Capitulo Uno : Zombie

The Meddler (El entrometido)

Introducción

La sombra de eventos dolorosos que opacan nuestras vidas se convierten en heridas, que curan ,se hacen cicatrices, y estan ahi como recordatorios de batallas con fracasos y victorias.

 Las cicatrices del cuerpo son mas fáciles de asimilar, pero en la mente y en el corazón ,no sucede de forma tan sencilla.

Una mente o un alma marcada por heridas que siguen goteando dolor , por daños sufridos en un pasado y traumas que se arrastran hasta el presente viven bajo el umbral del desprecio, el rencor y la  ira contenida, esa alma es capaz de convertirse  en un ser al que las heridas le sangran pero no le duelen. 

La mayoría de los seres humanos, aceptan los desaires de la vida e intentar continuarla con poca afectación , otros, cuya perturbación no ha sido sanada, se permiten asi mismos evolucionar hasta poder suprimir su dolor de maneras realmente extrañas.

Capitulo Uno.

Zombie

Cuando era una niña, en cierta ocasión tuve que inventar una historia muy larga y complicada para poder mentirle a mi abuela y que no se enterase de una broma bastante rara que intenté hacerle a un primo, eso implicaba tener que involucrar todo un guion y a una serie de personajes ; desde ese día quede bajo la etiqueta de mentirosa ante todo el núcleo familiar.

¿Mentir? ¿Quién no miente en esta vida?

Sin embargo, es agotador vivir sosteniendo cada palabra día con día, por esa razón en estos momentos mi esposo y yo nos dirigimos a una terapia conyugal, para sanar heridas. ¿Heridas? Lo mío son cortaduras de tercer grado, con 8cm de profundidad. Casi me destruyen los órganos. Increíblemente sus mentiras casi me matan.

Yo, soy Alice , tengo 27 años y soy madre de cuatro pequeñas niñas, con casi diez años de matrimonio, desde el primer día nos basamos mi esposo y yo en una relación de verdades, honestidad y no nos ocultamos nada. ¿Nada? Nada, debería de llamarse la joven de 22 años que espera un hijo varón de mi amado marido.

Vivimos en la capital Managua, en Nicaragua el país mas grande en Centro américa, pero en esta ocasión este viaje en taxi, ha sido el más largo de mi vida, los silencios entre ambos y las miradas del conductor por el retrovisor me hacen sentir una completa idiota.

Puedo ver la gente, los autos, todo pasa de forma fugaz y tan vana, ¿Por qué seguir con este juego? , por tus hijas diría mi madre.

Centro espiritual Hosanna. Terapias para familias, matrimonios, y conflictos paternales.

La mujer vestida de falda verde y larga, con la camisa blanca de ejecutiva, Sandra, y esa sonrisa tan amable de recepcionista nos recibe como si tuvieran en sus manos la posibilidad de sanar mi vida, borrar, como darle clic derecho y suprimir de mi memoria el dolor, irse a papelera y eliminarlo permanentemente de mi disco duro, pero no, no es así.

-Bienvenidos esposos Zambrana. La Doctora Clinch les atenderá en un momento. Dulcemente nos sonrió la señora, de apariencia rara, una mezcla entre una cristiana devota y mujer independiente primer mundista.

¡Gracias! La voz de mi esposo que me mira con los ojos vacíos.

Frase que se ve interrumpida por mí, para preguntarle a ella donde puedo encontrar el baño.

-Diríjase a tres puertas luego verá un pasillo, ahí están los servicios higiénicos, respondió sin mayor gracia.

-Perfecto, dije y les miré a ambos.

Oportunas indicaciones, (pensé) puesto que siento tantas náuseas y mareos que podría pensar que estoy nuevamente embarazada, pero no. Son los nervios, es la angustia.

Mientras me dirijo por el pasillo voy pensando cuantas relaciones sexuales fueron necesarias para que concibieran ese niño. ¿Cuántas noches llego a acostarse conmigo sucio de los fluidos vaginales de ella? ¿Cuántas?

Hospital Virgen María.

(Un médico residente de psiquiatría explicándole a un pasante)

Esta señora, 35 años, Mara Luz Fonseca, paciente regular de psiquiatría, es necesario que le lleves a hacer una radiografía para ver el alcance de la lesión, y repetir nuevamente los análisis del laboratorio.

-Murmullos que no logro distinguir.