Capítulo 85.
Stelle retrocedía lentamente mientras a Gurab se le comenzaban a encender los ojos en flamas verdes y su diamante rojo comenzó a brillar más de lo normal, Geno y Roy encendieron la mitad de su cuerpo plateado y los tres caminaban amenazadoramente a donde ella estaba.
Hasta que un estruendo abrió las entradas al Inframundo y eran los Ancestros, quienes molestos abdujeron a Stelle librándola de lo que le iba a hacer en ese momento ese trío que estaba furioso.
Los Ancestros la llevaron nuevamente al séptimo cielo y su tono de voz parecía muy molesto para entonces, pues ellos habían sido convocados por las Especies del Universo cuando comenzaron a llamarlos con las palabras:
Go be the voice of god; Go live the life putting death to shame; Go be the voice of god; Go live the life putting death to shame…
Las cuales solo estaban permitidas pronunciar para casos sumamente críticos, y al ellos aparecer en el universo, las Especies comenzaron a quejarse de que la condena de Los Elegidos era algo inhumano, puesto que si ellos habían actuado sin su consentimiento, fue porque pensaban que era lo correcto, y si tenían que castigar a alguien, sería a todo el universo, pues de algún modo todos habían sido atacados por las bestias y por ello, todos querían destruir a las bestias.
Los Ancestros no tuvieron más remedio que levantar la condena, pero al ir a quitar las cadenas de Los Elegidos y bajarlos de la estrella agonizante, se encontraron con Los Elegidos, vueltos mierda, irreconocibles…
Así, qué molestos, gritaron en todo el universo ¿quién había hecho esto?, a lo cual las distintas Especies del Universo habían respondido al unísono.
Fue ´´La Dama de las Estrellas´´ la que los dejo en ese estado mientras ellos estaban siendo blancos fáciles.
Por lo cual los Ancestros muy molestos entraron a la Tierra, encontrando a toda la humanidad congelada, pero sabían que había sido Gurab quien lo había hecho, ya que de algún modo era el único que podía hacer eso en la Tierra.
Los Ancestros no podían decirle nada a Stelle todavía, pues ellos mismos la habían despertado con el propósito de hacerle ver al mundo entero y sobre todo al universo, que los falsos salvadores siempre vendrían vestidos de confianza y amabilidad, adulándolos e incrementando de manera exponencial un solo gobierno que al final daría con ellos mismos o en este caso particular terminarían llegando a Stelle.
L.A.- ¿Qué es lo que has hecho?
S.- Mis intenciones nunca fueron las de causar un revuelo en la Tierra, sino todo lo contrario, pero se me salió de control.
L.A.- No intentes cubrir la verdad con mentiras blancas ahora.
S.- No entiendo.
L.A.- ¿Por qué desfiguraste a Los Elegidos?, tu misión era en la Tierra, sin embargo, sobrepasaste tus límites.
S.- Tenía que hacerlo, no quiero perder nada de esto cuando ellos culminaran su condena.
L.A.- Eso es algo que no te debía importar, lo único que tenías que hacer era mantener la Tierra en orden y tampoco lo hiciste… Debemos castigarte.
S.- Adelante, castíguenme, ¿qué es lo que harán?, ¿ me atarán a una estrella agonizante?
L.A.- Al contrario, ahora nadie podrá volver a ver tu rostro, incluso tú misma olvidarás como lucias antes, tu memoria no se eliminará, al contrario, tu castigo será una vida consciente y espero que aprendas tu lección después de todo, porque al final nada bueno queda de la soberbia y el orgullo.
S.- No pueden hacerme eso, todo el mundo me reconocerá si siempre llevo la máscara puesta.
L.A.- Esa es la idea Stelle, que te reconozcan por lo que eres, y debes estar consciente que adelante la liberación de Zahyir y Jasper, pues todo el universo imploraba que los liberara y ahora ya lo he hecho.
S.- ¿Por qué lo hicieron?, ahora ellos vendrán directo a mi para asesinarme, tienen que ayudarme después de todo, eres el Creador.
L.A.- Toda acción tiene como efecto una reacción y tus actos tendrán su reacción.
S.- Ellos no me pueden encontrar.
L.A.- Tienes razón, no te pueden encontrar todavía, pues están siendo atendidos por los Invasores de Plutón y las Leyendas de Neptuno sacando de sus cuerpos las flechas que les lanzaste, reparando cada una de sus heridas, regresándoles el rostro y cuerpo que ambos tenían antes de que los desfiguraras.
S.- Yo debo regresar, no me puedo quedar en este lugar, ellos me encontrarán.
L.A.- He determinado que sean ellos quienes otorguen tu castigo y no importará cuan doloroso o cruel sea lo que ellos impongan sobre ti, no es discutible para mi, ahora cuídate bien, pues no sabes cuantos enemigos te has ganado.
S.- Sé que los dioses y el escuadrón de vencedores me detestan, incluso los gemelos Geno y Roy lo hacen, los Sabios y el Diablo me detestan, pero dime solo una cosa, ¿dónde está Gurab escondido?, pues es el único al que no he conocido y el único que puede convencer a Los Elegidos de que no me hagan daño.
L.A.- ¿Gurab? Está más cerca de lo que piensas, quizás ya lo conoces y no lo sabes todavía.
S.- Imposible, no conozco su rostro y sé qué es alguien que ayuda a cualquiera sin importarle su interior.