The Last Descendant

Capítulo 104.

Capítulo 104.

Z.- Ante semejantes cantidad de insultos e improperios en mi contra, me volteé arrechísima y furiosa mientras mis ojos se incendiaban, pudiendo sentir que estaban de color rojo intenso como un volcán en plena erupción de lava ardiente trayendo consigo temblores, rayos y centellas por todo el lugar. Tomoe sintió miedo y cada vez que me acercaba a ella lo podía percibir, pero ella no se movía y sólo estaba como expectante a lo que sucedería.

T.- No creas que con esto me estás asustando Niña, yo vivo de guerra en guerra y siempre he salido sin un solo rasguño, por eso no te tengo ni te tendré miedo nunca.

Z.- Pues deberías tenerme miedo arrogante pendeja. Tu te lo buscaste, no supliques piedad Tomoe.

Z.- De manera que tomé un Arco y apunté a donde estaba ella derribando a su caballo. Luego, tomé una Catana y comencé a luchar con ella mientras la tormenta se intensificó cada vez más y más al igual que nuestra batalla.

En medio de nuestra lucha, pude recordar algunos movimientos esenciales que Chin Yang me enseñó, por lo que de inmediato los apliqué a Tomoe justo cuando ella estaba por ganar; pero con un movimiento relampagueante, tomé su brazo acercándola a mí, entonces ella bajó su mirada, pero le levanté el rostro violentamente gritándole:

¡¡¡MÍRAME, MÍRAME DESGRACIADA!!!

Entonces de sus ojos brotaron lágrimas de terror que reflejaban que ahora sí tenía mucho miedo; ella me tenía miedo y eso me excitaba a tal punto que comencé de nuevo a golpearla mientras gritaba de dolor, luego tomé un látigo y comencé a azotar el suelo con el mismo haciendo que ella comenzara a sollozar y gritando que parara, pero yo no quería parar, pues quería que ella me sintiera con toda su alma… tenía que hacerle saber que yo era quién tenía el control.

Z.- ¿Qué es lo que decías hace un instante perra ?… Ahhh , ya recordé Tomoe … dijiste: “no soy rival para ti niña”, ahora mírame Tomoe y dime quien es la niña aquí porque según parece tú eres la niña ahora.

El clima regresó a la normalidad y mis ojos ya no estaban encendidos, me acerqué a ella, pero me tenía tanto miedo que no podía pararse y tampoco dejar de llorar.

Z.- Levántate, que ya no te estoy lastimando y no soporto que alguien llore de esa manera, además, tu te lo buscaste.

T.- ¿Qué eres Zahyir?

Z.- Eso ni yo misma lo sé aún.

T.- ¿Te puedo pedir un favor?.

Z.- Seguro, lo que sea…

T.- Si algún día necesitas ayuda llámame, ven a buscarme, pues será un honor para mí morir en batalla a tu lado joven Zahyir.

Z.- Gracias Tomoe, el tiempo lo dirá todo y si te llego a necesitar sólo te pido que no llores tonta.

Ambas reímos por el comentario y me dispuse a bajar de las montañas caminando como si nada hubiera pasado y de pronto un árbol retumbó a mi lado desconcertándome y captando mi atención.

Al acercarme al árbol, éste desapareció junto conmigo; y al volver a abrir los ojos estaba de nuevo en el Segundo Cielo con los Dioses.

Vemos que has derrotado a dos de los mejores Guerreros que tenemos en Asia; ahora tendrás que ir no contra uno sino contra dos de ellos y así sabremos si tu destreza en la batalla sólo es compatible con una persona o si puedes ganarle a dos al mismo tiempo…

Ve al Monte Yushan, ahí te esperan al pie de la Montaña los Guerreros Liang Hongyu y el Monje Ji Gong, apresúrate y ve con ellos pues te estaremos vigilando desde acá.

Procedí a caer, pero esta vez era diferente ya que estaba flotando y no volando, pero es mejor flotar y así no me estrellaré una vez más con el suelo.

Al tocar tierra vi a dos personas; uno vestía como con harapos; y el otro parecía ser una mujer.

Z.- ¿Acaso es una broma de mal gusto?…

J.G y L.H.- Te esperábamos con serenidad, ojala y seas paciente, pues te recordamos que China y Taiwán en esta época son un solo territorio.

Z.- Bien, comprendo, díganme donde entrenaremos.

J.G- Tienes las trenzas sueltas.

Z.- Me agaché para amarrarlas, pero hey, espera Zahyir mis zapatos no tienen trenzas!!!... de inmediato sentí un fuerte golpe a traición que me hace perder la noción del tiempo y me desmayo.

Al despertar me encuentro con Ji Gong ¿meditando? y Liang Hongyu descansando,… ¿qué clase de entrenamiento es este tan ridículo?.

Me dispuse a huir sin que lo notaran, pero para mi desgracia caí en la trampa de un oso haciendo que mis piernas sangraran por lo que grité de pavor y dolor…al cabo de unos minutos Ji Gong y Liang Hongyu se quedan mirándose fijamente y al unísono dicen ¡ya cayó la pendeja en la trampa jajaja!

Sin más burlas, ambos se dispusieron a caminar adónde estaba Zahyir y rieron al ver cómo cayó en la trampa de un oso.

Z.- ¿Les parece gracioso mi dolor grandes carajos sádicos?.

L.- No Niña, sino más bien es gracioso que intentaras evadir tus responsabilidades huyendo de nosotros.

J.- Es cierto, nos mandan hasta aquí para entrenarte y decides huir, eso no suena muy heroico.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.