Capítulo 3

La campana sonó, marcando el final del recreo, y todos volvimos a clase.
Cuando entré al aula, encontré a Emma ya sentada en su lugar. Me forcé a esbozar una sonrisa, y ella hizo lo mismo, como si nada hubiera ocurrido. No dijo una palabra sobre lo que había pasado antes; simplemente actuó con total normalidad, y yo también me obligué a seguirle el juego. Durante el resto de la clase, hablamos de trivialidades, como si la incomodidad de hace un momento no hubiera existido en absoluto.

Aun así, no podía quitarme de la cabeza la extraña sensación que me dejó su mirada antes de irse. Pero no era el momento para pensar en eso.

Cuando terminaron las clases, apenas sonó la última campanada, recogí mis cosas a toda prisa y salí del aula casi corriendo. Tenía una cita con mis amigos.
Me dirigí directamente al parque, donde habíamos quedado para ir juntos a la casita del bosque.

Y ahí estaban ellos.

El sol empezaba a ocultarse cuando vi a mis amigos, a lo lejos, sentados alrededor de una mesa bajo la sombra de un árbol.

Me acerqué corriendo y cuando los vi estaban todos contemplando un sobre amarillo. Sus expresiones eran una mezcla de confusión y tensión. Algo en la forma en que se miraban entre ellos me aceleró aún más el corazón.

—¿Qué está pasando? —pregunté inquieta, todos me contemplaron en silencio—¡Vamos, hablen! —insistí, pero nadie respondió de inmediato.

Fue Catherine quien alzó la vista primero. En silencio, me entregó un sobre amarillo con mi nombre escrito en tinta negra. Sus manos temblaban ligeramente.

—¿Qué es esto? —pregunté mientras lo tomaba, notando el peso extraño en su interior.

Tobias, que estaba más cerca, me miró de reojo antes de hablar en voz baja, como si temiera que alguien pudiera escucharlo.

—Lo recibimos todos... un mensajero, o algo así. Estaba disfrazado. Nos dio estos sobres y se fue sin decir una palabra.

Éramos siete: Catherine, Tobias, Will, Billy, Peter, Lorry y yo. Cada uno tenía un sobre idéntico. Mis dedos temblaron al abrirlo y leer las palabras escritas con una letra impecable:

—"Enhorabuena, fuiste seleccionada para participar en el juego. De ahora en adelante formarás parte de The Role Play. Solo escribe 'acepto' al número siguiente."

Leí en voz alta, sintiendo una mezcla de incredulidad y desagrado.

—¿Esto es una broma? —grité, más sorprendida que molesta. No podía creer lo que veía.

—Yo diría que es una estafa—comentó Will cruzando los brazos.

—Pues yo creo que puede ser divertido, ¿no? —mencionó Peter tímidamente, Tobias lo atravesó de la mirada—No es para tanto, y si solo es un juego.

—No lo creo amigo—Billy soltó una risa breve tratando de aligerar el momento—Pero lo podemos intentar, un poco de acción no le hace daño a nadie.

—Eso solo pasa en los libros—murmuré, noté que Lorry nos observaba silenciosamente—Lorry, ¿Qué piensas?

Ella evitó mi mirada, mordiéndose el labio antes de susurrar.

—Es que no sé... —murmuró, como si pensara en voz alta—. Pero, Peter tiene un punto, siempre buscamos algo interesante, ¿no?

No pude evitar darle la razón. Algo en su lógica tenía sentido. Pero... ¿por qué nosotros? Esa pregunta me seguía rondando la cabeza, sin encontrar respuesta.

Antes de que pudiera responder, Catherine habló con urgencia.

—Chicos—susurró casi como si temiera que alguien pudiera escucharnos, nos acerquemos para escucharla—vámonos de aquí siento que nos están observando.

Giré la cabeza siguiendo su mirada y vi una figura a lo lejos, medio oculta tras un árbol. Estaba demasiado lejos para distinguir sus rasgos, pero su silueta inmóvil me llenó de un pánico inexplicable.

—Esto no pinta nada bien.

Nos levantamos en silencio y caminamos rápidamente hacia nuestra casita del bosque, un refugio que habíamos restaurado juntos durante el verano. Cada crujido de las hojas bajo nuestros pies parecía amplificado, como si todo el bosque estuviera en nuestra contra. Miré por encima del hombro más de una vez, segura de que alguien nos seguía.

Cuando por fin llegamos, cerramos la puerta y la atrancamos. Nadie dijo una palabra mientras nos sentábamos alrededor de la mesita de madera en el centro de la sala. Saque mi sobre del bolsillo y al desarrugarlo note un detalle en la esquina que no había visto antes.

—Hay algo aquí—dije mientras apartaba mis rizos de la cara para ver a mis amigos—Parece un símbolo.

—Dejame ver —Lorry se acercó, frunciendo el ceño —, es diminuto.

—Un momento—dijo Catherine mientras se levantaba—, creo que tengo una lupa por aquí.

La encontró en un cajón de un armario desgastado que teníamos allí. Al acercarla un pequeño símbolo llamó mi atención: un ojo dentro de un triángulo, rodeado de un círculo. Era un diseño extraño que parecía observarnos, y aunque no sabía su significado, sentí que un miedo enorme se apoderaba de mí.

—Que básico—Tobias no pudo evitar soltar una risa mientras acomodaba su pelo lacio hacia atrás—, podrían ser un poco más originales.

—Yo creo que significa que alguien nos está observando—dije seriamente—. Esto puede ser peligroso.

—Pues yo creo que es cool—soltó Peter—, solo es un juego, piénsenlo podemos divertirnos.

—No lo creo—dijo Will ajustándose las gafas.

—No te pases amigo—suspiró Billy—, Peter tiene razón, puede que solo sea un juego. De todas maneras, no lo sabremos si no intentamos. ¿Quién se une?

Billy extendió la mano hacia el centro de la mesa con una sonrisa confiada, y Peter puso la suya encima. La decisión no era fácil; ni siquiera sabíamos en qué consistía el juego.

—Necesito pensarlo—abrí el sobre de nuevo—, no sabemos nada del juego, no hay ni instrucciones. Hasta el nombre es raro.

—¿Un juego de roles? Piénsenlo dos veces no parece ser un simple juego—advirtió Catherine.

—Yo estoy dentro—Lorry sumó su mano—. Esto no pasa dos veces en Boulder City.