"No todo aquel que me mira puede verme, ni todo el que cree conocerme sabe quién soy "
Hola mi nombre es Lisa y soy un licántropa, vivo con Lucia mi nana y mi padre. Mi madre murió hace años atrás, y bueno nunca supe como falleció.
Así que decidí preguntárselo a mi papá, pero cuando le dije el solo se quedó callado y se dirigió a su recamara.
Fui detrás de él y luego me percate que había sacado una pequeña caja, el cual miro dentro de ella, y luego vi que le salieron pequeñas gotas de sus ojos, las cuales caían por su rostro, me sorprendió mucho, ya que siendo su hija nunca había visto esa parte de él, así que me acerque rápidamente y lo habrase, y sin darme cuenta yo estaba llorando, él se sorprendió de mi acto y se agacho para quedar a mi altura, me beso en la frente y me dijo — no llores mi pequeña, ya estoy bien— después acerco la pequeña caja y de ella saco una foto, me la enseño, y al ver quien era me aferre más a él—ella es hermosa— alcancé a decir solloza.
Mi madre se parecía mucho a mí, su cabello igual que la nieve, su piel blanca y lo único que nos diferenciaba era el color de ojos, ella los tenia de un verde claro, en cambio yo los tenia de un azul claro, igual que en los de mi padre.
Actualmente
Tengo 20 años, soy una cantante, muy reconocida, llevo una pulsera para ocultar mi olor, ya que vivo entre lobos, pero a la vez con los humanos, y con respecto a la pulsera es para no atraer la atención de mi mate, ya que eso haría, que mi carrera como artista se acabe, además no me interesa en lo mínimo, el tenerlo secar de mi huele a problemas. Tambien estado pensado en algunas vacaciones, ya que ser cantante es muy agotador, estar viajando a cada rato y modelar para cada revista.
Ahora estoy volviendo a mi casa, para pasar tiempo con mi padre, a por cierto él es el alfa de la manada "Blue Moon", él se esmera mucho en cuidarme, es muy sobre protector que digamos, justo cuando era pequeña, para ir al parque, mi padre envió algunos guardaespaldas para que me cuidaran. Y bueno ahora no le e avisado a nadie que voy a volver, ya que les quiero dar una sorpresa.
Después de llegar a casa, me encontré con Lucia, mi nana, quien fue la primera en verme llegar, luego me dio un fuerte abraso, y yo gustosamente le correspondí.
—mi niña, pero por que no avisaste que vendrías— mi nana se mostraba muy sorprendida de mi regreso, bueno no la culpo ya que yo en su lugar tambien estaría así.
—bueno quería darles una sorpresa— digo un poco nerviosa, pero sonriendo.
Y luego me propongo a buscar a mi padre, —¿¿y mi padre??— le pregunto a mi nana, ya que cuando entre a su oficina él no estaba.
Antes de que contestara mi pregunta, alguien la interrumpe —ya llegué—
Esa voz se me hacía conocida, así que volteo para ver quién es, y veo a mi padre al frente mío, sin pensarlo más le doy un fuerte abrazo, y él me corresponde con un beso en la frente.
—hija¡¡ pero como, por que no me avisaste que venias hoy, hubiera mandado a mis guardaespaldas para que te recogieran del aeropuerto— en eso vi a mi papá, muy histérico, por ser sobreprotector conmigo, como si fuera una niña pequeña.
—lo mismo le dije yo, pero al parecer ella nos quería dar una sorpresa— dice Lucia, en un pequeño son de burla.
—no te preocupes papá, estoy bien, además ya no tengo 10 años para que me estés poniendo guardias a cada rato— dije, dejando un puchero.
—para mí siempre serás mi pequeña princesa— lo abrase por segunda vez, Y luego me soltó.
—bueno es hora de descansar, no lo creen??— al parecer mi nana tenía toda la razón, ya que me estoy muriendo me del cansancio.
—así es— respondo, y sin decir más, me fui a mi habitación, después de cambiarme de ropa, me tiré a la cama y caí en un profundo sueño.
...
Al día siguiente, unos golpes en la puerta de mi recamara hacen que me despierte —si, ¿quién es??— pregunto con mucha flojera —soy yo Lucia, tu nana— me levanté y me puse unas pantuflas blancas y abrí la puerta —buenos días nana.—
—Buenos días hija, como amaneciste hoy— en realidad estaba muy cansada ya que acababa de llegar de viaje, pero no quería decirle nada, ya que quería empezar un buen día, —feliz, por estar de nuevo en casa.—
—Bueno mi niña te me alistas para que bajes a desayunar,— después de que mi nana saliera, me dirijo al baño para asearme, luego me acerque a mi armario y me decidí ponerme unos jéans ajustados y una blusa que me quedaba hasta el ombligo. bajé al comedor, y vi a mi papá sentado leyendo el periódico y junto a él estaba mi nana desayunando.
—buenos días papá— lo saludo dando le un beso en la mejilla y me siento al costado de Lucia, —buenos días hija— en eso una de nuestras criadas se acerca a mi —buenos días señorita que es lo que desea desayunar— le doy una pequeña sonrisa y respondo —panqueques de avena, miel y fresas— y sin decir más, se fue a la cocina.
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Editado: 04.08.2021