The Journey of the Lifeless

CAPÍTULO 12: TRISTES POR SIEMPRE

Esta historia, sus personajes, conceptos y demás están protegidas por: La Dirección Nacional de Derecho de Autor, con número de registro:10-1064-400.

CAPÍTULO 12: TRISTES POR SIEMPRE

07 de octubre/año 1574 (d.d.c.h), Lisben-Tesalónica/ Castillo de los London Byron.

  • ¡No te hagas el listo! – Gritó Roma vestida con una saya roja.
  • No entiendo cuál es tu maldita necesidad de estar alzando la voz a cada rato, en serio me produces jaqueca. – Replicó Hernesto vestido de civil. Ambos se encontraban en un salón enorme, no tan grande como el del palacio de Kouh pero sí conservaba algo de aquella estética.
  • ¡Acordamos que no serían más de 100 invitados para la boda! ¿Por qué demonios invitaríamos a los Bestiga Menora?
  • Porque son lo más cercano que tengo de una familia, no puedes ser tan putamente egoísta de solo invitar a los amigos de tu padre.
  • En primer lugar, te recuerdo que si por mí fuera ni siquiera habría boda. – Aclaró amenazante.
  • Por desgracia quieras o no tendremos una puta boda así que voy a invitar a los Bestiga. – Dentro suyo estaba temblando, pero por fuera se inflaba el pecho como el hombre de la casa.
  • ¡Solo ver tu maldita cara me irrita! – Chilló. - ¿Sabes qué?, haz lo que te plazca, me vale mierda. – Luego, se encerró en un cuarto azotando la puerta hasta casi dañarla.
  • Nunca pensé que la misión más difícil de mi militancia del ejército rebelde sería algo como esto. – Murmuró el rubio tocándose el entrecejo.

13 de octubre/año 1574, Dimanti-Tesalónica/ Templo de Kouh.

  • Estoy muy nervioso Yunáz. – Confesó Hernesto parado en el altar al lado de su amigo. Llevaba puesta una túnica azul de bordados plateados.
  • Ni me lo digas a mí, ¿por qué rayos tuve que ser yo el padrino?
  • Nuestro líder se encontraba en Coliseum lidiando con el ejército rebelde. Tú eras mi única opción de lo más parecido a una figura paterna viva y que podía asistir.
  • ¿Me ves como a una figura paterna? – Preguntó el capataz.
  •  Lo más cercano a una dije.

El templo de Kouh en Dimanti era una estructura sagrada para los Laykhos. Las paredes del interior fueron hechas a base de mármol blanco, y los pilares que soportaban el techo eran de mármol negro. Los adornos de plata predominaban en cada uno de los rincones del lugar, y como era de esperarse, había decenas de banderas y alfombras azules con búhos dibujados por todos lados.

  • ¡Ahora le daremos la entrada a la novia! – Anunció un sacerdote politeísta parado al frente de un atril.

Un pálido hombre comenzó a tocar el órgano junto a un par de músicos de cuerdas que estaban al lado del altar. Una brigada de mayordomos ingresó por la puerta del templo, ubicándose en dos hileras verticales mientras arrojaban flores de color azul y violeta. Al ver el espectáculo, el sacerdote y el capi se miraron extrañados, y el rubio solo pudo hacerle una sonrisita nerviosa.

  • Siempre queriendo llamar la atención. – Pensó.

Dramáticamente, apareció Roma con un ramo de flores caminando por la alfombra con la elegancia que la caracterizaba. Llevaba puesto un vestido corsé violeta de seda, con su diadema aplacándole perfectamente el cabello, más varias joyas en manos, muñecas, orejas y cuello. Además, iba tomada de la mano por su padre, y su madre la acompañaba por el otro costado.

Los invitados estaban maravillados por aquel hermoso momento, aunque tal vez unos más que otros…

  • ¡Ese es mi muchacho! – Exclamó Arnold sollozo. – No puedo creer que mi hijo creciera tan rápido.
  • No es tu hijo papá, solo es el exprotegido de tu primogénito. – Replicó un joven de cabello castaño.
  • ¡Callate Mathew! – Reprochó con sus ojos llorosos. - Déjame vivir este momento como el padre ejemplar que soy, y no vuelvas a nombrar al imbécil de tu hermano. Faltar a su posesión como capitán es una cosa, ¿pero faltar a la boda?, imperdonable.
  • Creo que si él te considerara como su padre te hubiera escogido a ti como padrino en vez de a Yunáz.

Los London Byron dejaron a su querida hija en las manos del prometido, y sin decir nada se ubicaron al lado de Yunáz, quien se encontraba de pie a unos metros del novio.

  • El día de hoy estamos aquí. – Dijo el sacerdote leyendo un libro blanco y dorado. - Para unir a Roma London Byron “el ángel” “la prodigio”, capitana del quinto batallón de Tesalónica y futura duquesa de la familia real, con Hernesto Bonaponte “el guerrero de espinas”, capitán del sexto batallón de Tesalónica.
  • Que hermosa es nuestra hija, ¿no crees amor? – Preguntó Beatriz.
  • Simplemente es perfecta cielo, con solo verla se me llena el corazón de amor.

Todos los demás presentes se encontraban en sus asientos viendo la ceremonia. Y algo que hay que resaltar es que no solo eran 100 personas, eran mínimo algo más de 200.

  • Lady Roma, ¿ve en los ojos de su prometido al búho que vigila su regazo?, ¿a los canarios que la despiertan a la madrugada?, ¿al monte que alimenta su hogar?, ¿al destello del trueno que le avisa de la tormenta en el crepúsculo?, ¿al fuego del sol que responde sus incógnitas antes de dormir?
  • Sí, lo veo todo. – Respondió con una sonrisa.
  • Capitán Hernesto, ¿ve en los ojos de su prometida al mar que le intriga descubrir?, ¿a las estrellas que le indican el camino en la oscuridad?, ¿al aire que le recuerda respirar?, ¿al rayo que recorre sus venas?, ¿a la luna que lo invita a no parar de razonar?
  • Sí, lo veo todo.
  • ¡Entonces!, que la luna y el sol sean uno para siempre, del mismo modo que declaro a esta pareja como una sola alma, y una sola carne. ¡Qué la llama del amor de Zigmund e Ira los acompañe en esta nueva unión! ¡Bésense igual que la primera vez!



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En el texto hay: fantasia, guerreros, horror y drama

Editado: 25.04.2023

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