The Last Dracos

Capítulo 5 (parte 1)

—¡Dónde estás desgraciado…!

Azi lleva un buen tiempo sobrevolando la ciudad y sus alrededores buscando a John. Hasta que en un momento siente que algo le agarra la pierna, al voltear ve una sombra en forma de mano agarrándolo. Al mirar de dónde viene la sombra, nota a un encapuchado.

—¡Tsk!

Azi exhala un poco de fuego para cortar la mano sombría que no lo deja avanzar. Una vez la mano lo suelta Azi sigue sobrevolando la ciudad.

—Maldita sea…

De repente unas flechas sombrías pasan cerca de Azi, casi atravesando sus alas. Al voltear a la dirección de donde fueron disparadas las flechas nota una silueta difusa con arco y flechas de sombras. Azi se eleva hasta las nubes y en un intento de voltear, debido a la velocidad su ala derecha se retrae con fuerza causándole un gran dolor alrededor de la salida del ala en su espalda. Azi siente que cae a toda velocidad, pese a sus intentos de evitar su caída, su ala no se extiende.

Desde la lejanía Mizu logra divisar a Azi cayendo en picada.

—¡Azi! —la chica castaña empieza a correr en la dirección que ve a Azi cayendo—.

—Así no llegarás… —susurra una voz en el oído de Mizu—. Usa tus… Alas…

Mizu no deja de correr, pero eso no le impide concentrarse hasta que finalmente, de su espalda, brotan un par de alas escamosas de color azul profundo. Mizu salta y sale disparada a toda velocidad hacia Azi, al acercarse a él nota una expresión de dolor en su rostro.

—Suave como abrazo de madre, rodea a mi objetivo con la calma de un lago… ¡Cuna canto de sirena!

Mizu extiende sus brazos y las palmas de sus manos miran hacia Azi, entonces una esfera de agua empieza a rodear a Azi y frenar su caída, al intentar acercarse a Azi, Mizu siente un rayo cerca y al voltear nota a Karima sobre un edificio luchando con una silueta. Mizu recuerda cómo Azi manipuló y se llevó el fuego de la casa, entonces pensando en hacer lo mismo, extiende su mano izquierda y la mueve guiando la esfera hacia tierra con delicadeza, mientras ella misma empieza a descender mientras se acerca a la esfera de agua.

Una vez en tierra se acerca rápido a Azi para ver que le sucede.

—Azi, ¿que tienes?

—M-mi ala, no puedo… estirarla…

Mizu toca alrededor de la base de la ala y nota que los músculos están extremadamente duros. Entonces aparecen Ayaka y Karima.

—Azi —gritan al unísono—.

—Su ala se contrajo con fuerza, de seguro hizo un mal movimiento mientras volaba.

—Déjame intentar algo —dice Ayaka—.

Ayaka se acerca a Azi y pone sus manos sobre su ala contraída.

—Como un masaje con plantas, disuelve el dolor… ¡Absolución natural!

La expresión de dolor poco a poco va desapareciendo del rostro de Azi. Este inhala profundo y exhala aliviado. Azi se sienta con algo de dificultad, debido al dolor remanente en su espalda.

—¿Alguien vio al tirador? —pregunta Azi viendo al resto del grupo—.

—Yo luché contra él, pero resultó ser solo una marioneta sombra —responde Karima—.

Azi asiente.

—Entiendo —dice Azi levantándose—. Hay que seguir buscando a John.

Azi intenta avanzar, pero su cola se enreda con sus pies haciéndolo caer.

—¡Mierda! No puedo… caminar… me duele… todo…

Azi termina por desmayarse. El grupo se lleva a Azi a otro lado e intentan despertarlo, tras varios intentos, deciden llevarlo al hospital para ver qué le pasa.

Mizu está bastante inquieta. No deja de mover la pierna mientras esperan el diagnostico de Azi.

—Señorita… ¿Mizu? —pregunta una enfermera que sale de la habitación de Azi—.

—Soy yo.

Mizu se levanta del asiento.

—Esto no es fácil de decir, pero… el chico fue envenenado por contacto, ya hemos administrado un potente antídoto, pero no estamos del todo seguro si surtirá efecto.

—Disculpe enfermera, si tuvieran acceso al veneno puro con el que tuvo contacto, ¿podrían saber cuánto y qué tipo de antídoto administrarle?

—Tardaríamos un poco debido a que el laboratorio debería analizarlo para decirnos con certeza.

—Tome.

Karima le extiende a la enfermera un vial con veneno.

—Había alguien disparando flecha que pasaron cerca de él y se le cayó esto al huir.

—Entiendo… Voy a enviarlo al laboratorio para que lo analicen…

El resto del grupo está planeando qué hacer hasta que Azi despierte. Tras unos minutos de dar ideas terminan acordando vigilar a Azi por turnos mientras los otros 2 arreglan la casa de a poco.

—Bien, yo me quedaré a hacer la primera guardia —anuncia Mizu—. Ustedes vean que se salvó de la casa y limpien lo que puedan. Karima tú harás la siguiente guardia y yo iré a la casa a ayudar a Ayaka. Al final Ayaka será la última en hacer guardia y así hasta que Azi despierte.

Karima y Ayaka asienten.




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