The mob

Amargo presente_Parte I

Capítulo 7

Pov Brad

Esto es una mierda; a pesar de cargar con las riendas del negocio no me siento satisfecho, y no se trata del dinero ──eso nunca me importo── solo que siento que mi vida es una puta rutina.

Encargarme que los cargamentos lleguen bien a sus destinos, ocultarme de la policía y sobre todo tener lazos.

Eso que dicen mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos mucho más cerca, eso es algo esencial en este tipo de negocios, pero es difícil y mucho más cuando la rivalidad es palpable y la ambición la reina de todo.

Pero cuando empecé a tener problemas con la mafia china que opera aquí en los Ángeles supe que las cosas iban a cambiar, pero nunca esperé que al chico que le dí trabajo y mi confianza terminaría siendo parte de dicha mafia.

Él poco a poco se ganó la confianza de todos y terminó siendo uno de mis mejores trabajadores, pero quien iba a pensar que el sería un infiltrado y que gracias a él tuve una gran pérdida de dinero y mercancía.

Cuando me percaté de todo ya era demasiado tarde y lo único que pude hacer, fue hacer un negocio con los rusos para salir de este lio y valla que me funciono.

Pero lo que nunca esperé fue que al momento de saldar cuentas con el malnacido de James la volvería ver. Cuando Dereck regreso con ese cuerpo herido en brazos lo primero que pensé era que estaba loco.

Como se le ocurría traer a alguien a casa y más si era una chica.

Pero al ver ese rostro supe de inmediato que antes la había visto, que la conocía de algún lado, pero lo que me sorprendió fue saber que la pequeña que antes le hacía bullyng y que utilizaba unas enormes gafas, fuera la mujer que tenía en frente.

Tenía una grave herida de bala en el abdomen, pero eso no era lo inusual, ella había cambiado drásticamente, ahora tenía dos perforaciones en el rostro; una en la nariz y otro en la boca, ahora tenía el cabello corto y pintado de ¿morado y rosado? no solo eso, sino que ahora tenía un tatuaje en el tobillo y de su brazo izquierdo se asomaba una ramificación de lo que parecían ser rosas.

Las rosas, sus flores favoritas, según ella a pesar de ser tan hermosas y parecer tan frágiles, eran letales y sus espinas eran algo de que temer, aunque cuando lo dijo solo tenía 10 años y me parecía algo loco, ella evitaba mirar a las personas a la cara y en un comienzo hablaba muy poco, por no decir nada. Cuando la llegué a conocer, me di cuenta de que al hablar lo hacia abajo argumentos, no le gustaba hablar por hablar.

No entiendo cómo es que ella termino así, pero lo más importante, ¿Qué relación tiene ella con el imbécil de James?

Salí de mis pensamientos en el momento que vi a Dereck y David entrar a mi despacho. El ambiente se tornó pesado, no me esperaba esa sorpresa y supongo que los muchachos tampoco.

── ¿cómo es que la encontraste en ese estado? ── pregunta David mientras mirada el suelo sin salirse del asombro.

──estoy tan perdido como ustedes, cuando me dirigí a la casa supe que antes había estado allí y lo confirme cuando estaba en el perímetro, reconocí inmediatamente el barrio en donde creció Abie── empieza a relatar Derek; yo le asigne esa misión, él tenía que ir por ese malnacido y darle una lección, pero al regresar todo fue un complot. Su ropa estaba llena de sangre, su rostro reflejaba una preocupación inminente, todo era muy confuso hasta que él nos llevó a una de las tantas habitaciones que hay y nos fijamos en ese cuerpo tan frágil al borde de la muerte.

──cuando nos acercamos más al blanco, escuchamos un disparo y con eso supimos que algo no andaba bien, así que nos dividimos en tres grupos para poder rodear la casa, yo decidí ir por el patio trasero por si intentaba escapar; pero al llegar Abie estaba sosteniéndose el abdomen y antes de que pudiera reaccionar, James ya la había atacado, tirándola sin compasión hacia la pared y luego llenándola de golpes, no podía moverme, no quería creer que ella era Abie, por eso cuando retome el control sobre mi cuerpo pensé que ya era demasiado tarde. Viejo Abie no se defendía, estaba llena de sangre y su cuerpo se quedó inerte.

──ya está, no te martirices, si me quede de piedra cuando la trajiste no sé cómo hubiera reaccionado viendo como la lastimaban── comenta David tratando de calmar un poco a Derek.

──pero algo si debo decir── prosigue David ──sigo sin entender porque Abie estaba precisamente en ese momento… allí. ¿por qué ahora? ¿por qué después de tanto tiempo decide aparecer?

──pienso lo mismo, es extraño que aparezca así de la nada── suelto esa palabra al aire, fue casi inevitable que saliesen.

En eso entra Chad al despacho con unos folios entre sus manos ──aún se están matando la cabeza por esa chica que trajo Derek, miren no tengo ni la menor idea de quién es y que es para ustedes, pero dejen las estupideces a un lado, en menos de unas horas los rusos llegaran para firmar el contrato y ustedes en lo único que piensan es en la puta de James.

──no seas tan estúpido y guarda tus estúpidos comentarios para otro momento── brama David ──precisamente como lo dices, no tienes idea de quién es y aun así decides denigrar su nombre comparándola con las mujerzuelas que acostumbras a ver.

──no necesitas recordarme cual es mi trabajo soy tu jefe, que no se te olvide── dije ya cabreado.

──¡carajo! Podrían dejar el maldito misterio a un lado, ya me cansé de que Ashley a cada cinco minutos me pregunte sobre ella cuando no tengo ni la menor idea, por Dios ustedes saben lo insoportable que es.

Derek suelta una pequeña risa ── ¡ey no se desquiten con el pequeño! pronto lo sabrás.

──deja de decirme pequeño ya no tengo dieciséis, además por qué no lo cuentan ahora, se suponen que somos un equipo, bueno sin contar a la bruja de Ashley.

En eso no puedo evitar reír; recuerdo cuando lo conocí era pequeño e insolente, un loquillo andante, nunca lo vi consumiendo drogas, pero sí que tenía sus negocios sucios con la mafia, me sorprendí un poco cuando mi jefe decidió cuidarlo como si de un hijo se tratara. Muchos juzgaron su decisión pues era un mocoso que se crio en la calle, nadie sabía con qué mañas venia, pero todos nos sorprendimos al saber que era un chico común y corriente, igual a nosotros, con sus bromas traviesas, nunca se callaba, si algo no le gustaba lo iba diciendo pues era terriblemente honesto, era capaz de retar al jefe, algo que ni siquiera yo fui capaz.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.