Capítulo 73.
Nevado iba a hablar, pero al darse cuenta de que estaba rodeado por los Sabios, los Héroes y los Guerreros, decidió ladrar tranquilamente y comenzó a lamer el rostro de Manfred y Gurab, quienes comenzaron a reír por la acción que estaba tomando Nevado en ese momento.
M.- Nevado, ¿cuándo aprendiste a ser cariñoso?
Nevado no podía decir una sola palabra, solo ladraba y se acariciaba el pelaje con el pecho de Manfred.
G.- Manfred creo que Nevado se enfermó, después de todo, ahora si nos quedamos con el 100% de todo los dos, ya que ahora es un perro común y corriente.
Estas palabras molestaban a Nevado y solo comenzó a gruñir mirando retadoramente a Gurab y Manfred quienes soltaron una risa bastante divertida.
RN.- Ahora parece que sí les afectaron los golpes de las bestias.
Manfred y Gurab se quedaron mirando y entendieron que estaban siendo rodeados por todos y se dieron cuenta de que por eso Nevado no se dignaba a hablar.
De pronto, Zahyir y Jasper entran a la Death Master, donde se encontraban los Sabios junto a los Héroes y Guerreros que terminaban de rescatar a Gurab, Manfred y Nevado.
Z.- Se puede saber ¿qué carajos están haciendo todos aquí si yo no los convoqué?
R.D.D.V. Zahyir tú no nos convocaste, pero fueron los Sabios los que nos convocaron a ayudarte en esta misión.
J.- Cielos hermana, parece que ya nadie te toma en serio.
Z.- Cierra la boca, Jasper.
J.C.- Es un alivio que nos convocaran a nosotros a venir a ayudar porque esas bestias de allí afuera no parecen nada amigables.
Z.- Qué oportunos son al venir, pero si Manfred está junto a Gurab ¿quién pilotea la nave?
B.O.G.- Tenemos un nuevo piloto.
M.- ¿Cómo es que tienen un nuevo piloto? , ¿ y yo qué?, ¿me pinto en las paredes de la nave?, quién sea que esté manejando esta nave se puede ir al diablo, ese es mi lugar.
S.B.- Manfred cálmate, que es uno de los de tu escuadrón.
M.- ¿quién?
M.S.- El venezolano alemán Karl Meyer.
G.- ¿Meyer está piloteando?
T.G.- Si, ¿acaso lo conoces Gurab?
G.- ¿Qué si lo conozco…? Denme pasó que voy a saludar…
K.M.- Gurab viejo amigo como te va, veo que estabas en un aprieto.
G.- Karl, me alegra que estés aquí, ahora ya sé quién será mi cómplice en las aventuras.
M.- ¿Tu cómplice? No mi hermano, se te olvida que tú y Nevado son mis compañeros de aventuras, no ganamos estas insignias por nada.
NIV.- ¿Quién les entregó esas insignias, qué nunca antes las había visto e incluso el perro tiene una?
Z.- Si Gurab, dinos quién y qué hicieron para ganar las insignias.
G.- Fueron los Ancestros y fue por recompensa por hacer un buen trabajo la última vez.
RN.- Entonces dime Gurab, ¿de casualidad conoces a Guraba?
G.- Mierda, cállate, eso era un secreto.
P.C.- No lo puedo creer, te disfrazaste de mujer en una misión.
G.- Fue por una buena causa.
A.T.- ja, ja, ja… coño Gurab, esas son tus habilidades secretas, ja, ja, ja.
G.- Mierda, ¿por qué no joden a Manfred ?, él también estuvo presente ese día, de hecho fue su culpa.
M.- ¿Qué yo qué? Pero si yo no te amenace, tú te pusiste a la orden.
G.- Maldito Manfred… ahora si te mato con mis propias manos.
Z.- Muy bien, será mejor dejar el relajo y volver al trabajo.
En ese momento una de las bestias intentó atacar la nave, pero Zif se movió más rápido y se colocó debajo de la nave y con su fuerza la lanzó lejos de la bestia que con furia se venía a atacar, y de hecho, no se detuvo, siguió hasta donde se encontraba Zif para atacarla, pero la guerrera con sus armas de la quinta dimensión comenzó a responderle de manera salvaje.
La mayoría de todos los de la nave estaban a la expectativa de lo que estaba haciendo Zif en ese momento, hasta que a Meyer se le escapa un comentario que fue escuchado por Gurab.
K.M.- Dios, qué mujer tan increíble, que fuerza se trae esta mujer, de seguro está disponible.
G.- Oye, aleja tus pensamientos cochinos de mi chica.
K.M.- No sabía que era tu chica.
G.- Sabes que soy un Mentalista y puedo escuchar tus cochinos pensamientos en estos momentos.
K.M.- Ya entendí Guraba no es para que te enojes.
C.Y.- Mira nada más, ya te tiene la confianza Gurab para hablarte de ese modo.
G.- Chin Yang, aleja tus comentarios de este lugar.
Mientras Zif seguía peleando con la bestia, los seres de la quinta dimensión se fueron, pues sabían qué ocurriría si los Ancestros los llegaban a encontrar en este lugar porque para destruir a las bestias del origen se tenía que obtener un permiso primero de los Ancestros, el cual ninguno de los presentes tenía .