Sarahi nunca iba a lograr entender qué es lo que las chicas veían en los futbolistas. Ella entendía la parte de la atracción sexual, lo que no entendía era porque las chicas querían atarlos, convertirlos en los futuros maridos perfectos cuando solo eran chicos de entre 18 y 24 años que querían vivir libres. El que ella pasará mucho tiempo con ellos, hacía que solo sintiera más rechazo hacia los hombres en esa edad.
—Sa ¿Estas prestando atención? —Ella levantó una ceja mirando desaprobatoriamente a Travis.
Travis era la clase de chico con el que todas querían salir, incluyendola en algún momento, era lindo, inteligente y rudo. Tenía tatuajes y nunca nadie te faltaria el respeto y sobreviviria para contarlo, sin embargo la libertad que Sarahi tenia era muy difícil para él y sus buenas sesiones de besos y largas charlas profundas, llegaron hasta eso, una muy buena amistad.
—¿Tu siquiera te pones a hablar con las chicas que te follas por dos minutos? Te aseguro te ahorraras muchisimo drama.
—Entonces, ella es la que me acosa ¿Y yo tengo la culpa?
Sarahi rodeo los ojos y se metió dos papas fritas a la boca para no tener que responder. Travis era un buen chico pero muy malo para el sexo casual. El resto del equipo llegó a la mesa y la poca paz que tanto le gustaba a Sarahi se esfumó.
—¿Que hay?
Chad se sentó a su lado y la despeinó en forma de saludo luego de besarle la frente, Kenny choco puño con ellas y justo enfrente de ella se sentaron dos porristas, Jenna y Traicy, las únicas dos porristas que no eran echadas de la mesa por la única razón de que se podía mantener una conversación con ellas sin que dijeran “o sea” cada tres palabras y comian chicle con la boca cerrada.
—Sa ¿Ya tuviste clase con el chico nuevo?
Volvió a meterse comida a la boca para no tener que responder, no es que ellas le cayeran mal pero hablar de chicos no era un tema de conversación que le interesara mucho. Negó mientras tomaba de su botella de agua.
—Es británico y es increíblemente guapo.
—Tal vez no lo conozca hasta el semestre que viene.
Jenna puso ojos soñadores y empezó a hablar de la conversación que habían tenido en clase de Acción Social II, Sarahi rodeo los ojos. Seguro que su conversación era más importante que entender que eran los movimientos sociales.
Se levantó de la mesa sin decir nada, pasó junto a Travis para despedirse ya que los demás no le prestaban atención y un tenedor voló desde el otro lado de la mesa.
—Lo siento Sa, era para Chad.
—Tu punteria es un asco, ya veo porque estas en la banca.
Algunas risas sonaron en la mesa y una manzana a medio comer voló por encima del hombro de Sarahi. Ella rió sarcástica y se agachó para levantar el tenedor cuando se levantó sintió que alguien apretaba su culo.
—¿Que mierda?
Ella estaba muy sorprendida e indignada pero esa grosería no había salido de su boca, no sabia quien era el chico pero si de algo estaba segura es que no sabía quién era ella y tampoco quienes eran sus amigos.
—Dime que vi mal y que ese imbécil no te ha tocado el culo.
Cerró los ojos y suspiro con cansancio, varias sillas se arrastraron al mismo tiempo resonando en toda la cafetería. Lo que odiaba de haber salido con algunos de los chicos con los que ahora tenía una gran amistad era que habían pasado de comérsela con la mirada, a ponerla en un pedestal e intentar cuidarla como a la hermana que si tienen pero no soportan.
—Eh... ¿Lo siento?
—Primero que nada, chicos cálmense, solo es un imbécil de 18 años con las hormonas espantadas por un buen culo.
El chico tenía toda la cara roja y había empezado a sudar.
—Segundo, no le pidas disculpas a ellos, me las debes a mi, me tocaste cuando no quería ser tocada, merezco tu respeto porque soy una persona, no porque un grupo de deportistas te va a patear el culo.
A este punto de la charla, Travis ya se había sacado la chaqueta, Kenny se había teletransportado del otro lado de la mesa y Chad tenía las mangas de su chaqueta en los codos.
—Ti...tienes razón, lo siento mucho, no va a volver a pasar.
—Con ninguna chica.
El tipo, el cual parecía ya no tener nombre, asintió varias veces nervioso y luego se retiró lentamente hacia atrás como si alguno de los chicos fuera a atacar si se movía de forma brusca.
—Esos discursos tuyos no les da ninguna lección Sarahi. Tipos como ese vuelven a tocar el culo de otras chicas.
—La violencia solo genera mas violencia.
Sarahi se acomodo la cartera y volvió a tomar la bandeja.
—Lo dice la chica que le rompió la nariz a un hombre a los 5 minutos de haber llegado a un bar.
Jenna y Traicy la miraron horrorizada.
—Callate Kenny.
Lo que Kenny no había dicho es que el tipo al que le rompió la nariz y al que le dio una paliza, había puesto algo en el vaso de una chica. Sarahi podía ser muy antiviolencia, ella podía meterse en las peleas de dos borrachos en un bar y darles un discurso sobre porque la violencia es mala, podía meterse entre sus amigos o darles discursos a chicos hormonales de 18 años sobre porqué tocar el culo de una chica sin su consentimiento está mal, pero cuando veía una injusticia o cosas tan desagradables como, querer drogar a una chica, no podía soportarlo, algo dentro de ella crecía que la hacía enfurecer de tal forma que era imposible detenerla y mucho menos si estaba ebria.