nunca creí que alguien podía hacer tal magnitud de daño con tan solo unas acciones, unas palabras, un simple gesto. Es increíble que siendo tan joven este así de destruida.
****
Muchas personas creerán que estoy exagerando, que posiblemente sea una chica dramática pero ustedes nunca sabrán lo que realmente se siente hasta que lo vivan, solo escribo esto como un tipo de desahogo para mi alma, porque lo necesito y no creo que un psicólogo me ayude en este momento. Quiero que en esta carta se refleje todo el dolor que esa persona hizo en mi vida, tanto en mi pasado, como el dolor que me produce los recuerdos que hasta ahora me invaden. Quiero escribir preguntas que algún día se las voy a decir, aquellas interrogantes que están constantemente en mi mente como un aviso del daño que me has causado en tanto tiempo.
Yo te di todo, absolutamente toda mi confianza, te apoye cuando nadie más lo hacía, ahora tú te vas; me dejaste aquí, con mi corazón, mi mente, mi confianza y alma destrozadas. Ahora solo quedan mis lágrimas que siempre están al pensar simplemente en ti y en lo cruel que fuiste, ¿por qué no te importo? ¿Es que acaso lo merecía? O tal vez tú solo seas alguien descorazonado sin ninguna pizca de sentimiento, un ser que no es capaz de sentir pero sí de hacer sentir a los demás, eres una persona totalmente despreciable. Ni si quiera mereces la misericordia de nadie, un ser con tanto odio no merece nada.
Dime, ¿Qué te he hecho yo para merecer tanta mierda de tú parte? ¿Es que acaso disfrutabas el verme sufrir? Cada palabra de odio se incrustaba en mi mente como si lo estuvieses tatuando en mi cerebro para que jamás se borraran. ¿Quién te crees que eres para hacerme eso? Parecías disfrutar cada vez que destruías una y otra vez mi confianza como un sádico placer que necesitabas, es realmente enfermo.
¿Te gustaba jugar conmigo? Ya sabes, siempre me diste falsas esperanzas, jugabas conmigo como si fuera una completa idiota y me molesta porque fui lo suficientemente estúpida para caer en tus trampas ,pero ¿sabes? Ya no más, no soy la misma que siempre lograbas manejar a tú gusto. ¿A caso te importaba lo que yo sentía? Claro, como puedo hacer tal pregunta para una persona que solo se fija en su propio culo nunca se fijaría en los sentimientos de los demás. Me imagino que para ti controlarme era una de tus actividades favoritas pero nunca te imaginabas que por fin me daría cuenta del monstruo que en realidad eres y por fin me alejaría de ti.
Siempre me pregunte si tú te imaginabas lo que yo sufría, posiblemente si lo sabías y te jactabas de saberlo, te encantaba y hacías alardes de que siempre volvería a ti con tan solo unas cuantas palabras bonitas, y lo peor de todo es que volvía a caer en el mismo circulo vicioso. Nunca jamás debí haber confiado en ti.
Hace menos de un mes me preguntaba: ¿Por qué tú, quién juraste que me amarías? Ahora veo que en realidad nunca me amaste, con todo lo que he escrito puedo ver que en realidad nunca lo hiciste. Una persona puede marcarte tanto de manera positiva, como negativa, tú solo marcaste odio en mí, marcaste desconfianza en mi misma y en los demás. Sembraste en mi esa semilla toxica y créeme que ha dado frutos. Enorgullécete, has logrado tú cometido, volverme una mujer deshecha y sin esperanza, te debo felicitar por destruirme, porque ni yo misma me lo podía creer.
¿Sabes? Pensar que si me diste buenos momentos, me diste recuerdos gratos. Como las veces que me llamabas para que saliéramos o las veces que mencionabas mi nombre seguido de un "te amo", me sentía segura pero ahora si escuchara tu voz créeme que no lo pensaría dos veces y te golpearía, lo haría sin dudar, no tendría remordimiento dejarte a medio morir, pues es lo que te mereces después de todo lo que me has hecho. Te mereces todo el sufrimiento del mundo, mereces sentir lo que yo siento ahora, espero que algún día alguien te haga lo mismo y que siente lo mismo que yo e incluso peor...