Capítulo 61.
Nevado aprovechó la oportunidad de entrar y se posicionó en la cama del rey moviendo su cabeza haciendo que su collarín se activara y de él salieran unas pinzas, las cuales tomaron las perlas y las guardaron en su interior…
Nevado hacía muecas de burla a Gurab y salió entre el medio de las piernas de Gurab haciendo que este casi resbalara y el rey tomó su cintura haciendo contacto visual que desde otra parte del palacio era visto por Zahyir y RN.
RN.- ¿Qué carajo está haciendo Gurab?, ¿acaso está seduciendo al rey?
Z.- No tengo la menor idea…
Zif venía pasando y quedó impresionada al ver como el rey tenía agarrada a Guraba y le comento a RN:
Zif.- Hey bro… creo que el rey se enamoró de Guraba, pobre Manfred, se la van a robar…
RN.- Manfred es lo menos que importa, esa Ninfa bronceada no es otra más que tu amado Gurab disfrazado de mujer.
Zif.- ¿QUEEE?
Zif estaba enojada con Gurab, pero se controló al ver como Gurab se separaba del agarre del rey y regresaba a su recámara.
M.- No sabía que eras todo un Casanova Gurab, ahora conquistando al rey de Thule… Ja, ja, ja.
G.- Coño que querías que hiciera… nadie puede negarse a mis encantos.
N.- Bueno, princesitas a lo que vinimos, tenemos que regresar a la Tierra, esta noche tenemos que salir sin ser detectados, pues a dónde iremos nos convertiremos en millonarios y les advierto algo: el 90% es mío y el 5% de Manfred y el otro 5% es de Gurab.
M.- Nevado, tú como siempre tan ambicioso, ¿pero a dónde iremos.
N.- Nos vamos a saludar a George Washington, señores, robaremos el mapa a la ciudad perdida de oro.
G.- Tenías que comenzar por ahí primero Nevado.
Aquellos amigos comenzaron a arreglarse para salir de la recámara en la madrugada aunque el palacio estaba rodeado de guardias, por lo cual Manfred volvió a encender la Astronave en piloto automático desde su comando de operaciones del antebrazo y la Astronave se posó en el balcón de aquella recámara donde el grupo de amigos salió de manera inmediata de aquel palacio dejando solamente una nota que Zahyir entendería; y así fue cómo salieron de la tercera dimensión regresando a la Tierra a épocas pasadas dónde estaba George Washington.
G.W.- Vaya, pero si mira nada más el Mentalista y el Aviador visitándome, esto no me lo esperaba.
M.- George es todo un placer volverte a ver.
G.W.- Gurab mírate, nada más ya no eres un niño como la última vez que nos vimos.
G.- He crecido George, todos tarde o temprano lo hacemos.
G.W.- El famoso Nevado, el perro de Bolívar, no me digan que los tienen de cuidadores de perros ahora.
M.- Algo parecido.
Manfred hablaba con George mientras Gurab exploraba aquel gabinete rodeado de cuadros hasta que se detuvo a ver una pintura que parecía ser un mapa.
G.- George, ¿qué significa este cuadro de acá?
G.W.- Es un regalo de los indios blancos; dicen que es el mapa auténtico a una ciudad llena de oro, pero es mentira, esas tierras han sido exploradas ya y no se descubrió nada en absoluto.
G.- Quizás es algo que a simple vista no se ve.
G.W.- Es solo una leyenda, mejor deja eso y ven a tomar unos tragos con nosotros.
Gurab asintió no sin antes hacerle señas a Manfred que distrajera a George.
Nevado cubría que nadie entrara al gabinete, por r su parte, Gurab puso en práctica sus sentidos agudos e hizo una réplica exacta del mapa desmantelando aquel cuadro y suplantándolo por la réplica.
G.- Manfred, estoy cansado dame las coordenadas de la Astronave, quiero descansar.
G.W.- Estás raro Gurab ¿seguro qué te sientes bien?
G.- Estoy agotado, hacía un rato estuvimos con el rey de Thule en la tercera dimensión, por lo que es comprensible que esté agotado.
M.- Toma, estas son las coordenadas para abrir la Astronave.
G.- Me llevaré a Nevado, Tu tranquilo, continua tu plática con George.
M.- Solo no destruyan la Astronave.
Gurab asintió y regresó a la Astronave con Nevado, quien comenzó a pilotear la nave haciendo que todo a sus alrededores comenzara a temblar.
N.- Lo siento, es mi segunda vez.
Manfred y George se asomaron para saber por qué estaba temblando, pero se encontraron con un Nevado de copiloto y Gurab con unos lentes de sol puestos, los cuales le llegaban hasta la comisura de su nariz… y despidiéndose de Manfred, quien corrió hasta lograr entrar a la Astronave… y de lejos solo se escuchó un grito de George al darse cuenta de que el cuadro había sido suplantado por una copia del mapa original.
G.W.-¡¡¡ GURAABBBBB!!!
Poca atención le prestaron a George, pues desde un principio ese fue su plan, el mapa indicaba que la ciudad estaría donde estaba el monte Roosevelt, pero al aterrizar solo se encontraron con unas inmensas rocas y no había indicios de una ciudad cercana.