Les voy a contar una breve historia de una pareja que se amaba.
Conforme pasaba el tiempo y su amor crecía día a día decidieron casarse; vivían en un pueblo pequeño llamado Niltepec.
Conforme pasaron los años tomaron la decisión de tener hijos para compartir todo ese amor que tenia para dar; nacieron siete hermosos bebes en ese lapso de tiempo.
Los hijos crecieron cada uno forjó su propio carácter de la manera en que la vida los trató.
Conforme pasaron los años, los padres de esos hijos estaban felices y orgullosos de cada uno de ellos, asistieron a la boda de cada uno de ellos, vieron el hogar que quedaba vacío conforme pasaba el tiempo, tuvieron una vida buena, con sus altos y bajos, pero aún así siguieron juntos.
Años después vieron nacer sus primeros nietos, con los años que transcurrían los vieron crecer, les brindaron todo el amor que tenían hacia ellos y sus nietos los adoraban.
Conforme pasan los años su andar era mas lento, pero aún así tienen una vida buena, tanto que vieron hacer a sus primeros bisnietos, la familia se hacia más grande con los años, la felicidad se veía en cada rincón de la casa cuando llegaban a visitarlos.
La pareja se amaban aún más, su andar ya no era tan jovial como cuando eran más jóvenes, su piel era mas flácida y llena de arrugas, su complexión cada día iba decreciendo, a pesar de todo ellos, su corazón se sentía joven, aunque su cuerpo no lo reflejara.
Un día el abuelo enfermó de alzheimer, conforme pasan los días aquellos hermosos recuerdos felices su mente deteriorada los fue olvidando, hasta el punto de se olvidaba de que tenia a su pareja a su lado.
Los años transcurren y el hombre que antes era, ya no existe, el tiempo y la enfermedad le cobró factura, su esposa se dedicó a cuidarlo, gracias a sus hijos y nietos que le proveían de todo lo que necesitaban para ellos dos, no tenia necesidad de preocuparse por otras cosas, se enfocaba a cuidar de su marido.
La gran familia cada día estaba más unida que nunca, cuando podían visitarlos, ayudaban a la mujer a cuidar de su marido, para que ella recobrara fuerzas para llevar adelante la vida que actualmente sobre lleva.
Cuando llevaron a la abuela al hospital para que la revisaran del por que de su deterioro de su salud, el doctor les dio noticias muy desalentadoras; por el exceso de haber utilizado leña para calentar el fogón, todo el humo que se desprendía, al inhalar por todos esos años, le causó de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, se refiere a las afecciones que obstruyen la circulación del aire y causa problemas relacionados con el aire, más a parte de su ya avanzada edad, todo ello influyo en su salud.
Con ese desalentador pronóstico regresaron a casa, los hijos y nietos al enterarse de esta noticia, deciden que uno de ellos debería irse a vivir al pueblo para poder cuidarlos, cada uno de los miembros que conformaba la familia ayudaban cuando podían con el cuidado de los ancianos, a pesar de sentirse preocupados y tristes a la vez, fueron fuertes para los cabecillas de la familia.
Ahora la anciana veía pasar ante sus ojos que su vida se iba entre los dedos, al no poder cuidar de su esposo se sentía impotente, por que ella estaba acostumbrada a ser independiente de su familia, pero a la vez le agradecía a la vida por tener una familia maravillosa, lo que sembró con los años ahora puede ver los frutos de ello.
De ese modo pasaron los años, el abuelo vivía encerrado en su mente, sin saber lo que ocurría a su alrededor, el cuerpo del mayor se encontraba deteriorado por la edad, ya no se podía ver aquel hombre fornido que nada lo podía hacer caer, la mirada vivaz que daba al observar las cosas, la sonrisa que hacia que el día fuera mejor, todo ello quedó solo en recuerdos.
Una mañana la anciana se veía alegre, su mirada iluminada, con energía lo cual era raro en ella, le sorprendió verla así su hija la que la cuidaba, se sorprendió aún más cuando le pidió que le preparara uno de sus platillos favoritos, lo cual también extraño en ella por que casi no probaba bocado, así que se dedicó a cocinarle todo lo que le solicitó la mayor.