The River Of Secrets

Capítulo 3: Ecos del Pasado

El sol comenzaba a ponerse sobre Santa Lucía, cubriendo el pueblo con una luz naranja que alargaba las sombras de los árboles y edificios. Laura caminaba sola por las calles vacías, con la mente llena de recuerdos fragmentados que intentaba ordenar. El encuentro con David y Nicolás había removido más de lo que esperaba, y el nombre del río le resonaba en la cabeza como un eco distante pero insistente.

El río. Ese lugar había sido testigo de un evento que todos, sin excepción, intentaron borrar de su memoria. Nadie habló de ello, no después de lo que ocurrió esa noche, ni en los días, ni en los años que siguieron. Y ahora, la desaparición de María parecía llevarlos de vuelta a ese mismo punto oscuro.

El sonido de pasos la sacó de sus pensamientos. Al volverse, vio una figura que avanzaba hacia ella. Clara, la hermana menor de Hugo, se acercaba con expresión seria. Laura no la había visto en años, y el cambio en su apariencia era sorprendente. Había envejecido más de lo esperado para sus años; sus ojos oscuros parecían pesarle en el rostro.

— Laura — la voz de Clara sonó apagada, como si el simple hecho de pronunciar su nombre le costara esfuerzo—. No sabía que habías vuelto.

— Llegué hoy — respondió Laura con una sonrisa incómoda—. Lo de María... no pude quedarme sin hacer nada.

Clara asintió en silencio y luego desvió la mirada hacia el horizonte, como si las palabras le resultaran difíciles. Finalmente, habló.

— Hugo no está bien. No ha salido de la casa desde que María desapareció. No come, no duerme... —Clara apretó los labios—. Me temo que está volviendo a ese lugar oscuro en el que cayó hace años.

Laura no necesitaba que Clara fuera más explícita. Sabía a qué se refería. Hugo había caído en una profunda depresión después de lo que sucedió en el pasado, y aunque nadie hablaba de ello, todos en el pueblo lo sabían.

— Quiero ayudar — dijo Laura suavemente—. Si hay algo que podamos hacer por María...

Clara la miró por primera vez desde que empezó la conversación, sus ojos llenos de una mezcla de esperanza y desesperación.

— No sé si puedes ayudar. No sé si alguien puede, pero... — Clara hizo una pausa, como si luchara con lo que estaba a punto de decir—. Hugo siempre decía que el pasado no se queda enterrado para siempre. Creo que tenía razón.

Las palabras de Clara resonaron en la mente de Laura mientras se alejaba. Sabía que, en el fondo, Hugo había tenido razón. El pasado siempre encontraba la forma de salir a la superficie, y ahora se sentía como si estuvieran de vuelta en ese momento en el que todo comenzó a desmoronarse.



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En el texto hay: thiller, psicológico.

Editado: 18.09.2024

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