The rare (rising stars book 1)

1-El nuevo curso

                         Capítulo 1
 


 

Las gotas de sudor corrían por mi cuerpo una tras otra, jamás en mi vida había sudado de esta forma, sentía como de mis labios brotaban suspiros y jadeos, mientras su lengua recorría mi cuello a su antojo dejando leves mordidas en su camino hasta llegar al lóbulo de oreja donde se dedicó a lamer y chupar, sacando un gemido de mis labios, a lo que él se separó de allí para mirarme a los ojos con una sonrisa burlona en su rostro.
 

 

–¿Tan desesperada estás? –Me dijo aquel chico de cabellos negros los cuales caían por su rostro.
 


 

–¿Qué? –dije sin entender a qué se refería con un gesto de confusión plasmada en rostro.
 


 

–¿No entiendes?, estás tan desesperada por que esto suceda que no te das cuenta que es un sueño –me sorprende cuando me dice esto pero no me da tiempo a responder cuando siento un sonido empezar a surgir de algún lugar, y en un instante abro mis ojos, dándome cuenta que estoy sola en mi cuarto, jadeando de la sorpresa.
 


 

¡Joder, es la quinta vez en este mes! Pienso, mientras me siento tratando de estabilizarme, no puedo creer que haya soñado con él otra vez, suspirando y reganándome internamente me decido a tomar una ducha para intentar bajar el calor que aún recorría por mi cuerpo, mientras que su imagen recorre mi cabeza, su cabello negro azabache un poco largo el cual llegaba hasta la esquina de su ojo formando pequeñas ondulaciones en las puntas, sus ojos del mismo color que su cabello haciéndolos jodidamente profundos, fácilmente podría encantarte con ellos sin siquiera intentarlo, sus labios los cuales formaban una hermosa sonrisa cuadrada, su cuerpo esbelto y fornido sin llegar a ser exagerado.
 


 

Sonreía pensando todas y cada una de sus características cuando me di cuenta que ya era hora de volver a la realidad y apartando de mi mente sus hermosos ojos, me digné a salir de la ducha decidiendo que me pondría. Finalmente me decidí por algo simple, un pantalón negro y un abrigo holgado azul marino, al terminar suspiro desganada  y recojo mi pelo en una coleta y dejo que mis flequillos caigan por mi rostro tapando uno de mis ojos, después de todo tomo mi mochila colgándomela en mi hombro y bajo corriendo por las escaleras para toparme con mi padre tomando su café. 
 


 

–Buenos días –me dice y le respondo con una sonrisa adentrándome a la cocina.
 


 

–Papá…
–Sí, tu desayuno está listo –dice sin dejarme terminar señalando un plato sobre la meseta– come tranquila aún es temprano, yo me tengo que ir tengo trabajo.
 


 

Dicho esto me da un beso en mi cabeza despeinándome, aunque no era como si estuviera peinada de todos modos y sale hacia su trabajo como todos los días.
Sonrío ladinamente comiendo mi desayuno al darme cuenta que supo lo que iba a decir ya que era nuestra rutina matutina, sin saber cuánto tiempo pasó siento mi teléfono sonar y supe que el autobús de la escuela pasaría por el frente de mi casa en aproximadamente cinco minutos,  guardo el resto de mi desayuno en una bolsa para el almuerzo y salgo corriendo fuera de la casa.
 


 

Justo a tiempo. Digo en mi cabeza al ver el autobús doblar la esquina de mi calle y estacionarse frente a mí, agarrando bien mi mochila me subo y al instante se empiezan a escuchar murmullos entre todos allí a lo que aparto la mirada entre avergonzada y molesta hasta que siento una mano en mi espalda
 


 

–Perdón por la tardanza–dice una agitada voz a mis espaldas que reconozco muy bien–tuve que...
 


 

–No me interesa pasen y siéntense los dos, que aún me faltan chiquillos por recoger –dice dándole una mirada de desaprobación al chico que todavía se encontraba detrás de mí el cual solo pudo reír apenado.
 


 

Caminé hasta  encontrar unos asientos vacíos que se encontraban al final del autobús donde me senté tranquila hasta que sentí un peso a mi lado y me giro sonriendo.
 


 

–¿Qué excusa te ibas a inventar esta vez Bennett?
 


 

–No es de tu incumbencia Scott –dice viéndome seriamente aunque este semblante le dura poco y acaba riéndose a carcajadas –me volví a quedar dormido Carrie, ¿puedes creerlo?
 


 

–Lo extraño sería que no te quedaras dormido Mike –dije mientras lo veía reírse causando que yo también sonriera cálidamente.
 


 

Mike Bennett  era el único chico de la escuela con el cual mantenía una relación amistosa a pesar de ser rico y popular, Mike era mi mejor amigo desde hace 2 años, cuando en una tarde en la escuela de repente me pidió ayuda, desde ese día éramos inseparables y se lo agradecía mucho, Mike era guapísimo, su pelo castaño claro  combinaba perfectamente con su piel clara y sus ojos azules verdosos parecían dos orbes brillantes los cuales hacían un contraste perfecto con sus labios. Mike seria el sueño de cualquier chica pero mi corazón nunca se había acelerado, ni me sentía como si volara junto a él, pero aún así sabía que no tenía oportunidad con Mike por lo menos no de amor pero tampoco la quería, no por ser estúpida como había escuchado que muchas chicas me llamaban, simplemente aunque lo intentara su nombre estaba grabado en mí. 
 


 

–A parte de estúpida, ¿sorda? –dijo una voz parada al lado de mi asiento logrando sacarme de mi mente, subiendo mi mirada encontrándome con el pelinegro dueño de mis sueños húmedos mirándome fijamente de manera despótica.
 


 

¿En qué momento subió?   
 


 

Mi mente estaba en trance no entendía que hacia él parado frente a mí y menos como era que no lo había notado.
Tienes que dejar de estar todo el tiempo en tu mundo. Me regañó mi mente mientras cerraba mis ojos con fuerza sin saber que decir
 




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