Mi nombre es Carrie Scott, raro, lo sé, todo a mi alrededor es raro o más bien la rara soy yo, eso se esforzaban en recordármelo todos los días.
Nací en Ottawa, Canadá aún vivo ahí, mi vida no ha tenido muchos cambios desde que mi madre nos dejó a mi papá y a mí, para irse y vivir su aventura con nada más y nada menos que con mi tío, su cuñado, eso fue un escándalo enorme no solo para los vecinos y los que estaban de visita en la cuidad, sino también para la prensa lo cual es lógico, ellos siempre están pendientes en ver lo que sucede en la vida de los demás, más aún si estos son como mis padres.
Mi madre Harley Adams, desde niña destaco como un prodigio en el baile, mientras que mi padre James Scott era un cantautor muy reconocido internacionalmente, su profesión iba como la flor de primavera, floreciendo, en su total esplendor pero como toda estación se acaba, después que Harley nos dejara, todo su esfuerzo y trabajo se fue en picada, incumplió muchos plazos para sus canciones y se hundió en la depresión, sentí mucha rabia al ver esto, las dos personas que deberían cuidarme y darme amor me dejaban tirada, y con esto se fue toda esperanza de tener una vida normal. Con tan solo 10 años tuve que soportar críticas, maltratos y ofensas sobre lo insuficientes que éramos mi padre y yo al no poder mantener a mi madre con nosotros, mientras que en la casa tenía la responsabilidad de cuidar a mi padre como si fuera un niño, ya que según el doctor su mente estaba ausente debido a la depresión en la que había caído, me enfadé con él también debido a que él también me estaba dejando sola pero aun así no podía odiarlo al menos se quedó a mi lado.
Después de un tiempo todo en casa cambió, mi padre y yo habíamos mejorado nuestra relación, mientras él se esforzaba por mantener un trabajo donde aunque ya no sería como antes podía ganar un sueldo por encima del promedio para seguir manteniendo nuestro estilo de vida, y si bien el nunca más subió a un escenario sus letras seguían siendo muy buenas por lo que a pesar de todo lo contrataban como compositor. Por mi parte mi vida fuera de casa había continuado igual no tenía amigos y los poco que conocía que no conocían mi pasado estaban de paso o al enterarse se alejaban , así fue como terminé siendo “la rara” de mi cuidad y mi escuela, con 17 años mi vida seguía siendo una pesadilla y rezaba cada noche para que no llegara el inicio del nuevo año, mi segundo año en la escuela “Born Talent” prometía ser mi peor año, con estudiantes de intercambio de otras escuelas más los nuevos que ingresarían, pero no fue así y por primera vez sentí que podía lograr mis sueños, y podría hacer que me notaran por más que ser “la chica rara” y sobre todo podría hacer que sus ojos me vieran no solo para insultarme, sino como aquella vez, donde su sonrisa iluminó mi tarde lluviosa, donde su mano curó mis heridas, donde su voz llegó a mi alma a marcarla, sólo quería eso, poder volver a estar a su lado.