Capítulo 72.
Geno intentaba con sus poderes del lado platinado petrificar a la bestia, pero no funcionaba, de una u otra manera siempre lograba zafarse de sus ataques, mientras que Roy intentaba atravesar a la bestia con sus armas modificadas, las cuales eran de Rayos Gama y tenía un choque de electricidad, lo cual hacía que su arma estuviera constantemente temblorosa, pero esta bestia era una bestia pequeña comparada con las bestias que sacudían a Gurab, Manfred y Nevado, que estaban sube y baja dentro de la Astronave, provocando que estuvieran a tal punto de comenzar a soltar leves quejidos de sus bocas, pero procuraban ahogar sus voces para que de este modo se detuvieran creyendo que no había nadie dentro de la Astronave.
Pero volvían a agitar la Astronave cuando pasaban por la zona donde quedaría el baño de ella, puesto a qué Nevado tenía un desastre de tanto rebotar de un lado a otro, de arriba hacia abajo…
La nave donde venían los Sabios junto a los Guerreros y Héroes, piloteada por Karl Meyer, apenas y era notada; si alguien la viera de lejos pensaría que era un cometa, pues no se podía apreciar con exactitud si era una nave o un cometa.
J.C.- Tal parece que es como dicen… Eres uno de su escuadrón, piloteas bastante bien esta nave.
K.M.- Es la emoción de la primera vez en una nave como esta, me siento como un niño al que le dan un dulce.
J.D.S.M. -Bueno, no está mal para ser la primera vez.
K.M.- Yo pensé que todos aquí eran serios y temerarios, pero me doy cuenta de que no son lo que parecen, en su interior son bastante agradables.
A.T.- ¿Qué esperabas?, ¿qué desayunara con bebés horneados y cenara con duendes y de ahí forjara mi legado como el Rey de los Hunos? Todos tenemos sentimientos y somos humanos lo cual es un factor que también sentimos dolor, no somos indestructibles e invulnerables, muchos de los que estamos aquí en nuestros días de gloria éramos temidos por muchos y amados por pocos, pero Zahyir cuando nos devolvió de nuestras épocas nos devolvió la vida y la emoción del vivir, por eso todos aquí nos la llevamos tan bien, no te sientas presionado, no todas esas caras serias son tan serias realmente.
K.M.- Nunca pensé que Atila, el Rey de los Hunos, me diría estas palabras, pero gracias, y como quisiera conocer a esa Zahyir que tanto mencionan, porque ya conozco a Gurab y a Manfred, pero ella suena bastante interesante.
RN.- Pues desvía tu interés a otro lado porque ella está comprometida conmigo.
No lo decía en ese sentido, es que la admiro por tener la valentía de unir a Héroes y Guerreros de distintas épocas para luchar contra un enemigo común.
NIV.- Este chico me agrada… ¿de dónde dices que eres?
K.M.- Soy Alemán y Venezolano, mi padre era un alemán y mi madre una venezolana.
MAK.- Mira Bolívar, es paisano tuyo…
S.B.- Se le nota lo venezolano de lejos al muchacho.
El destino de Meyer era bastante tranquilo hasta que se vio envuelto en esquivar una bestia que intentaba azotarlos y haciendo maniobras suicidas con la nave lograba esquivarla…
SÍ.- Rápido, dispárale, esas son las bestias que sacaron de órbita a Manfred, Gurab y Nevado.
W.W. – Mira qué tamaño tienen, yo quisiera ver a Gurab en estos momentos, de seguro Nevado lo ha de haber meado unas mil veces como de costumbre.
C.G.- Coño, tienes razón, Gurab aparte de meado debe estar escondido haciéndose pasar por una estatua para que no lo noten.
Las maniobras suicidas que Meyer estaba desempeñando hacía que todos estuvieran asombrados en ese momento de cómo le disparaba a la bestia y esta bestia los esquivaba…
Era sorprendente, básicamente esto no tenía comparación entre la destreza que Meyer desempeñaba en estos momentos cruciales de su vida, la cual se había convertido ahora en toda una aventura de acción que no sentía desde hace mucho tiempo.
Lo habían traído a la vida y lo habían aceptado como un miembro más del escuadrón de vencedores de Zahyir… de pronto, la bestia desapareció y no la podían ver, pero alguien la pudo notar, alguien que estaba más atento a lo que estaba ocurriendo y este alguien era Pedro Camejo.
P.C.- Compadre, a tu derecha, rápido, se está camuflando en la obscuridad del espacio.
K.M.- Camejo, qué observador eres.
P.C.- Observador, no, Karl, sino que se quiere librar de nosotros fácilmente y eso no se queda así.
Meyer, haciendo caso a lo que Camejo decía, se dirigió a su derecha y exactamente allí estaba la bestia escondiéndose entre la obscuridad, de pronto, George Washington abrió la escotilla de la armería y apuntando a donde estaba la bestia comenzó a atacar de manera sanguinaria, mientras le seguía la acción de Manuela Sáenz, quien comenzó a disparar desde otro ángulo al mismo sitio donde se encontraba la bestia .
Zahyir y Jasper estaban en ese entonces haciendo papilla de aquella bestia, la cual intentaba con todo lo que tenía destruir a sus adversarios, quiénes no tenían corazón en ese momento y eran bastante fríos y agresivos provocando heridas a la bestia, la cual en su defensa comenzaba a lanzar llamaradas de energía degenerativa para reducir la fuerza con la que la atacaban y de este modo lograba escapar del castigo que para ese entonces Zahyir y Jasper estaban por ejecutar.