Capítulo 130.
El vasto cosmos guardaba no sólo misterios y peligros, sino también fuerzas ancestrales que regían el orden del universo. Zahyir y Jasper, los legendarios gemelos guerreros, habían luchado para proteger la paz y la justicia en las estrellas. Sin embargo, su última misión había alterado el equilibrio cósmico de una manera que aún no comprendían plenamente.
Después de su victoria en el planeta Morya y la destrucción del Espejo de Fragmentación, Zahyir y Jasper continuaban su viaje a bordo de la **Estrella de Fénix**. A medida que surcaban el espacio, sintieron una presencia poderosa y abrumadora que llenaba la nave con una energía desconocida.
De repente, una figura majestuosa y resplandeciente apareció ante ellos. Era el Rey de los Ancestros, el creador del universo, cuya esencia divina emanaba una luz cegadora que iluminaba cada rincón de la nave.
—Zahyir y Jasper —resonó la voz del rey, profunda y omnipotente—. Han demostrado ser valientes guerreros, pero sus acciones han perturbado el equilibrio del cosmos y eliminado partes de mi creación.
Los gemelos se arrodillaron ante la presencia del Rey de los Ancestros, sintiendo la magnitud de su poder y la gravedad de la situación.
—Gran rey, no era nuestra intención alterar el orden del cosmos —dijo Zahyir con humildad—. Solo buscamos proteger la paz y la justicia.
El rey asintió con una expresión de sabiduría y compasión.
—Lo sé Zahyir. Sus intenciones eran nobles, pero incluso las acciones más bien intencionadas pueden tener consecuencias imprevistas. Para restaurar el equilibrio, debo imponer un castigo.
Los corazones de Zahyir y Jasper latieron con fuerza mientras esperaban el veredicto del rey.
—Como castigo por sus acciones, la mitad de su inmortalidad les será arrebatada —declaró el rey—. Ya no podrán fusionarse en Carjer, y su resistencia será más mortal.
Una ola de energía envolvió a Zahyir y Jasper, y sintieron cómo parte de su esencia inmortal se desvanecía. Sus cuerpos se debilitaban, y la conexión que les permitía fusionarse en Carjer se rompió.
—Gran rey, aceptamos su juicio y asumimos la responsabilidad de nuestras acciones —dijo Jasper, con voz firme—. Seguiremos luchando por la justicia y el equilibrio, a pesar de nuestras limitaciones.
El Rey de los Ancestros asintió, su expresión se suavizó.
—Confío en que encontrarán la manera de superar este desafío. Recuerden, su valor y determinación son lo que los hace verdaderos guerreros.
Con esas palabras, el rey se desvaneció en un destello de luz, dejando a Zahyir y Jasper solos en la **Estrella de Fénix**.
Los gemelos se levantaron, sintiendo el peso de su nueva realidad. Sabían que debían adaptarse y encontrar una manera de seguir adelante.
—Zahyir, hemos perdido parte de nuestra inmortalidad y no podemos convertirnos en Carjer, pero aún somos guerreros —dijo Jasper, con determinación—. Podemos superar esto juntos.
Zahyir asintió, sabiendo que su vínculo era más fuerte que cualquier adversidad.
—Sí, Jasper. Seguiremos luchando, no importa las dificultades. El cosmos aún necesita nuestra protección.
Con renovada determinación, Zahyir y Jasper ajustaron los controles de la nave y se dirigieron hacia su próxima misión. Sabían que ahora eran más vulnerables, pero también entendían que su verdadero poder residía en su vínculo y en su inquebrantable voluntad de luchar por el bien.
A medida que surcaban el espacio, comenzaron a recibir una transmisión de auxilio de un planeta cercano, Mistral. Una invasión alienígena había puesto en peligro a sus habitantes, y la resistencia local no podía hacer frente a la amenaza.
—Zahyir, debemos responder a esa llamada de auxilio —dijo Jasper, listo para enfrentar el nuevo desafío.
—Sí, Jasper. No podemos abandonar a quienes dependen de nosotros —respondió Zahyir, ajustando el rumbo hacia Mistral.
La **Estrella de Fénix** descendió en la atmósfera de Mistral, un planeta con vastas llanuras y majestuosas montañas. Aterrizaron cerca de una ciudad que estaba siendo atacada por hordas de alienígenas.
Zahyir y Jasper se prepararon para la batalla, sintiendo la falta de la invulnerabilidad que una vez tuvieron. Sin embargo, no dejaron que el miedo los detuviera. Sabían que la verdadera fuerza de un guerrero residía en su corazón y en su coraje.
—Jasper, mantén la formación y cuida tus flancos. Debemos trabajar en equipo más que nunca —dijo Zahyir mientras avanzaban hacia el campo de batalla.
Los gemelos se lanzaron a la lucha, enfrentándose a los alienígenas con habilidad y valentía. Sus movimientos eran precisos y coordinados, y cada golpe que asestaban era una muestra de su determinación.
A pesar de su vulnerabilidad, Zahyir y Jasper lograron rechazar a las fuerzas invasoras y proteger a los habitantes de Mistral. La batalla fue ardua y desafiante, pero al final, la resistencia local se unió a ellos y juntos lograron liberar la ciudad.
Cuando la batalla terminó, los habitantes de Mistral se acercaron a los gemelos, agradeciéndoles por su valentía y sacrificio.