En cuanto escuche esas palabras salir de su boca, me quedé congelada. Ya sabía la verdad antes de que el me la dijera, pero oírla salir de su boca. No pude más. Salí de mi shock y corri, corri como si mi vida dependiera de ello, aunque posiblemente lo hiciera. Sabía que no me haría daño pero fue un instinto, tenía que irme a casa. No me dio tiempo ni siquiera a bajar las escaleras de su porsche cuando el ya estaba delante mio.
-Lara, por favor dejame explicartelo. - En el fondo sabía que seguía siendo el Stefan de siempre pero no podía.
-Stefan, por favor déjame irme.
-Solo dejame explicartelo todo y si luego no quieres hablar mas conmigo te dejare en paz. Te lo prometo.
-Esta bien, pero quiero que me lo cuentes todo y que me respondas a todas las preguntas que tenga.
-Te lo prometo, te contaré todo.
Stefan me invitó a pasar a dentro para que me relajara, insistió en darme una taza de café , pero estaba tan nerviosa que se me había cerrado el estómago.
-Puedes preguntarme lo que quieras, Lara, te sere sincero.
-¿Cuantos años tienes?
-Tengo 17.- le mire como lo haría una madre regañando a su hijo. A lo que el suspiro.- tengo 17 desde el 5 de noviembre de 1846. Por lo que tengo 173 años.
-Wow- sentí como el aire salía de mis pulmones.- ¿Cómo es eso posible?
-Al transformarse en vampiro te quedas con la misma apariencia física que el supuesto día en el que moriste y luego volviste a la vida como vampiro. En mi caso mori a los 17 y por eso luzco de esta edad.
-¿Cómo te conviertes en…?- todavía me costaba decir la palabra.
-¿Vampiro? Primero tienes que beber la sangre de un vampiro, luego morir y al morir con sangre de vampiro en tu sistema vuelves a la vida. Pero para completar la transición tienes que beber sangre humana.
-Dios es mucho por digerir.
-Lara tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie.
-Yo… te lo prometo.
-¿Cómo es que puedes salir a la luz del sol?
-Eso es por este anillo.- Me enseñó su anillo familiar- Es una piedra lapislázuli. La hechizo un bruja para protegerse del sol.
-Tu hermano Damon, también tiene un anillo asi. ¿Es como tu?- le pregunté.
-Si, Damon es como yo.-Por alguna extraña razón no sentí miedo de él.
-¿Por qué no quisiste que invitara el otro dia a Damon?
-Porque piensa que soy peligroso y que podría hacerte daño, solecito.
-Hablando del rey de roma.
-¿Lo vas a hacer?-le pregunté.
-Jamás.
-¿Que cosas podéis hacer?- Esta vez Stefan se apresuró a contestar.
-Podemos correr a una velocidad sobrehumana, todos nuestros sentidos están más desarrollados.
-¿Bebéis sangre humana?
-Uy Stef… Tema delicado para ti, no?
-Callate Damon, no tiene porque saberlo asi.
-Sabéis que sigo aquí verdad.- Ellos se dieron la vuelta para mirarme- y Stefan me prometiste saber todo.
-Esta bien.
-Hubo una época en la que me descontrole…-
-Perdon, perdon. ¿Te descontrolaste? Eso es poco para definir lo que hiciste hermanito- hablo Damon.
-¿Vas a contarlo tú o la cuento yo?- le dijo a Damon.
-Cuentalo tu, pero si lo cuentas mal te corregiré hermanito- dijo Damon mientras le guiñaba un ojo.
-Bien, después de que Katherine nos transformara y nos enteramos de que había muerto, tuvimos que sobrevivir nosotros solos. Empeze a beber sangre humana, su sabor era tan exquisito que cada vez ansiaba más, cada vez necesitaba más. Hasta que un dia me converti en un destripador.
-¿Des-destri-tri-pador?- dije tartamudeando y alejándome de él en el sofa.
-Lara, vez por eso no queria contartelo, no voy a hacerte daño. Ya no bebo mas sangre humana.
-Esta bien, solo es la presión del momento.-suspire me intente calmar y me volví a acercar a él.
-Me llamaban destripador, porque a pesar de haber apagado mi humanidad, después de matar a alguien la culpa me carcomía. Así que volvia a reconstruir los cuerpos como si no hubiera pasado nada.
-¿Cómo lo superaste?
-Se llama Lexi, ella me ayudó a controlar el monstruo que hay en mi.- dijo agachando la cabeza. No pude más, me lanze a sus brazos. Al separarnos nuestros rostros quedaron demasiado cerca y no se como paso pero Stefan me estaba besando. De pronto se escuchó un portazo lo cual hizo que nos separamos de golpe.
-Yo, Stefan no puedo. Yo no siento lo mismo por ti- dije. Porque sabía que el causante de ese portazo fue Damon, el mismo que causaba mis suspiros todas las noches.
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Editado: 12.05.2020