"The Sky" - A puro Rock and Roll

Capítulo 6

A medida que fueron pasando los días en Portugal, todo fue quedando más claro. Martín me había arrastrado hasta allí para cumplir la última voluntad de Joe Night. Al parecer, la verdadera causa de muerte del guitarrista era desconocida para la mayoría de sus antiguos compañeros de banda. Las falsas teorías; las especulaciones incriminatorias impuestas por los medios; las expectativas y la presión «inocente» por parte de los fans; y más que nada, el gigantesco pozo de oscuridad y culpa en el que se sumergieron los músicos… Todo eso terminó con los Purple Roll, haciéndolos incluso distanciarse para siempre.

«LA SOMBRA DEL ESTRELLATO: LOS VICIOS QUE ACABARON CON LA VIDA DE JOE NIGTH», «EL ALCOHOL Y LA SOLEDAD: UN CÓCTEL PELIGROSO», «TRAGEDIA EN EL MUNDO DE LA MUSICA: ESPECIALISTAS ASEGURAN QUE UNA MANO AMIGA PODRÍA HABERLO SALVADO». Aquellos titulares empapelaron las paredes y vitrinas de toda Inglaterra, pero más específicamente de Birmingham, la ciudad donde falleció el músico aquel trágico seis de enero.  

Los cinco músicos se hospedaban en hoteles diferentes desde hacía al menos tres años; cuando la guerra de ego entre Lee y Joe se había vuelto un asunto difícil de sobrellevar. A partir de entonces Lee acostumbraba a compartir hotel con su mejor amigo Roger y sus respectivas familias. Richard y Jon eran más exquisitos y casi siempre preferían sitios lujosos, alejados del ombligo mediático; por lo que en la mayoría de las veces alquilaban estancias compartidas con campos para hacer deporte.

Joe fue el primero en hartarse de tantos lujos y de los continuos tratos especiales por parte de la gente. En los últimos años de su vida se había albergado en sitios cercanos a museos o parques. Joe sufría insomnio, y por esa razón, uno de sus pasatiempos favoritos era realizar caminatas nocturnas, donde el peligro se transformaba en adrenalina. A ningún fanático se le hubiera ocurrido buscarlo en aquellos moteles de paso, vulgares en todo aspecto. Sin embargo, el último sitio donde eligió hospedarse había sido una estancia alejada de la ciudad, que prefirió habitar en soledad, dándole el aislamiento y la privacidad que buscaba para llevar adelante su idea.

Joe había programado un encuentro con Robert Martín para la medianoche. Su antiguo profesor se encontraba en Birmingham grabando su último material, y se dirigió al encuentro con su alumno predilecto inmediatamente después de salir de la productora. Martín lamentó por el resto de su vida haber llegado dos horas más tarde a la estancia, debido a contratiempos que surgieron en la grabación. Al ingresar al recinto y subir por las escaleras principales que dirigían a la habitación, Martín se encontró de frente con la desgarradora escena. Desde entonces este no hizo otra cosa que cumplir al pie de la letra las indicaciones que le habían sido confiadas.

 Durante la madrugada del seis de enero, cuatro teléfonos en distintos puntos de Birmingham quebraron el silencio casi en simultáneo. Robert Martín primeramente se comunicó con el mánager de Joe, quién tuvo que informar sobre el triste desenlace a los restantes miembros de la banda. Era una noche ventosa y nublada la que se llevó el último suspiro de Joe. No se veía en el cielo rastros de ninguna estrella. Ya había comenzado el luto. Joe se llevó consigo el alma de los Purple Roll, y con ello, inevitablemente también, una parte entera del Rock and Roll que lamentaría aquella pérdida por siempre.

El concierto de los Purple Roll previsto para la semana siguiente fue cancelado con un comunicado oficial que anunciaba la muerte del guitarrista, sin precisar demasiados detalles. El documento fue firmado por los cuatro músicos, y se informaba, además, que no existía ninguna posibilidad de postergar el evento. El show quedaría definitivamente anulado, al igual que todas las fechas que comprendían el England Tour. 

Aquello les costó una multa millonaria a los miembros de la banda; además de provocar la ira de los fans, a quienes no les alcanzó con saber que su dinero sería reembolsado. El mismo día que circuló el comunicado, diversos grupos de agitadores se acercaron al aeropuerto y violentaron el avión privado que servía de traslado durante los tours. Fue un caos, obviamente alimentado por los medios, quienes como siempre se enfocaban en atribuirle un culpable a la desgracia.

Mientras el cuerpo de Joe se encontraba en la morgue para ser sometido a una autopsia de la que nadie más que Martín supo, los restantes miembros de la banda escapaban del caos de Birmingham como podían. Todos se vieron obligados a alquilar autos particulares bajo nombres falsos, e incluso tuvieron que utilizar disfraces para no ser reconocidos. Habían llegado a Birmingham con la gloria bajo el brazo, y se fueron escapándose de los hoteles como si de criminales se tratara.

El funeral de Joe Night se celebró la semana siguiente en Edimburgo. Fue una ceremonia privada, a la que sólo asistió un centenar de personas. Joe se había establecido en Edimburgo luego del éxito del Purple Roll Rock. Allí era propietario de una pintoresca mansión que constaba de varias decenas de hectáreas. En aquel sitio el músico conseguía relajarse una vez finalizadas las giras, en compañía de su entonces mujer y madre de su único hijo.



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Editado: 24.02.2019

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