—No tengo la culpa... Kenta es el mejor detective que ha llegado a España, no puedo destituirlo.
Solo estaba en el rincón escuchando la discusión sobre si correrme o no.
—Digame Kenta. ¿Porque faltó un mes a su trabajo? —Esa pregunta me incómodo que la hicieran.
—Se lo diré solo a mi superior... Es un tema delicado para un tema de conversación.
—Kenta-san, ese hombre resolvió y encontró a los criminales de Japón, su mayor logro es encontrar al 5# más buscado internacionalmente. No podemos despedirlo por incumplido.
—Las reglas son claras, quiero una excusa bien inventada... Kenta.
Solo cerré el puño con fuerza... La pregunta maldita que se hacía presente cada vez más... Más... Y más en mi.
—Como repito... No puedo contarlo a cualquier persona.
—Despedido.
—Perfecto.— No podía decir todavía el motivo de mi ausencia.
—Espera, ¡Kenta! —Me grito mi superior.
—Yo le daré la razón de su ausencia, solo no lo despida.
—Tiene 24 horas para decirme la excusa. Puedes retirarte.
Estaba destruído, lamentablemente en esta época... Está esteriotipado que los hombres no lloran... Eso se romperá hoy.
Con mi maletín sobre mi mano, colocado en mi espalda, cabizbajo estaba paseando por los pasillos de la comandancia, sabía que este día llegaría tarde o temprano.
—¡Kenta! —Me grito Jack.
—¿Que haces aquí, pequeño?
—Estaba paseando por aquí, ¿Le pasa algo?
—Nada en particular, ¿Puedo ir a tu apartamento un momento?
—Por supuesto, venga.
Sabía que Arlette y Mike estaban ahí... Quería encararlos de una vez por todas.
—¿Porque quiere ir Kenta-san?
—Quiero saludarlos a todos.
—Se pondrán felices, más sus compañeros.
—¿Arlette y Mike están ahí?
—No se cuales sean sus nombres, pero si es una joven fea y un joven con cara de gruñón, entonces si, son ellos.
—Vaya descripciones, les queda a la perfección.
—Ellos... Nos contaron cosas muy malas de ti.
Los estoy considerando unos traidores... Tenemos largos años de conocernos. Me están jugando en mi contra... Eso son.
—Dime una cosa... Jack. ¿Es bueno dejar este mundo?
—¿En qué sentido lo dice, Kenta?
—No se de qué hablo... Estoy muy cansado.
—Puede llegar a descansar un poco.
—¿Porque me recibes muy bien en tu apartamento si nunca hemos hablado antes?
—Porque usted es como mi hermano mayor... El murió hace unos años por un grupo criminal. Me recuerda mucho a ti, ya que también era de Japón.
—¿Japón?
—Si, yo nací en España y mi hermano en Japón. Mis padres que ahora están en Noruega... Me dejaron aquí.
—¡Eso es de malos padres! — Le dije con mucho enojo.
—Lo se... Mi madre me llama cada día, mi padre me manda mensajes de como estoy y así. Tan malos no son.
—Me hubiera gustado que mis padres fueran así... Sabes.
—¿En dónde están tus padres, Kenta?
La misma pregunta... Solo que está formulada diferente... Pero no podía enojarme con Jack, me ha tratado muy bien.
—Mi madre está en Japón, mi padre está en Latinoamérica.
—¿En Latinoamérica?
—Si, visito México, Perú y por último está en Argentina, espero verlo algún día.
—Uno de mis sueños es viajar a Latinoamérica, justamente por esos países.
«Esos países son en dónde estaban los restos de mi padre...»
—¡Listo, llegamos Kenta!
Solo entre al hotel y fui a la habitación. Cuando entre estaba Arlette y Mike sentados esperando a que entrara.
—¿Que hacen aquí?— Pregunte un tanto molesto?
—Fuiste despedido, ¿Verdad? — Me pregunto Arlette.
—No es de tu incumbencia... Vayanse de aquí.
—No le hables así a Arlette, te lo advierto. — Me dijo Mike.
Solo tire mi maletín y me quite el saco. Sabía que esto iba a suceder.
—¿Y si no, que? — Pregunte.
—Se pondrá feo. — Me afirmó Mike.
—Espero se ponga peor.
Mike solo se levanta y se quita el saco.
Solo le dió el arma a Arlette y se acercó a mi.
—Como aquí debe de haber igualdad, Arlette... Si quieres pelear, adelante.
—Primero conmigo, canalla.
—Deseos son órdenes.
Tenía que acabar con la confianza de Mike... Y tenía que probar... Que el era un asesino.
Editado: 06.02.2020