The Kingdoms

Capitulo 4

Cuando ingrese a la sala pude percatarme de las miradas lascivas de parte de varios de los miembros que yacían sentados alrededor de la mesa. Misma que me permitía observar con cierta nitidez mi figura.  

— Señores, me pueden informar de que trata todo esto — tome asiento despreocupadamente cruzándome de piernas.  

Ellos por su parte se limitaron a intercambiarse miradas entre sí, como si se estuviesen dirigiendo en un idioma diferente. 

¡Patético! 

Rodee los ojos enseñando mi disgusto y sin apartar mi vista del anciano pude darme cuenta de que no se trataba de nada bueno. Fue entonces, que todas mis sospechas habían sido resueltas con tan solo ver la presencia de él.  

— Voy a empezar por agradecer la presencia de todos ustedes y disculparme por haberme tomado el atrevimiento de molestarlos — se desajustó el nudo de su corbata para proseguir con su discurso — Pero las circunstancias, que lamentablemente nos vemos afectados por atravesar, lo ameritaban — 

Por mi parte , me limite a juguetear con el bolígrafo, cuando sabes con seguridad de todo lo que estaba sucediendo prestarle atención a las palabras del inconsciente aquel solo era una perdida de tiempo. 

— Como habrá llegado a sus oídos el heredero de Egipto falleció — el silencio hizo acto de presencia en la sala por un momento — No obstante, según las investigaciones pertinentes se logró encontrar el cuerpo flotando en las aguas del mar rojo ... — 

Como era de esperarse inmediatamente las miradas se encontraban impuestas hacia mí. 

— ¿Qué va a suceder con las alianzas? — 

— ¿Qué va a pasar con Arabia? ¡No podemos permitir que se revelen! — 

— Las importaciones se van a ver afectadas, el comercio se va a venir en declive, imagínense lo que van a hablar las demás naciones... — 

— ¿Se pudo dar con el responsable de esta aberración? — 

El bombardeo de preguntas no se hizo esperar y la tensión ocupo un papel protagonico en el ambiente. En ese momento , me mantuve en silencio observando al sujeto de toda discordia quien por un microsegundo levanto los labios insinuando una sonrisa que trasmitía la burla misma.

 ¡Ay, Atenea bríndale la sabiduría necesaria para no cometer una insensatez!

— Todos somos consiente que fue un asesinato, un atentado hacia la corona ... —alzo la voz provocando de esa manera la atención se viera impuesta en él.  

Demasiado tarde 

— No me parecería raro que la responsable de este hecho este presente entre nosotros — se levantó de su asiento con pasos contundentes hasta quedar frente a mí — ¿Cómo has sido capaz de matar al primogénito de Amónt? — pregunto con fingido tono de sorpresa y pena — Te toca hacerte responsable de tus actos, linda — susurro cerca de mi oído y volvió a su compostura haciendo una seña hacia la puerta del armario.  

Apreté con fuerza el puño por debajo de la mesa y siguiendo con la postura relajada escuché los murmullos y las acusaciones del resto.  

— ¡Silencio! —dijo John quien se encontraba con el ceño fruncido y la mano en su mentón — Daniel , ¿Te encuentras seguro de lo que acabas de decir? Que pruebas tienes para... — giro su rostro quedándose unos segundos viéndome — Tal acusación — 

¡Si Conner, deléitanos con tu ignorancia! 

Me cruce de brazos observando el panorama con atención, no iba a negar que me parecía muy divertido tal asunto.  

 Sin embargo, el pelinegro al escuchar las palabras del jefe, se acercó hacia aquellas puertas y abriéndolas agarro el bulto envuelto en sabanas blancas para luego dejarlo sobre la mesa. 

— Pueden examinarlas por su propia cuenta — de un solo tirón las quito dejando en evidencia el cuerpo del egipcio ante todos.  

Tomando, de esa manera, por sorpresa a la mayoría de los presentes quienes evitaban mostrarse impactados por tal hecho. 

El cuerpo inerte de Aamir se encontraba allí, magullado y con sus ojos completamente abiertos. Causaba cierto escalofrío aquella expresión facial de su rostro y su piel notablemente morada como reseca te hacían desviar la mirada de él. 

—Como pueden observar el arma, corrección puñal atravesó la zona estomacal más de una vez — se colocó un guante blanco y metió su mano en la herida — Puedo calcular unos 20 o 23 cm de profundidad ... — 

No pude evitar no taparme la nariz, el fuerte olor a putrefacto que desprendía el cuerpo era insostenible.  

— ¡Basta! — dijo uno de los hombres al cual le había provocado arcadas aquella acción.  

Conner, por su lado no le presto atención y siguió con lo suyo. 

— Podría decir que unas tres veces fue enterrada el arma en él, no podría ser muy específico porque estoy calculando unos 5 cm de ancho del puñal y ... — 

— ¿A dónde quieres llegar con todo esto? — lo interrumpí a la vez que soltaba un suspiro de pesadez.  

Todos nos encontrábamos expectantes por su respuesta y más de uno sacaba sus propias conclusiones de como podría haber cometido el hecho. 

 —A que el arma se trata de un pugio, una daga firme y resistente — quito su mano del muerto — Romana ... — se quedó viéndome fijamente con notable seriedad — Y entre nosotros, tú eres la persona que aprecia el armamento de la imperiosa Roma —

En ese preciso instante, el silencio hizo acto de presencia. Daniel Conner se encontraba bastante firme y seguro con lo dicho haciendo que algunos confiaran en sus palabras.Mientras que yo, no pude evitar reírme provocando que otros también lo hicieran. 

— ¡Wow! ¿Y todo eso dedujiste metiéndole mano al muerto? — sonreí ampliamente,a la vez,que me levantaba de mi asiento —-¿Por qué deberíamos confiar en ti? — levante mi mano dándole entender que no había terminado — Acabas de agrandar la herida — dirigí mi mirada hacia sus manos — Estás obviando el hecho de que Egipto está siendo un potencial proveedor del armamiento de Roma y ... — 




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