Después del incidente que pasó entre las chicas y Victoire, todo estuvo normal.
O el significado de normal que se le pueda dar a esa familia.
Lily y Lyra no se volvieron a reencontrar con la rubia, y ella a su vez, no mencionó nada del horrible encuentro entre las tres.
El primer año pasó volando para las pequeñas. Entre hechizos, pociones, clases para volar en escoba y entre otras cosas se les fue el año. No tenían casi nada de tiempo para nada, pues Lily le gustaba investigar y leer acerca de la historia de los magos u otras cosas, en cambio, Lyra en su rato libre planeaba bromas, y acompañaba a James y Vanessa en estas; aunque la morena solo participaba en el plan la mayoría de las veces, porque cuando se llevaba a cabo el acto, tenía miedo de meterse en problemas.
En este trayecto, Teddy tan solo se topó unas cuantas veces con su pelirroja, pues él cursaba su último año en el colegio, por lo tanto, estaba más ocupado que el resto de estudiantes, pues al fin y al cabo, estaba a punto de graduarse.
Victoire nunca le contó sobre su incidente con sus primas, por eso Lupin andaba sin conocimiento algunos sobre el problema de las chicas. En la Víspera de Navidad, Ted presentó a la rubia como su novia oficial delante de toda la familia. Obviamente, los padres y abuelos de ellos no quedaron satisfechos con la noticia, pero la aceptaron, a regañadientes.
Lily tampoco se tomó bien el anuncio, pero no le quedaba más que sentirse alegre por su mejor amigo, aunque la chica sea totalmente como Cruella De Vil, o la madrastra de Cenicienta.
Luego de las fiestas, todos volvieron al colegio, y los pocos meses que quedaban por terminar el curso, se dispusieron a realizar las tareas pendientes y estudiar para los exámenes próximos. Entre tanto y tanto, los encuentros entre Lily y Teddy disminuyeron, hasta el punto de solo saludarse en los pasillos.
El rubio era el más ocupado de los dos, porque debía sacar Excelentes en sus notas para poder graduarse e ir a la Academia para Aurores Jóvenes.
Lily estaba emocionada por el suceso, aunque no se enteró específicamente por la boca de su amigo.
Y así transcurrieron las semanas, hasta que el colegio dio por finalizado el curso, y con esto el abandono de Ted y Clara de Hogwarts.
Luego de esto, vinieron las vacaciones de verano, donde Teddy y Lily pudieron pasar más tiempo juntos y con la familia también. Pero, llegó 1 de septiembre y los chicos y chicas debían volver al colegio, y esta vez, sin los hermanos Lupin.
El Segundo año en Hogwarts fue tan cool como el primero, pues a principios de clases, Vanessa se trasladó al cuarto de las chicas, pero claro, sin el permiso de la Directora.
Solo una vez la descubrieron, pero en el resto de las ocasiones solo se pasaba por allá en medio de la noche, y hacía pijamada con ellas. Con el paso de tiempo, las tres se hicieron buenas amigas a pesar de su diferencia de edad.
Después de eso, vino la Navidad, pero Lily y Lyra no la pasaron con su familia, en cambio, se quedaron en Hogwarts porque querían experimentar como era la Navidad ahí.
Lily y Teddy no se vieron.
Transcurrieron los meses y las chicas tenían más tareas y proyectos. A veces pasaban con Vanessa, otras veces las dos, o incluso iban a la sala de Slytherin para ver a Hugo y charlar con él en los tiempos libres.
Y así, otro año terminó. Y con esto, Ted y Lily no se vieron, durante casi un año.
(...)
En las vacaciones de verano, los chicos y chicas podían disfrutar de largas horas de sueño, y acostarse tarde, leyendo o viendo películas. Usualmente, se levantaban a las 9 o 10 am para recién bajar a desayunar y luego ponerse a ver la televisión.
Pero, desgraciadamente, ese día tuvieron que levantarse temprano... todos.
En el cuarto de la pelirroja, Potter dormía pacíficamente con las colchas encima, su cabello lacio disuelto por la almohada, y bueno... un poco de baba seca en su barbilla.
¿Qué?
Nadie es perfecto.
De pronto, se oyó un chirrido proveniente de la puerta. La abrieron y la cerraron.
Lily se movió entre sueños e hizo caso omiso del ruido. Pasaron unos segundos en donde no se escuchaba nada, sólo una lenta y suave respiración.
La ojiverde se asustó, e iba a abrir los ojos, pero alguien se lanzó encima suyo y soltó un grito.
- ¿Qué...? ¿Quién...? - farfullaba la chica empezando a enfadarse, hasta que vislumbró una maraña de cabello rizado negro, y una piel bronceada del cuerpo de la otra persona. Se dio cuenta que la persona era pequeña y no pesaba tanto. Iba a preguntar quién era, cuando su rostro se giró al suyo y vio unos grandes ojos grises con toques azulados en algunas partes.
Era Lyra Black. Y estaba tan despeinada y hecha miércoles como ella. Soltó un bufido.
- Black. ¿Qué rayos haces aquí? -cuestionó la pelirroja.
- Tía Ginny dice que debemos bajar a desayunar. Ahora. - y se desplomó de nuevo sobre su amiga con cansancio.
Lily tuvo que maniobrar para hacer a un lado a la pelinegra y coger su celular para revisar la hora.
Las siete y media.
¿Quién en su sano juicio se levanta a las siete y media en vacaciones?
Es una locura - pensaba Potter mientras se paraba e iba al baño a lavarse los dientes; se agarró el cabello en un moño flojo para no parecer tan greñuda.
Fue hasta su cama y le pegó una nalgada a Lyra. Esta última gruñó.
- Levántate, holgazana. Debemos bajar a desayunar. - Black gruñó de nuevo en respuesta.
Lily tuvo que esperar a que su amiga se levantara y vaya al baño a hacer lo mismo que ella y recién bajar a la cocina.
Cuando bajaron, todos (o la mayoría) estaban sentados a la mesa, esperando su desayuno.
Potter se sintió mejor cuando vio que todos tenían una cara de zombie por haberse levantado tan temprano. Ella tomó asiento a un lado de James, pero no vio quien estaba sentado en la otra silla junto a ella, y Lyra tomó asiento al frente suyo.