Sarah:
Me desperté, seguro estaba horrible por lo que pasó anoche, miré mi celular, eran las 6:30 a.m., me puse a revisar el aparato y tenía 7 llamadas perdidas y 11 mensajes sin leer. Todos de Jason. Los elimine sin leerlos, no quería saber nada de él.
Me levanté 15 minutos después, fui al baño, me di una corta pero refrescante ducha después de hacer mis necesidades.
Le eché un vistazo a mi maleta para confirmar que el vestido que usaría hoy estuviera ahí, quería dar una buena impresión, por suerte lo encontré, al igual que mi maquillaje, y mis zapatos, y mi bolso.
No tenía plancha, pero había una secadora en el baño.
Me vestí, me calzé, y me termine de maquillar no muy exagerado ni muy natural; a las 7:00 a.m. me inicié a secar el cabello después de desenrredarmelo con el cepillo, luego me peiné el cabello en un semi-recogido con un pequeño gancho recogiéndolo en la parte superior trasera de mi cabeza; en mi opinión mi aspecto me hacía sentir un poco sexy... solo un poco.
Cogí mi bolso, metí mi teléfono (mi vida entera está en él), las llaves de mi habitación, labial (para retocarme),, un pequeño frasco de perfume (por si acaso),, mi cartera, y unas cosas innecesarias también.
(...)
Llegué al edificio, tenía un gran letrero que decía: Grace Art Inc. Era enorme, entré hasta la recepción, dije mi nombre y me dijeron que el señor O'Brady me estaba esperando en la oficina F-51 del piso 6.
Fui hasta el elevador, presione el botón con el número de mi piso. Llegué a la oficina, donde estaba sentado un hombre unos años mayor que yo, debo decirlo, muy atractivo.
—Señorita McLain, ¿cierto? —dijo con una hermosa voz ronca que me hipnotizó.
—Sí, soy yo —dije, así como si nada.
—Pase, por favor —yo estaba muriéndome por dentro por el hombre que tenía en frente mio.
—Soy Finn O'Brady, yo te voy a hacer la entrevista el día de hoy, señorita... —leyó una hoja de su escritorio— Sarah McLain.
(...)
La entrevista salió muy bien para ser franca, conseguí el empleo, él me dijo que necesitaban ocupar el puesto de inmediato y yo era la única que pasó.
—¡Me dieron el empleo! —grité por accidente de la emoción en las calles de Nueva York, cerca de Central Park, la gente me miraba como si estuviera loca y enseguida me callé.
Estaba muy feliz por mi logro, Y eso era muy bueno porque no tenía como sobrevivir, me tocaba iniciar desde cero (0). Mañana es mi primer día, seré la asistente personal del jefe y dueño de la galería de arte Grace Art Inc.
¿Quién será?
Sí, quién será, ¿será guapo?
¡Cállate!
Grrr
Solo iré a mi habitación en el hotel...
Solté un fuerte suspiro.