Capítulo 10

Las mañanas se hacían más hermosas, la luz resplandecía cada vez con más fuerza a través de la ventana de la cocina, el olor a café recién hecho aromatizaba con dulzura el ambiente y las clases de comida habían dado un resultado perfecto después de varios intentos fallidos.

- Amor – dijo Lilith con una sonrisa –. ¿Qué vas a querer de desayunar?

- Se me antojan unos wafles – dijo Jaejoong entrando a la enorme cocina –. Pero no creo que sea una buena idea.

- ¿Por qué? – preguntó la chica confundida.

- Tienes que apurarte para ir a la universidad – dijo el chico mientras se acercaba a besar tiernamente la mejilla de Lilith para tomar la taza de café que está le estaba ofreciendo.

- Y tú tienes que ir a trabajar – dijo Lilith con una sonrisa –. No es necesario que te preocupes por la escuela, siempre tengo tiempo de sobra.

Lilith se dio la media vuelta y comenzó a sacar todos los implementos, realmente se sentía complacida por su forma de vida, le encantaba recordar cualquier detalle que surgía de su día a día, pero fue sacada de sus pensamientos cuando sintió los brazos de Jaejoong rodeando su cintura.

- ¿Estás bien? – preguntó el chico en un susurro muy cerca del oído de Lilith.

- Sabes que sí – dijo Lilith con alegría, a pesar de todo, no se cansaba ni un poco de esa pregunta, Jaejoong la preguntaba todas las mañanas que si fuese otra persona ella sabía que lograría hartarla.

- En momentos lo dudo.

- ¡Vamos! – exclamó Lilith sorprendida girándose de frente a Jaejoong, pero si dejar que este la siguiera rodeando –. ¿Tú crees que haría todas estas cosas si no estuviera bien?

- Pues – dijo pensativo –. Creo que tienes razón.

- Bueno amor – dijo Lilith antes de acercarse rápidamente a los labios de Jaejoong para entregarle un beso fugaz –. Me tengo que ir.

- Vuelve temprano a casa – dijo Jaejoong antes de darle otro beso a su amada –. ¿Sí?

- Por supuesto.

Lilith se dirigió a la escuela con sumo entusiasmo, sabía que no le hacía falta nada más a su vida, se sentía el ser más feliz del mundo por tener a Jaejoong a su lado, siempre la cuidaba, siempre se preocupó por ella incluso desde el primer día que se vieron, por esa razón había llegado a experimentar un verdadero amor por él. Lilith se encontraba a escasos pasos de la entrada de la Universidad, pero una extraña sensación recorrió su cuerpo junto con un mareo intenso y ganas inmensas de vomitar.

- ¡Lilith! – gritó Sara, la nueva amiga de Lilith quien llegó a estudiar de intercambio con una actitud tan amigable que había cautivado a la chica –. ¿Te encuentras bien?

- Hola Sara – dijo Lilith tapándose la boca –. No estoy segura, me siento algo descompuesta.

- ¡Vaya! Te ves pálida – dijo Sara preocupada –. Sera mejor que vayamos a un hospital, en verdad te vez muy mal.

- ¿Podrías acompañarme? – preguntó Lilith nerviosa.

- Por supuesto – dijo inmediatamente la chica –. Eres mi mejor amiga y no pienso dejarte sola.

Lilith se sentía agradecida por el interés que mostraba la chica, de hecho comenzaba a sentirse realmente bien de tener una compañía como esa, desde el primer momento en que la vio pudo sentir en su interior unas enormes ganas de protegerla, de evitar que cualquier cosa mala le pasara. Debido a su situación, comenzó a pensar que por más que intentara protegerla de las cosas malas del mundo, en ese momento Sara era como su ángel guardián preocupándose por ella y estar dispuesta a velar por su salud.

- Señorita Lilith – dijo el doctor abriendo la puerta del consultorio –. Pase por favor.

- Gracias doctor – dijo Lilith nerviosa mientras entraba al consultorio.

- Bueno – dijo el doctor leyendo unas cuantas hojas sobre su escritorio –. Leyendo el informe de los síntomas que presenta, me gustaría hacerle un par de preguntas.

- Adelante doctor.

- ¿Desde hace cuánto usted no tiene su periodo? – preguntó el medico haciendo que Lilith se avergonzara instantáneamente y más por ser un ángel o demonio, como el mundo lo quisiera ver, no sufría exactamente de esas cosas tan habitualmente como los humanos.

- No lo sé doctor – dijo Lilith nerviosa –. Realmente siempre he sido irregular y tiene varios meses que nada de nada.

- Bien – dijo el doctor anotando unas cosas en las hojas –. Entonces pase por aquí por favor.