12 de Febrero del 2015.
Hora: 8:05 A.M.
Central de Policía Española.
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—El día de hoy, tenemos a un nuevo detective policíaco, que nos brindará su ayuda.
Se escucharon susurros en toda la sala. ¿Quién era el nuevo?, ¿Porque aqui?, eran las preguntas que se podían escuchar.
Se vio pasar a un detective Joven, las pisadas de sus zapatos se escuchaban y retumbaban en todo el lugar.
—Por favor, preséntese detective.
El comandante solo le cedió el lugar al nuevo.
—Hola, soy el detective Kenta Hitoshi, de la ciudad Tokio, Japón. He venido en representación del policía, Alberto Miramontes. He resuelto 12 situaciones, tengo la edad de 20 años.
«Detesto esto...» — Pensó.
—Dígame algo... Kenta. ¿Cómo podrá resolver los asesinatos en la más peligrosa ciudad de España? — Dijo aquél hombre mientras lo miraba fijamente.
—Tendría que ver las pistas, lo que han encontrado. De igual manera, vería los principales sospechosos. —Me sentía seguro. — Quiero resolverlo cuanto antes.
Era la presentación mas ridícula que ha tenido el detective.
—Eso sería todo, me retiro por el día de hoy. — Expreso mientras se retiraba del lugar.
«Por fin, acabé con esta basura» — Pensaba con tranquilidad.
—¡Hitoshi!— Arlette, mi acompañante que he conocido en 2 años, apareciendo en el pasillo, agitando su mano en el aire.
Quise dar una pequeña sonrisa, pero solo la espere.
—Oye, has crecido bastante. — Sus brazos estaban en el mio. —¿Porque eres detective?
—Es lo que me gusta Arlette.
—Tenemos que hablar. — Mientras me soltaba de mi brazo.
Esas palabras, le empezaron a extrañar a Kenta.
—¿De que quieres hablar?
—Del caso "254"
—Sabía por donde venia esto.
— ¿Recuerdas lo que pasaba en Japón?
En ese momento, Hitoshi recordó las palabras de su antiguo comandante.
"En España, es muy diferente, los asesinos matan, a sangre sucia, y al concluir el asesinato, escriben en la pared "254", es un misterio, ten mucho cuidado, quiero que regreses con vida"
—¡Claro que lo recuerdo, prometí que volvería con vida!
Hubo un gran silencio entre ellos dos. Arlette se arrepiente por haber hecho esos comentarios.
—Quiero cumplir mi promesa con el comandante Takashi.
—Lo cumplirás. — Había afirmado.—Siento haber realizado esos comentarios.
—No te preocupes, me hiciste reflexionar.
«Lo haré por usted, Takashi.»
—Sabes, me retiraré, nos vemos luego, Arlette.—Mencionó mientras le di un beso en forma de saludo, y se fue de ahí.
«¿Podré hacerlo?, ¿Cumpliré mi promesa?» — Esas preguntas, retumban en la cabeza.
Kenta colapso de la presión y decidió ir hacía su oficina.
Caminando moribundamente, a pocos pasos de llegar a su oficina, el cayo al suelo.
Todas las personas del lugar, rápidamente llamaron a una ambulancia. Puede ser un paro cardiorrespiratorio.
HORA: 6:27 P.M
Un tiempo paso... Kenta estaba mejor. Se despertó del terrible sueño.
El solo gemía de dolor, en efecto, por un momento se taparon las vías respiratorias.
—Disculpe, ¿puedo pasar a ver a Kenta Hitoshi?
Escuche una voz... Una voz femenina.
Que nunca había escuchado antes...
¿Quién sera?
—Por supuesto, solamente tranquilizarlo, y no darle una noticia, sea buena, sea mala, el ritmo cardiaco cambia por una emoción.
«Primordialmente a eso venía, a decirle... Que Takashi ha muerto.»
—Lo entiendo...
—¿Puedo saber su nombre? — Preguntó la recepcionista. —Es para el registro de visitas.
—Claro, mi nombre es Jade. Nacionalidad Española.
—Muy bien Jade, puedes pasar.
— Gracias.
Unos pasos se aproximan, parece ser que alguien vino de visita.
La puerta poco a poco estaba abriéndose, quería hacer el minimo ruido.
—¿Quien eres? —Preguntó intrigado.—¿Nos conocemos?
—Tu a mi no, pero yo a ti si, me llamo Jade, Jade Miramontes.— Reconoces el apellido, ¿no?
Editado: 06.02.2020