El cobalto enmascarado

El sonido del metal golpeando su máscara resonaba en la habitación. Víctor había comprado un antifaz de acero, un material que le daría la resistencia y el aspecto intimidante que su identidad necesitaba. Con manos rápidas, fue mejorando la estructura de la máscara, agregando detalles que la hacían aún más macabra, más aterradora. El azul cobalto seguía siendo el color principal, pero el acero añadía un aura de dureza, de implacabilidad.

Una vez que la máscara estuvo terminada, la probó frente al espejo. La visión de sí mismo fue suficiente para saber que ya no era el mismo hombre que había iniciado este camino. La rabia en sus venas, la venganza en su mente, ahora estaban reflejadas en ese rostro oculto tras el Cobalto Enmascarado.

A partir de ahí, la violencia y el caos continuaron. Víctor robó más bancos, sembrando el terror en Colombia. La gente comenzó a sentir un miedo aún más profundo, como si su sola presencia fuera una sentencia de muerte. Los noticieros, asombrados por la nueva forma de la máscara, comenzaron a llamarlo "El Cobalto Enmascarado".

Las noticias tomaron un giro inesperado, pues tras haber arrasado con una mafia, muchos se preguntaban si El Cobalto Enmascarado era un héroe o simplemente un villano al que temerle. Mientras tanto, Víctor ya no se detenía. A cada paso, la venganza que sentía contra Rusia lo consumía más.

Con el dinero suficiente robado, Víctor estaba decidido a viajar a Rusia. Pero no podía llevar consigo las armas ni dejar rastros que lo vincularan con Colombia. Decidió falsificar documentos, como un hombre que ya no podía ser detenido por nada ni por nadie.

Antes de entrar al avión, fue al baño. Quería asegurarse de que su máscara estuviera bien oculta en su equipaje. Cuando se la puso, se sintió más él mismo que nunca. La máscara no era solo un accesorio, era su nueva identidad. El Cobalto Enmascarado había nacido, y nada lo iba a detener.

Pero justo cuando se preparaba para salir del baño, un pañuelo apareció de la nada y lo cubrió. Víctor cayó dormido, sin poder hacer nada para evitarlo.

En su sueño, imágenes distorsionadas se apoderaron de su mente. Un amuleto oscuro, imágenes de Inglaterra destruida, y el mar. El sonido del agua y la furia de la tormenta parecían rodearlo. En su mente, algo le decía que ese amuleto estaba destinado a él. La imagen era vaga, pero se sentía profundamente conectada a su destino.

Cuando despertó, estaba en un lugar oscuro, rodeado por ninjas. No entendía cómo había llegado allí, pero algo en su interior le decía que su viaje hacia Rusia no era el destino final. En medio de esa bodega, apareció un hombre viejo, discapacitado, que parecía estar en los últimos años de su vida. No era tan mayor, no más de 60 años, pero algo en su cuerpo daba señales de haber sido una persona muy poderosa, ahora debilitada.

El hombre se presentó con un nombre que Víctor no reconoció: Yamiatsu.

"Soy Yamiatsu", dijo el hombre, con voz rasposa pero firme. "Y tú, Cobalto Enmascarado, eres conocido en nuestro mundo. Pero antes de hablar de tus hazañas, te haré una oferta."

Víctor, confundido pero decidido, respondió: "¿Dónde estoy? ¿Qué quieres de mí?"

Yamiatsu sonrió, un brillo oscuro en sus ojos. "Estás en Moscú, en una fortaleza subterránea, perdida en las sombras de la Guerra Fría. He dirigido una red de cazarrecompensas, asesinos a sueldo, y más... todo desde las sombras. Pero ahora, mi marioneta, el hombre que me reemplazaba, ha sido eliminado por alguien llamado Vraxus. Ese hombre, ese Vraxus, está en nuestra red también, pero no vengo a hablarte sobre él sono sobre tí."

Víctor, sin entender del todo, preguntó: "¿De qué hablas? ¿Qué quieres de mí?"

Yamiatsu lo miró fijamente. "Te ofrezco la oportunidad de entrar a la organización más poderosa del planeta. Pero no gratis. Necesito que recuperes algo... un amuleto oscuro. Un amuleto que fue arrojado al mar de Inglaterra poco después de la muerte de Zac, un hombre con mucho poder. Este amuleto, según las historias, tiene más poder del que cualquiera de nosotros imagina."

Víctor se sorprendió, recordando las imágenes del sueño: "Lo vi... en mi sueño, ese amuleto... ¿y qué tiene que ver con todo esto?"

"El amuleto es clave para entender quién eres y quién puedes llegar a ser, Cobalto Enmascarado", dijo Yamiatsu, observándolo con un brillo de interés. "Te ofreceré una alta jerarquía en mi organización, si puedes recuperar ese amuleto y demostrar que realmente eres digno de unirte."

Víctor asintió lentamente. "Lo haré. No puedo perder la oportunidad de hacer que el presidente de Rusia sufra por lo que hicieron a mi país."

Yamiatsu, con una sonrisa siniestra, agregó: "Entonces, es un trato. Recuerda, Cobalto Enmascarado, no solo estamos buscando venganza, sino que buscaremos el poder que el amuleto puede otorgarnos. Y tu lugar en la organización está asegurado... si tienes lo que se necesita para conseguirlo."