The Last Descendant

Capítulo 57.

Las Aventuras de Manfred, Gurab y Nevado.

Capítulo 57.

Hay personas que saben de tristezas que tienen el efecto de encerrar y detener, los héroes llorar; y tal cosa es un indicador de que están vivos y que son mortales; que les puede pasar a ellos como a cualquier mortal.

Si lloran no hacen de sus lágrimas húmedas una tumba fría, al contrario, hacen de ellas una prisión fría e infructuosa.

La mayoría de héroes no viven de sus fracasos, más bien usan sus fracasos como plataforma de despegue para revertir esa realidad y las lágrimas son solo el combustible que los hará vivir una nueva aventura.

Solo mírame a los ojos en esta oscuridad y encuéntrame en tus pensamientos, de esta forma entenderás por qué estás encerrado… las horas pasaban y Gurab no comprendía por qué estaba encerrado, solamente recordaba haber visto a Manfred y a Nevado por última vez antes de ser secuestrado por un hombre mitad animal.

G.- Manfred, Nevado, ¡¡¡Ayúdenme!!!

No había respuestas por parte de los mencionados, pero una sombra se abría paso entre las sombras de la cueva caminando al frente de Gurab, que cuando intenta caminar a dónde está la misteriosa persona, se da cuenta de que está encadenado de manos y pies y aunque podía caminar no podía llegar más cerca de ella, a la que solo podía verle una sonrisa ladina.

La obscuridad invadía cada vez más aquel tenebroso lugar… Gurab trataba de entrar a la mente de su secuestrador, pero tenía mil escudos, no podía penetrar sus pensamientos, no lograba encontrar una conexión para engañarlo y escapar, tenía vendado el cuello para que su diamante rojo no pudiera alumbrarle el lugar, no tenía su armadura ni su traje, solo llevaba puesto un pantalón… Su torso estaba herido, parecía que lo hubieran atacado mientras estaba inconsciente, pero ¿Quién era este hombre, mitad animal que recordaba y dónde estaban Manfred y Nevado que no aparecían?

Solo Dios sabe lo que les podía estar pasando en estos momentos, las palabras desconcertantes de su agresor entonces captan su atención…

-Mírame a los ojos, dime lo que ves, el paraíso perfecto desgarrándose por las costuras, desearías poder escapar, no quiero fingir, quisiera poder borrarlo, hacer que tu corazón crea que soy un mal mentiroso… Y ahora que lo sabes, eres libre de marcharte.

G.- ¿Quién eres?, ¿cómo sé que eres un mal mentiroso?, ¿qué es lo que quieres borrar? ¿Dónde están mis amigos?

-Gurab, Gurab ¿tan pronto te olvidas de mi?, mírame a los ojos y dime a quién ves

Gurab dudaba en hacerlo, pero este hombre mitad animal acercó su rostro hasta la línea que dividía la luz de la obscuridad, y Gurab llevó sus manos a su boca impresionado: no podía creer que realmente estuviera viendo a Geno.

G.N.- impresionado ¿no?

G.- ¿Cómo es que estés vivo si Jasper te despedazó?

G.N.- ¿Ves esta línea que nos separa?, si la cruzo desaparezco… Ahora soy parte de la obscuridad, tu obscuridad Gurab y me ayudarás a regresar a la vida tarde o temprano.

G.- Geno hermano, ya hiciste mucho daño…¿ por qué no me sueltas y lo arreglamos como gente civilizada?

G.N.- Gurab, pero si tú estás dormido, yo no te tengo encerrado: despierta, Gurab despierta.

Gurab se despertó sorprendido dándose cuenta de que estaba dormido en la Astronave con Manfred y Nevado; era de noche, estaban sobrevolando el Antártico, la Astronave estaba en piloto automático… ¿era realmente un sueño el que tenía o realmente estaba viendo a Geno?

Si esto era cierto, era evidente que estaba obviando un factor, un detalle de la muerte de Geno, quizás era como él mismo: decía un mal mentiroso…

De un momento a otro, Manfred despierta en medio de la noche y nota a Gurab un poco desorientado.

M.-Hey Gurab que sucede...

G.- No lo sé Manfred, es difícil de explicar.

M.- Escúpelo, ya que es lo que tienes, tú no me engañas, te conozco bien…

G.- Manfred ¿crees que Geno realmente murió?

M.- Gurab, ¿acaso te resetearon el cerebro?, a Geno lo desmembraron y esparcieron por el universo sus restos, está muerto, no hay manera de que sobreviviera a ello...

En ese momento Nevado se despierta y camina a dónde estaban sus compañeros.

N.- Qué bonito… Una reunión de media noche.

M.- ¿Te despertamos Nevado?

N.- Apenas te das cuenta cabrón… Mejor duérmanse que tengo sueño.

El grupo de amigos se durmió y al despertar a la mañana siguiente Manfred comenzaría a enseñarle a Gurab a pilotear la Astronave, pero era inútil, Gurab siempre terminaba a punto de estrellarla, hasta Nevado logro pilotar mejor que Gurab y eso que es solo un perro.

N.- El pendejo dice ser Mentalista y no puede manejar la Astronave.

G.- Cállate Nevado o juro que te llevaré dónde Bolívar para que regreses.

M.- Señoritas, ¿será que por un momento pueden dejar de pelear?, y tú Gurab, ¿cómo puedes dejarte vencer por Nevado?

Una aparición repentina de los Invasores de Plutón dejó desconcertado al grupo de amigos que estaban debatiendo entre ellos.




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