Estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo. Hoy era el día de mi graduación de la secundaria. Había trabajado duro para llegar a este momento, y no podía creer que finalmente estuviera aquí.
Mi hermano, Fabián, estaba muy orgulloso de mí. Me había estado apoyando en todo momento, y sabía que estaba feliz por mí. Pero también estaba un poco preocupado. No quería que me pasara nada malo.
Steve, mi novio, también estaba allí. Estábamos emocionados de poder estar juntos en este día tan especial. Habíamos estado saliendo en secreto durante un año, y finalmente estábamos listos para decirle a Fabián.
Llegué a la escuela temprano, para poder tomarme algunas fotos antes de la ceremonia. Fabián llegó poco después. Me abrazó y me dijo lo orgullosa que estaba de mí.
La ceremonia fue hermosa. Todos mis amigos y familiares estaban allí para apoyarme. Cuando escuché mi nombre siendo llamado, sentí un orgullo que nunca antes había sentido.
Después de la ceremonia, fuimos a una fiesta. Estaba emocionada de celebrar con mis amigos, pero también estaba nerviosa por hablar con Fabián sobre Steve.
Steve llegó tarde a la fiesta. Me dijo que había tenido un problema con su coche. Estaba un poco molesta, pero lo entendí.
Llegó la hora de hablar con Fabián. Estábamos sentados en el sofá, y Steve estaba con nosotros. Tomé un respiro y dije:
—Fabián, tengo algo que decirte.
Fabián me miró con curiosidad.
—¿Qué pasa? —preguntó.
—Steve y yo estamos saliendo —dije en voz baja.
Fabián se quedó en silencio durante unos segundos. Luego, dijo:
—Lo sabía.
—¿Lo sabías? —pregunté sorprendida.
—Sí —dijo Fabián—. Lo he sabido desde hace un tiempo.
—¿Por qué no me lo dijiste? —pregunté
—Porque no quería arruinar tu graduación —dijo Fabián—. Sabía que era importante para ti.
—Gracias — dije—. Eso significa mucho para mí.
—De nada —dijo Fabián—. Pero ahora necesito hablar contigo a solas.
Steve me miró con preocupación.
—Está bien — dije—. Iré a hablar con él.
Me levanté y me dirigí a la habitación de Fabián.
—¿Qué pasa? —pregunté cuando entramos en la habitación.
—Tengo que decirte algo —dijo Fabián —. Pero antes de que lo haga, quiero que sepas que te quiero mucho.
—Yo también te quiero —dije.
—Bien —dijo Fabián—.Lo que te voy a decir es difícil de creer, pero es la verdad.
Fabián tomó un respiro y comenzó a contarme...............