The Last Descendant

Capítulo 58.

Capítulo 58.

Manfred comenzó a pilotear la Astronave, no sabían exactamente como encontrarían la calavera del tiempo, solo sabían que esto tardaría mucho tiempo, así que mientras Nevado dormía lo dejaron con Bolívar y regresaron a México, dónde una tribu comenzó a guiarlos en una expedición de una semana, pues les presentarían al Último Descendiente de su Dios, realmente Gurab y Manfred estaban emocionados por conocerlo.

Adentrándose en la más profunda selva tropical, pasando grandes y peligrosos senderos, llegaron hasta un punto ciego dónde ya no podían continuar.

Detrás de esa pirámide, los guiará el último descendiente de nuestro Dios.

G.- Gracias.

Manfred y Gurab siguieron el camino detrás de la pirámide, pero no se percataron de que conseguirían a Nevado, siendo alimentado con frutos rojos por nativas del lugar.

N.- Llegaron, los estábamos esperando…

M.- Esto tiene que ser un chiste porque lo acabo de dejar con Bolívar dormido.

G.- Ahora si me jodieron, ¿qué rayos hace Nevado aquí y cómo llegó?

N.- Retírense, quiero hablar con los enviados un momento.

Las nativas asienten y salen dejando a Nevado y a los chicos a solas.

N.- Muy bien cabrones, ahora si me van a escuchar, la aventura es de los tres, no quiero que me vuelvan a dejar por fuera.

M.- Nevado, estás fingiendo ser un último descendiente… sabes que te mataran si se enteran.

N.- No tenía opción, ustedes me abandonaron y me excluyeron, tenía que hacer algo.

G.- ¿Cómo hiciste para regresar a la actualidad sin la Astronave Nevado?

N.- Esos son mis secretos.

M.- ¿Desde cuándo tenemos secretos entre nosotros?

N.- Desde hoy carajo…

Nevado volvió a llamar a las nativas y ellas comenzaron a guiarnos hasta una de las entradas ocultas a la pirámide, pues dentro deberíamos encontrar la calavera del tiempo… lo que ninguno sabía era que para tomarla debías dejar algo del mismo peso para no activar las trampas ocultas.

Al entrar, los tres estaban muy atentos de cada movimiento, no podían pisar en falso, ya que cualquier movimiento dónde no era podía costarles la vida.

M.- Coño Gurab, muévete, tienes que agarrar la calavera del tiempo y dejar tu cabeza en ese pedestal.

G.- Coño si mamaguevos… ¿no quieres que de casualidad también te sirva el Té aquí mismo Manfred?

N.- Bueno, par de idiotas, coloquen una roca y se acabó, no tenemos tiempo.

De un momento a otro las nativas entraron corriendo con el jefe de su tribu.

-Ese no es un último descendiente, ese es un impostor, el último descendiente murió hace millones de años: mátenlos…

G.- Paticas paquee las quiero: CORRAN MUCHACHOS , CORRAN…

El trío corrió como si no hubiera un mañana con la calavera del tiempo, en ese momento no había sendero que no pudieran atravesar… Nevado iba encabezando la carrera que tenían, mientras los nativos venían detrás de ellos lanzando lanzas y flechas para detenerlos, pero eso poco le importo a Manfred quien al ver la Astronave no dudó un segundo de con su Tablero de mando situado en su antebrazo, encenderla y abrir las puertas, para mientras comenzaba a despegar, el grupo se atrevió a lanzarse sobre aquella escotilla abierta dejándose recargar en el piso de la nave y recobrando el aliento.

N.- Cielos muchachos, eso fue bastante divertido, hagámoslo otra vez…

M.- NEVADO, no vuelvas a colocarnos en esa posición tan alarmante ¡¡¡son of a bitch!!!...

G.- Yo pensé que sería la cena de alguien esta noche.

De un momento a otro mientras sobrevolaban los cielos y guardaban la calavera del tiempo en un fuerte, Zahyir aparece dentro de la Astronave asustando a Gurab y Nevado que estaba discutiendo en ese momento como de costumbre, pero Zahyir no tenía idea alguna de que Nevado podía hablar, por lo cual Nevado al verla se quedó en un silencio total.

Z.- Gurab, Manfred, que bueno encontrarlos, necesito que me acompañen a la tercera dimensión a conocer al rey de Thule.

G.- ¿Ese no es el rey del cual nos comentó una vez RN?

Z.- Es el mismo Gurab, espero que no tengan inconveniente en ir acompañados de una bella joven.

G.- Estaré ocupado Zahyir, Osiris necesita ayuda en el inframundo, ya me comprometí, pero para la próxima te acompañaré.

Z.- Bueno, entonces Manfred cuento contigo, espero conocer una bella señorita.

M.- Sí que la conocerás, su nombre es Guraba.

Nevado y Gurab abrieron los ojos a más no poder… Zahyir solo se limitó a acceder y volver a desaparecer de la Astronave, dejando a Gurab impresionado.

G.- Manfred, yo sé que soy guapo y lo demás, pero no te acompañaré.

M.- Lo harás Gurab o mejor dicho Guraba.

G.- No puedo creer lo que voy a hacer…

N.- Bueno, par de tortolitos, me complace decirles que en la tercera dimensión encontraremos las perlas de la vida y muerte, por lo cual tendremos que ir a juro.




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