The Role Play-El juego del anfitrión

Capítulo 1

Nuevo año, nuevas experiencias, nueva yo.

Ayer por la noche preparé mi mochila para la vuelta al instituto, creo que estaba muy emocionada por volver a ver a mis amigos.

Siento que no dormí nada de lo nerviosa que estaba. Me levanté super temprano para prepararme porque yo sé muy bien que estos rizos me van a tomar tiempo para definirlos. Sentí que mis brazos ya no podían, tener el pelo rizado ya es complicado pero encima largo... pfff, no se lo deseo a nadie.

Hoy opté por no ponerme gafas sino lentillas pero cada vez que trataba de ponérmelas, parpadeaba sin control y las lágrimas me nublaban la vista. Tuve que detenerme un momento, apoyándome en el lavabo del baño para respirar hondo. Llevo DOS horas aquí. Me puse mis gafas y bajé a desayunar.

Bajé las escaleras y me encontré a papá en la cocina, preparando el desayuno. Llevaba un delantal verde nuevo que había comprado en línea.

—Hola, papá.

—¡Miranda! Pensé que nunca saldrías de ese baño —dijo con ironía.

—¿Qué hay de desayunar? —pregunté, dándole un beso en la mejilla.

—Panqueques, tus favoritos —respondió entusiasmado—. Siéntate rápido a comer, si no quieres llegar tarde.

Terminé de desayunar y me puse en marcha hacia el instituto. No vivo muy lejos, a unos veinte minutos andando.

Al salir, me encontré a los gatos de la vecina rodeando la entrada de mi casa, son unos gatos callejeros pero a mi vecina le encanta darles de comer. La verdad, me dan un poco de miedo ,sobre todo porque no parecen asustarse cuando pasó al lado suyo.

El día estaba soleado, así que decidí no ponerme los auriculares y, por una vez, enfocarme en el paisaje. Pasé junto al cementerio, que hoy parecía más vivo que muerto bajo los rayos del sol. Es bonito, está lleno de flores y, en esta época del año, de tulipanes.

A medida que me acercaba al instituto, empecé a ver más gente: grupitos de alumnos con sus mochilas, algunos medio dormidos, otros hablando emocionados sobre las vacaciones.

Reconocí la verja del colegio desde lejos, y mi corazón empezó a latir un poquito más rápido.

Y entonces los vi.
Allí estaban mis amigos, parados justo al lado de la entrada principal. Estaban riendo por algo que seguramente me había perdido, y sin pensarlo, eché a correr hacia ellos con una sonrisa que no podía controlar.

—¡Chicos! —grité, levantando una mano para que me vieran.

Cuando me acerqué, Peter fue el primero en verme. Siempre tenía esa sonrisa de confianza pegada a la cara, como si el mundo entero girara a su favor.
—¡Miranda! —saludó, abriendo los brazos como si estuviéramos en una película.
Me reí y le di un golpe suave en el hombro. Era imposible no contagiarse de su energía.

Will estaba justo detrás, medio escondido tras su móvil como de costumbre. Alcé una ceja divertida.
—¿De verdad no puedes soltar eso ni el primer día?
—La red del colegio es un chiste —respondió sin levantar la vista, pero le vi esbozar una sonrisa.

—¡Ya era hora, dormilona! —gritó Lorry, acercándose con su chaqueta de cuero y su pelo negro con mechas azules reluciendo bajo el sol. Siempre tenía ese aire rebelde que le quedaba tan natural.

No tardó en llegar Tobias, con esa calma despreocupada que lo hacía parecer que nada lo inquietaba nunca. Me dedicó una pequeña sonrisa y un asentimiento de cabeza, como si no hiciera falta más para entendernos.

Billy se unió enseguida, riéndose por algo que, seguro, solo él encontraba gracioso.
—Espero que hayas traído energías para sobrevivir a este año, Miranda —bromeó, dándome una palmadita en la espalda que casi me desarmó.

Por último, Catherine apareció con un libro en las manos, como si fuera una extensión de su cuerpo.
—No saben cuánto extrañaba este caos —comentó, cerrando el libro con un pequeño suspiro.

Los miré a todos y no pude evitar sonreír.
Mi gente.



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En el texto hay: misterio, manipulacion, juegos psicologicos

Editado: 29.05.2025

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