Después de semanas de lucha, los esfuerzos del grupo comenzaron a dar frutos. Las revelaciones contenidas en el diario de María y en los documentos del pueblo fueron suficientes para que se iniciara una investigación formal. Sandra fue una figura clave, compartiendo su dolor y la historia de su hija.
Los arrestos comenzaron. Hugo y varios cómplices fueron llevados ante la justicia, y la comunidad empezó a sanar, enfrentándose a su oscuro pasado.
En la tumba de María, el grupo se reunió una vez más. La lápida, ahora adornada con flores y recuerdos, simbolizaba no solo su vida, sino también la lucha por la verdad.
— Lo logramos, María —susurró Laura—. Tu historia será conocida.
FIN