Capítulo 71.
Karl trago grueso al escuchar eso, ¿Y quién no?, si a su lado tenía a Aníbal Barca, quien solo le dio una sonrisa perturbadora y sádica…
Y al otro lado estaba Rodrigo Díaz de Vivar; al frente de él estaban las mujeres más temerarias que el pudiera conocer, como lo eran Tomoe Gozen, Manuela Sáenz y Liang Hongyu, todas con sus uniformes de Generalas de Primera Fila en Batalla.
Y en su entorno notó a Julio César, Chagatai, el rey Chin Yang, José de San Martin y George Washington, quienes no tenían un semblante para nada amigable en ese momento, haciendo sentir a Meyer incómodo al tener la mirada de frialdad de todos encima de él.
Todos abordaremos la Death Master en conjunto con los Sabios , cada uno activo con el integrador del traje intergaláctico que les había sido asignado en batallas anteriores; y a Karl Meyer le fue entregado por manos del rey Leónidas un traje y un brazalete como símbolo de bienvenida.
R.L.- Estamos confiando en ti, se digno de nuestra confianza, no nos falles y haz tu trabajo de manera íntegra y limpia.
Meyer asintió y se colocó el brazalete, el cual de manera inmediata integró el traje a su cuerpo y comenzaron con la búsqueda de la Astronave donde permanecían Gurab Manfred y Nevado, quienes aún estaban con vida, pero de manera inconsciente con la excepción de Nevado, quien estaba como una estatua inmóvil al lado de Manfred y Gurab haciéndose el muerto para que no lo notaran.
Nevado muy sigilosamente comenzó a mover a Manfred y Gurab para que despertaran, pero en vista que no lograba que estos dos se despertaran se le ocurrió decir en el oído de ambos, algo que de manera inmediata los hizo despertar.
N.- Bueno muchachos, ustedes lo pidieron, aquí les va mi bendición para ambos…
Manfred y Gurab al escuchar las palabras de Nevado despertaron de inmediato y abrieron los ojos como dos neumáticos poniéndose de pie de manera inmediata.
M.- Apunta esa manguera para otro lado.
N.- Pero solo es la bendición la que les daré.
G.- Dásela a Manfred nojodaaa… A mi ya estás cansado de darme esa bendición…
N.- Bueno idiotas, ya se despertaron, ahora revisen la Astronave para poder regresar a casa.
Manfred y Gurab comenzaron a revisar la Astronave, pero tenía toda la parte central arruinada, le faltaba un motor y todavía faltaba revisar que tan grave eran los daños por fuera, pero Manfred y Gurab no podían salir, pues para entonces tenían una fuerte contusión cerebral, la cual les hacía ver doble las cosas.
N.- Bueno muchachos, ¿qué tan graves son las cosas?
M.- Parece estar mucho peor de lo que pensé.
N.- ¿Y cómo regresamos…? Digo, ¿sabes como arreglarla?
M.- Puedo encenderla de manera automática, pero para eso necesito que uno de ustedes salga con la cámara y me enseñe que tan deteriorada está desde afuera la nave.
N.- Bueno Gurab, ya escuchaste, ve caminando entonces.
G.- Si webon, como si yo fuera quien va a salir de aquí, el que irá serás tu Nevado.
N.- ¿Cómo dices?… ¿qué dijiste…?, no han visto el tamaño de esa cosa que está afuera… da más miedo que ustedes vestidos de mujeres.
G.- NEVADO quedamos en que nadie hablaría de ello.
N.- Ta wueno… ta wueno… entonces que Manfred salga, después de todo es el aviador.
M.- Por ser el mayor de todos aquí, ordeno que Nevado sea quien salga.
N.- Si de mayores se trata, entonces déjenme decirles mi edad en años perros.
G.- Eso aquí no se vale, así que mueve tu trasero peludo para afuera.
N.- Vamos muchachos quiten esas caras, no es necesario que se molesten conmigo, si es por lo del 90% podemos resolverlo sin violencia.
M.- Adiós Nevado, sal a revisar la nave, te estaremos monitoreando desde aquí dentro.
Nevado sale con éxito de la nave y comienza a mirar a su alrededor y no ve ninguna de las Bestias, por lo cual comienza a grabar cada una de las facciones de la nave y cuando sube a monitorear desde arriba se encuentra con una de las Bestias, la cual se queda mirando fijamente a Nevado.
N.- …ma...ma...ma... MAMAAA!!!
Manfred y Gurab al ver la Bestia desde las pantallas comenzaron a tirar del sofá espacial que tenía Nevado y de este modo intentaron meterlo dentro de lo que quedaba de la Astronave.
N.- Si no lo veo no es real, si no lo veo no es real…
Decía Nevado retrocediendo a pasos lentos mientras la Bestia se le acercaba sigilosamente hasta quedar a un punto en el que Nevado podía sentir su respiración.
N.- AL DIABLO… ESTO ES REAL GURAB… IDIOTA SÁCAME DE AQUIIII!!!!!...
Gurab y Manfred tiraban con fuerza de la soga hasta que lograron meter a Nevado, que una vez que entró corrió directo al baño de la Astronave, le puso seguro y no dejo entrar a nadie, mientras que Gurab y Manfred se quedaban muy sigilosamente quietos para no ser detectados por la Bestia, que estaba rodeando la Astronave, sacudiéndola de golpe una y otra vez.