The Sacred Orb

Capítulo 59 — El uso del Astral

Los rayos de sol atravesaban los ventanales del castillo, iluminando los pasillos donde la brisa aún llevaba consigo el murmullo de las noticias del torneo. Asori caminaba lentamente, todavía con vendas en los brazos y el cuerpo adolorido, pero con un brillo nuevo en los ojos. Había una mezcla extraña en su pecho: miedo y orgullo, rabia y esperanza.

Al llegar a la sala de entrenamiento, la gran puerta se abrió y allí estaba Eryndor. El sabio, con su cabello blanco recogido detrás, lo observó de arriba abajo. Por primera vez en mucho tiempo, no mostró solo dureza. Lo abrazó con fuerza.

—Has vuelto, muchacho. —su voz sonó grave, pero cálida—. Pensé que no lo lograrías.

Asori, sorprendido por ese gesto, sonrió con torpeza.
—Estuve… cerca de no hacerlo.

Tras unos segundos de silencio, Asori habló con ansiedad.
—Maestro… durante mi pelea con Kael, mis ojos cambiaron. Sentí que podía ver todo con una claridad imposible, mi cuerpo se movía solo… más rápido, más fuerte de lo que jamás había hecho.

Eryndor lo escuchó sin interrumpirlo, hasta que asintió, con gravedad.
—Lo que describes… es Hakiri.

La palabra cayó como un trueno en la sala. Mikrom, apoyado en la pared, se irguió de inmediato.
—¡Lo sabía! Cuando lo vi luchar, pensé que estaba loco… pero ahora lo confirmas, Maestro.

Asori frunció el ceño.
—¿Hakiri? ¿Qué significa exactamente?

Eryndor cruzó los brazos y su tono se volvió solemne.
—Escucha con atención, Asori. Antes de hablar de tu Hakiri, debes comprender lo esencial: el Astral no es infinito. Ni siquiera para los portadores. Cada ser humano nace con un flujo limitado, una corriente vital que conecta su alma con el mundo. Usarlo sin control lo desgasta. Si lo fuerzas más allá de tus límites, lo agotarás… y si lo agotas del todo, mueres.

El silencio cayó en la sala. Asori abrió los ojos, sorprendido.
—¿Incluso los portadores… podemos perderlo?

—Sí. —Eryndor asintió, tajante—. De hecho, más rápido que otros. El Astral fluye en ustedes con mayor potencia, pero esa misma fuerza los consume más si no aprenden a controlarlo. Cada técnica, cada transformación, es un riesgo. El Astral es un río: deja que fluya contigo y te llevará lejos rompiendo la barrera de lo imposible para crear milagros; pero si lo fuerzas, se desborda y destruye lo que toca.

Mikrom se cruzó de brazos, con expresión sombría.
—Eso explica por qué colapsaste contra Kael. Tu propio flujo se te volvió en contra.

Eryndor prosiguió.
—El Hakiri es un despertar. Una evolución rara, producto de haber estado expuesto a Astral puro en cantidades absurdas. Tu organismo creó nuevos caminos internos para sobrevivir a esa presión. Pero esa “evolución” no es un regalo… es un arma de doble filo.

Asori tragó saliva.
—Entonces… ¿mi cuerpo cambió?

—Sí. Y lo que despertaste tiene nombre. —Eryndor lo miró con seriedad absoluta—. Dalf.

El término retumbó como un eco extraño.

—Es un Hakiri ofensivo, de los más peligrosos. Te otorga reflejos y fuerza que superan cualquier límite humano, pero drena tu Astral como un agujero negro. Está incompleto aún: lo que viste en el coliseo es solo la primera fase. El Dalf real tiene otra forma, otro color. Cuando llegue a su punto completo… no estoy seguro de si serás capaz de soportarlo.

Mikrom chasqueó la lengua, incrédulo.
—¿Y hay “niveles” de Hakiri?

—Así es. —Eryndor lo miró de reojo—. Jason también despertó uno, sensorial. Puede ver los flujos de Astral de sus oponentes, leer sus vínculos y debilidades. Es por eso que reconoció de inmediato el lazo que te une a Blair. Él no lo usa para golpear más fuerte, sino para ver más allá de lo que cualquiera podría.

Asori apretó los puños.
—Entonces… Jason y yo compartimos esto.

—Pero no olvides lo importante. —Eryndor se inclinó hacia él, con voz más grave—. El Dalf no debe usarse a la ligera. Cada vez que lo actives, tu vida penderá de un hilo. Úsalo solo en emergencias, cuando no exista otra opción. Porque mientras esté incompleto, es más un veneno que un poder.

Asori bajó la mirada. Su respiración era pesada, pero sus ojos brillaban con un fuego nuevo.
—Aun así… quiero aprender a dominarlo. No puedo seguir cayendo y esperando que otros me salven.

Eryndor lo observó un largo instante y, finalmente, sonrió con orgullo.
—Bien, muchacho. Entonces entrenaremos de verdad. Nada de medias tintas. Aprenderás que el Astral no es algo que se gaste… es algo que se honra. Y si dominas ese respeto, quizá un día el Dalf se convierta en tu mayor fuerza, y no en tu condena.

Después de aquella explicación sobre el Hakiri y el Astral, Asori permaneció en silencio un momento, su respiración aún agitada. Finalmente, bajó la cabeza y, con voz baja, se sinceró:
—Maestro… debo contarle algo más. Frente a todos, en el torneo… dije que soy portador del Orbe del Aire. Dije también que ayudaría a Blair en todo lo que haga falta para acabar con esta guerra. Y… —sus mejillas se encendieron— confesé lo que siento por ella.

Eryndor lo observó en silencio, pero su mirada no era severa, sino la de alguien que ve a un hijo crecer. Antes de que respondiera, la puerta de la sala se abrió suavemente. Blair se asomó, con un vestido sencillo, y sus ojos reflejaban una mezcla de ternura y preocupación.

—¿Interrumpo?

El sabio negó con calma.
—En absoluto. De hecho… era justo de ti de quien hablábamos.

Blair se sonrojó al instante, mirando de reojo a Asori.
—¿De mí?

Eryndor asintió, cruzando los brazos.
—Sí. Pero antes… —giró la cabeza hacia Mikrom—. Necesito un momento a solas con estos dos.

Mikrom los miró, arqueando una ceja, pero comprendió de inmediato.
—Está bien. —suspiró, esbozando una media sonrisa—. Yo iré a buscar algo de comer… aunque dudo que quede mucho en la despensa.
Se marchó, cerrando la puerta detrás de sí. El silencio que quedó parecía hecho a propósito.



#1523 en Fantasía
#2087 en Otros
#344 en Acción

En el texto hay: romance, aventura, fantasía drama

Editado: 01.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.