Pov's Megan:
Observo por la ventana como dejamos atrás la ciudad a gran velocidad. Derek conduce con la mirada fija en la carretera para no ocasionar un accidente, con una mano controla en volante y con la otra da pequeñas caricias en mi muslo.
Suelto un suspiro rendida y volteó a verlo– A donde me llevas? –le pregunto por décima vez. Desde que me dijo que saldríamos no me ha querido decir a dónde me llega y eso me pone de los nervios.
– Confías en mi? –ruedo los ojos y asiento– Entonces debes esperar –sonrie mirándome unos segundos.
– Sabes que odio las sorpresas –murmuro entre dientes.
– Está te va a gustar –me da un beso rápido en la mejilla y vuelve a su lugar.
– No vuelvas a hacer eso! –lo regaño mirándolo mal por no mantener su atención fija en la carretera. Suelta una risita y entrelaza nuestros dedos dejando en auto en silencio.
Pasan 15 minutos y llegamos al borde de una playa gigantesca. Volteó alzando una ceja y veo a mi castaño con un pañuelo es sus manos.
– No puedes ver hasta llegar –lo observo unos segundos más y asiento dándole por vencida. Le doy la espalda para que me coloque la venda en los ojos, escucho la puerta ser abierta y luego cerrada con suavidad. A los segundos escucho que la puerta de mi lado se abre y las manos de Derek se posan en mi cintura bajando me del auto.
Avanzo unos pasos sujeta de él, cierra la puerta y camina detrás de mi sosteniendome de la cintura.
– Me caigo y ten por seguro que no saldrás ileso –amenazo con diversión en mi voz.
– Tranquila fiera –susurra con sus labios en mi oreja mandando escalofríos por todo mi cuerpo. Seguimos caminando por lo que creo es un camino de madera hasta que escucho el sonido del agua chocando con la arena. Nos detenemos y Derek se separa de mi dejando un pequeño beso en mi hombro.
Agudizó mi audición para captar algún sonido que lo delate, sus pisadas las puedo escuchar muy leves contra la arena, su respiración es tranquila confundiéndose con el agua y estoy segura que la ventisca desordena su cabello al igual que el mío. De solo imaginarlo muerdo mi labio con una sonrisa de lado provocando un gruñido de su parte.
– No hagas eso –dice entre dientes acercándose a mi. Con sus manos acaricia mis mejillas y sus pulgares se encargan de liberar mi labio de entre mis dientes. Se acerca aún más dejando nuestros cuerpos sin espacio entre ellos y me besa como hace tiempo no lo hacía, en él se puede sentir el deseo contenido pero también el amor y el cariño que nos tenemos.
Subo mis manos a su nuca jugando con su cabello y que el oxígeno de ambos choque por la cercanía. Siento como sus manos pasan a mi cabeza desatando el amarre del pañuelo, pero sigo con los ojos cerrados disfrutando del beso.
Nos separamos por la falta de oxígeno en nuestros pulmones, deja un beso en mi frente y se hace a un lado dejándome ver lo que hay a sus espaldas.
Un camino hecho con pétalos de rosas guiándome hasta una mesa y dos sillas aparece frente a mi. Sobre la mesa se encuentran dos platos cubiertos, una botella de lo que supongo es vino y una cesta con frutas. Sonrió volteando a verlo para lanzarme a sus brazos con fuerza.
– Es lo mejor que me han hecho en la vida –murmuro con mi cabeza en su cuello.
– Me alegro porque no dejaré que otro lo haga –sonrie y nos separamos. Me saco los tacones y caminamos a la mesa para comenzar a comer.
(...)
– No puedo creer que lo hicieras –rio dejando la copa en la mesa.
– Que esperabas? El director me había suspendido solo por pintar el auto de su esposa de color verde chillón –suelto otra carcajada sin poder evitarlo. Este chico es una caja de sorpresas.
Hace 15 minutos terminamos de almorzar, no puedo decir que cenamos porque apenas son las 3 de la tarde.
– Hablando de eso, el Lunes volvemos a la universidad. Hemos faltado una semana entera por lo del viaje a Rusia y no quiero reprobar –le digo apoyando mi espalda en el respaldo de la silla.
– Yo tampoco quiero ver la cara de los profesores otro año a si que vamos a tener que ir –se levanta y extiende su mano hacia mi. La tomo gustosa y caminamos hasta la orilla de la playa dejando que el agua toque nuestros pies.
Apoyo mi cabeza en su hombro mientras él me rodea con su brazo izquierdo. Suelto un suspiro observando los yates que se pasean por el mar con preguntas en mi cabeza. De un movimiento inesperado Derek me coloca en su hombro como saco de papas teniendo un grito de mi parte.
– Estás loco?! –pregunto acelerada por la sorpresa.
– Loco por ti –ruedo los ojos ante su tono humorístico y trato de salir de su agarre sin éxito. Comienza a caminar hasta el muelle que se encuentra a varios metros de donde nos encontrábamos.
– Que planeas Jones? –cuestiono viendo como sus pies avanzan por la arena. No me juzguen, no tengo nada más entretenido que ver en esta posición.
– Algo que te aseguro que disfrutaras –estoy segura que tiene una sonrisa en su rostro orgulloso de sí mismo.
– Bajale a tu ego niño –rio dándole una nalgada obteniendo un gruñido. Suelto una risita y digo dándole golpes en la espalda y piernas para que me baje pero no lo consigo hasta que una idea cruza por mi cerebro.
Editado: 21.12.2018