The Strongest

Capítulo 15: El rey blanco

El silencio cayó de golpe.

Nihil dio apenas dos pasos fuera de las escaleras… y su cuerpo perdió toda fuerza. Lucy solo vio cómo sus rodillas cedían y, sin tiempo siquiera de llamar su nombre, él ya estaba desplomado contra el suelo de piedra blanca.

-"¡Nihil!"- su voz rebotó en los muros, tragada rápidamente por la inmensidad de la sala subterránea.

A metros detrás de ellos, Arthur se quedó helado.
No por el desmayo, sino porque, en cuanto el cuerpo de Nihil tocó el piso, una presión enorme, cayó sobre todo el lugar, como si la sala entera hubiera inhalado en silencio.

Aquel templo, tan simple por fuera, escondía en sus entrañas una oscuridad viva.

Lucy se arrodilló junto a Nihil, sosteniendo su rostro entre sus manos temblorosas.

-"Está respirando... Creo que solo se desmayó como antes... Eso espero."-

Tim no hacia mucho, como siempre. Observaba al rededor de la gran sala, no se podían ver las paredes debido a que no había ninguna fuente de luz.

Las escaleras por las que habían descendido parecían tan lejanas ahora… casi inexistentes.

El tramo final del descenso los había dejado en una sala descomunal, cuyos muros desaparecían en sombras profundas. En el centro, sostenido por cadenas que no se anclaban a nada, flotaba el rombo púrpura que latía como si fuera un corazón.

De cada uno de los cuatro lados de la sala, había un camino que conectaba con el rombo, justo en el camino del fondo, algo blanco se podía ver, parecía una fuente de luz, pero Arthur ya se había percatado de un 'aura' inmenso, que provenía de esa luz. Y era raro, ese aura no era Energía Nexus, ya que los humanos, a excepción de los rangos SS, no tenían los sentidos suficientemente desarrollados como para sentir la Energía Nexus de otros seres vivos, por más grande que sea, más bien, ese aura provenía del instinto de supervivencia de Arthur, provenía del MIEDO.

Y efectivamente, era un infernal: blanco, grotesco, un cuerpo humanoide, gigante, unos dos metros de altura, una cabeza negra semejante a una calavera, tatuajes o símbolos que formaban parte de su piel pálida, estos recorrían su cuerpo como raíces secas, pero lo que más llamaba la atención eran los cuatro brazos que tenía, estos permanecían inmóviles al lado de su torso.

El infernal no se movía.

No respiraba de forma visible, no tensaba sus músculos ni reaccionaba ante la presencia del grupo. Simplemente estaba ahí, erguido detrás del rombo púrpura, como si aquel lugar le perteneciera desde mucho antes de que cualquiera de ellos hubiera nacido. La luz blanquecina que emanaba de su cuerpo contrastaba con la oscuridad absoluta de la sala, proyectando sombras largas y deformes que se estiraban por el suelo de piedra.

Arthur sentía cómo su cuerpo le pedía retroceder. Cada fibra de su ser gritaba que ese no era un enemigo al que se enfrentara de frente, que no era una criatura para ser cazada. Aquello no era miedo común; era una respuesta primitiva, un recuerdo grabado en la sangre de la humanidad desde tiempos inmemoriales. El tipo de miedo que no se razona, que no se discute, que simplemente se obedece.

Apretó los dientes, intentando no mostrar debilidad. Lucy estaba demasiado concentrada en Nihil como para notar lo rígido que él se había quedado, y Tim… bueno, Tim parecía más interesado en observar el rombo flotante que en la abominación que lo custodiaba. Pero Arthur sí lo sabía: si esa cosa decidía moverse, no habría estrategia, ni rango, ni experiencia que los salvara.

Lucy pasó suavemente su mano por la frente de Nihil, apartándole mechones de cabello empapados en sudor. Su respiración seguía siendo pesada, como si su cuerpo aún estuviera luchando contra algo que no se veía. No era la primera vez que se desmayaba, pero esta vez era distinto. El aire mismo parecía presionar sobre su pecho.

-"Vamos… despierta"- susurró, sin darse cuenta de que estaba apretando un poco más fuerte su ropa.-"No ahora… por favor, no ahora."-

El rombo púrpura emitió una pulsación lenta. No era un sonido, sino una vibración sutil que se propagó por el suelo, subiendo por las piernas de Arthur y helándole la espalda. El infernal reaccionó… apenas. Uno de sus cuatro brazos se movió lo justo como para que Arthur lo notara, ajustando su posición como un rey que cambia de postura en su trono.

Y entonces, ocurrió.

Los dedos de Nihil se crisparon.

Lucy contuvo el aliento al notar el movimiento. Su pecho subió y bajó con más regularidad, y un leve gesto de tensión cruzó su rostro inexpresivo. Sus párpados temblaron, como si algo lo estuviera llamando desde lo más profundo de su conciencia.

Arthur levantó la vista de golpe hacia el infernal.

La cabeza negra, semejante a una calavera vacía, se inclinó lentamente hacia adelante. No fue un gesto brusco ni agresivo, sino uno cargado de atención. Como si, hasta ese momento, todo lo anterior no hubiera sido más que una espera innecesaria.

Tim tragó saliva.

-"Ah… creo que ya le caímos bien..."- murmuró, con una sonrisa nerviosa que no engañaba a nadie.

Y asi los minutos pasaron, Nihil, apoyado en el regazo de Lucy, mientras Arthur y Tim los custodiaban.

Fueron unos 20 minutos desde que Nihil se desmayó, hasta que de repente, el rombo volvió a emitir otro pulso, esta vez un poco mas fuerte.

Y gracias a eso... El cuerpo de Nihil reaccionó, primero fue tos, luegl sus ojos se abrieron.

-"¡Nihil!"- Gritaron todos al unísono

Nihil no se levantó de inmediato.

Permaneció unos segundos más tendido sobre la piedra fría, observando el techo invisible de la sala, como si necesitara confirmar que el peso que sentía en el pecho no era producto del cansancio, sino de algo más antiguo… más familiar. Luego, sin decir palabra, apoyó una mano en el suelo y se incorporó con una calma inquietante.

Lucy fue a decir su nombre, pero se detuvo.




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