Capítulo 65.
Y no dejaban de mirarse por completo hasta soltar un grito bastante aterrador, pues habían vuelto a la vida Geno y Roy, quiénes voltearon su mirada a Gurab con los ojos completamente en blanco, mientras que una sonrisa ladina y a la vez maliciosa se dibujaba en sus rostros.
G.N.- Te lo dije Mentalista, tú nos traerías a la vida nuevamente.
G.- Pues fue un placer, ahora si me disculpan tengo que irme.
R.- ¿Adónde crees que vas Gurab?, tú nos llevarás contigo, pues acabamos de cruzar las fronteras de la vida y la muerte.
G.- Y yo que creí que esto no podía ser peor.
G.N.- No sabes lo que te espera.
La dimensión del reflejo se volvió a abrir dejando ver la Astronave donde esperaban Manfred y Nevado a Gurab quien al verlos dibujaba en su rostro temor .
Manfred no se percató que detrás de Gurab venían otras dos figuras y sin más preámbulos abrió la escotilla, dejando entrar a Gurab y a sus sombras.
M.- Lo lograste Gurab, pero tardaste una semana entera dentro de la dimensión, ¿qué tanto hacías en ese lugar?
G.- ¿Una semana estuve ahí dentro?
M.- Sí, ni más ni menos.
G.- Nada, ya sabes, solo traje de la muerte a Geno y a Roy, que ahora tienen un semblante de piel grisáceo, pero ya sabes, nada del otro mundo, lo típico de siempre, no es como si Nevado pudiera hablar, cosa que no hace.
Nevado estaba en shock, sabía que ahora no debía hablar, pues detrás de Gurab estaban Geno y Roy con un semblante muy frío, apenas dirigían la mirada a un punto ciego.
Gurab estaba más que nervioso, no sabía qué consecuencias podría tener esto y menos que haría si Zahyir se entera de que han revivido a Geno y Roy.
Nevado sigilosamente se coloca debajo de los pies de Manfred quien estaba piloteando la nave y Gurab quien estaba sentado en uno de los sofás de la Astronave, nota como Geno y Roy se acercan a él y se posicionan a su lado, de manera inmediata el diamante de Gurab comenzó a emitir unas ondas sonoras que Manfred y Nevado no podían escuchar, pero Gurab, Geno y Roy si podían escucharlas.
Gurab lo escuchaba por sus sentidos tan agudos, pero Geno y Roy escuchaban porque venían de la muerte y esos sonidos retumbaban su sistema nervioso, provocando que comenzaran a atacar a Gurab sin decir nada… Manfred y Nevado, al ver la paliza que estaba recibiendo Gurab solo pusieron un cristal protector que separaban al piloto de la tripulación.
De un momento a otro, Geno y Roy se comienzan a calmar y Gurab todo lleno de chichones y moretones, detuvo el tiempo una vez más para dirigirse hacia Manfred quien también se había detenido…
Gurab estaba controlando el tiempo por primera vez y se propuso que debía aprender a manejar la Astronave, por lo cual posicionó la época de Manfred dónde estarían visitando o conociendo a un compañero Aviador de Manfred, ya que si Manfred no logró enseñar a Gurab tal vez él sí podía hacerlo …
Gurab solo se percató de devolver el tiempo a Manfred y Nevado… A Geno y Roy los dejó congelados en el tiempo para que de este modo no volvieran a atacarlos sin sentido.
M.- Gurab… ¿por qué que estamos en Alemania? Se supone que no estaríamos aquí sino rumbo al Exoplaneta Koi…
G.- Manfred, uno de tus amigos del Escuadrón de Los Elegidos, me entrenará como Aviador, pues tengo que aprender.
N.- Espera Gurab… ¿tú quieres aprender a volar?, ja, ja, ja este se volvió loco, ¿cómo crees que aprenderás a volar con un amigo de Manfred si no pudiste aprender con él?
G.- Nevado, cállate o te mando con Geno y Roy .
N.- Yo solo decía nada más que eso… No es para que utilicemos la violencia...
M.- Bien, te presentaré a Carlos Meyer Baldó, más conocido como Karl Meyer, muchos le dicen el As de Caza de Alemania, pero te dijo algo: es venezolano y también alemán.
N.- Es como yo, pero yo soy un perro venezolano de raza Mucuchíes…
M.- Nevado, no estamos para tus berrinches.
N.- Okay… Okay…yo mejor me callo.
G.- Vamos con él entonces.
La Astronave aterrizó en Alemania, exactamente en Hamburgo, dónde estaba el As de Caza de Alemania…
El reencuentro de Manfred con Meyer fue bastante bueno, pues en un gran abrazo terminaron su saludo, se veían bastante contentos de volverse a ver.
K.M.- Manfred, no pensé que volvería a verte por estos lados.
M.- Tenía que venir, pues quiero presentarte a un colega bastante amigo mío, quiero que lo enseñes a pilotear, pero tenle paciencia.
K.M.- ¿Quién es el chico?
M.- GURAB, muévete…
G.- Aquí estoy Manfred.
K.M.- Un placer, soy Karl Meyer, tu instructor de aviación.
G.- Un gusto Karl, soy Gurab el Mentalista.
M.- Yo los dejo, voy a vigilar la Astronave, pero suerte Gurab, aquí te espero y no te bajes hasta que no sepas pilotear.
G.- Aprenderé rápido Manfred.