Con el único miembro de los Purple Roll con el que Lee y Roger intercambiaban correspondencia ocasionalmente era con Richard. La mayoría de las veces era a través de sus managers; aunque Lee confesó que habían hablado por teléfono en las dos últimas navidades —en dicha época del año existe mayor susceptibilidad a ponerse melancólico—.
Cuando Richard se aburría del clima de Inglaterra viajaba a San Francisco, y cuando el calor lo agobiaba retornaba a Liverpool. En ambos sitios organizaba breves giras en compañía de músicos amigos, personalidades reconocidas en el ámbito musical, o lo que la crítica promedio consideraba «artistas de lujo», que eran de la misma talla artística que Richard Jones.
El estilo de vida del tecladista era considerablemente pasivo desde la ruptura de los Purple Roll. Sus pensamientos e intereses habían cambiado tanto que parecía haberse convertido en otra persona: las fotografías más actuales revelaban un sujeto que lucía como un auténtico hippie. Se podía ver a Richard Jones vistiendo ropas holgadas, llevando el cabello suelto hasta los codos, y exponiendo una barba desarreglada que parecía a medio rasurar.
Conocimos a Roger Evans, ex bajista de los Purple Roll, durante los inicios de la segunda semana en Portugal. Lee nos tomó por sorpresa y nos invitó a un ensayo de «Stoff»; otra de sus bandas activas que había formado durante la juventud. Stoff había sido creada tiempo antes que Diagonal Six, y abarcaba una extensa variedad de estilos que variaban desde Rock clásico, hasta country, jazz y folk renacentista. Aquello les permitía a los músicos experimentar; y al mismo tiempo cumplía con las expectativas de sus seguidores. Los comentaristas musicales aclamaban la virtud que tenía Stoff para sorprender en cada nuevo trabajo, consiguiendo amoldarse a los nuevos estilos haciéndolos propios.
Roger Evans había sido bajista de Stoff, y también había participado en los comienzos de Diagonal Six. Años más tarde, cuando se graduó de la preparatoria, Roger se vio obligado a desistir de ambos proyectos cuando su familia se mudó a Gales; sitio donde permanecieron alrededor de tres años. De todas formas, Roger y Lee continuaron en contacto a través de la correspondencia… En las cartas intercambiaban ideas para sus composiciones y adjuntaban letras de canciones que aún no tenían melodía. Varias de esas letras se convirtieron, tiempo después, en himnos de los Purple Roll.
Luego de la muerte de Joe, Lee y Roger habían retornado a su antiguo proyecto, que conservó su nombre original. El hermano menor de Roger había sido baterista de Stoff, y aceptó complacido participar en el nuevo periodo de la banda. Este último viajó hasta Manchester para reclutar a Mic, su viejo compañero de escuela que había sido guitarrista desde los comienzos de la banda. Lee y Roger disfrutaban compartir proyectos juntos, cualquiera que sea, ya que los remontaba a la tranquilidad de otros tiempos. Ellos tenían una forma auténtica y relajada de vivir el rock; la cual habían adquirido luego de recorrer juntos una vasta trayectoria musical.
Roger y su mujer residían en Brighton, una ciudad turística ubicada en la costa sur de Inglaterra. Aquel era un sitio que les encantaba; y se encontraba a sólo una hora de Londres viajando en tren. Allí habían crecido sus dos hijas, quienes se convirtieron en virtuosas cantantes de Soul, se casaron, y llenaron de nietos al viejo bajista. Roger viajaba a Portugal cinco o seis veces al año, y permanecía allí un par de semanas. Durante aquella estadía Stoff producía su nuevo material y de vez en cuando organizaban giras por distintos puntos de Europa, donde se concentraba la mayor parte de los fanáticos de la banda.
Los ensayos y las grabaciones eran frecuentados generalmente por viejos conocidos, amigos de los músicos, y familiares. Lee era propietario de un estudio de grabación que como era de esperarse estaba equipado con la mejor tecnología. Era un sitio amplio que contaba de múltiples ambientes; incluyendo una terraza con paredes vidriadas donde nos aguardaba Roger. El músico llevaba su cabello plateado suelto, y su cabeza estaba coronada por uno de sus habituales sombreros —en las fotografías nunca lo había visto sin uno; podría decirse que dicho accesorio era considerado un rasgo de su personalidad—.
Roger tenía en la mano un enorme tazón de porcelana, donde a juzgar por el aroma que desprendía la infusión, debía tratarse de un delicioso té de limón. Lee fue el primero en saludar a su amigo recién llegado de Inglaterra con un abrazo fraternal. Con Ian nos limitamos a estrecharle la mano, ya que el aspecto del músico en persona era mucho más imponente que en los vídeos. Ambos nos presentamos, diciendo nuestros nombres, y sonriendo con cierta incomodidad.