The things that breaks heart

Capítulo 03

¿Mara o Sabrina?

Permanecen callados, mientras que a mi se me salen las lagrimas. La fresca imagen de mis amigas desangrándose aún sigue en mi mente. Estoy siendo invadida por el odio que ahora estoy desarrollando por ellos, además del miedo.

Si me pidieran algo, lo haría sin dudar. No quiero terminar igual que ellas.

Pasa el tiempo y mi mente se cuestiona si en verdad esto es real, si en verdad mis amigas han muerto. Me hace pensar en si todo esto es un sueño. Todo esto pasó demasiado rápido. Y si, aunque no tenga noción del tiempo, puedo decir que todo fue así de rápido.

—¿Cómo te llamas? —Esta vez el chico que ha estado conmigo días antes habla. Es el más parece interesado en que yo responda.

Siento un poco de presión por responder, su rostro hace que me sienta así.

—No lo sé. —Respondo, desviando la mirada al suelo. No me gusta que ellos me vean, me hacen sentir de una manera extraña…

—¿Por qué? —Hablan al mismo tiempo, el de lentes y el que me ha advertido que debo ser Sabrina.

—Yo…no sé —respiro y exhalo en silencio mientras que ellos esperan que diga algo más—. No recuerdo.

—¿Qué es lo que no recuerdas? —Es el más serio e inexpresivo. No quiero mirarlo para nada así que cierro los ojos cuando creo que se acercará.

—Nada de mí. —Suelto y la voz me sale cortada.

—¿Y de los demás? ¿Sabes quienes somos?

—No —admito—. Nada.

—¿Sabes que si descubrimos que si mientes podemos matarte? —Suelta con orgullo, un orgullo que me aterra. Lo que me hace pensar es que si que han pensado en qué situaciones me pueden matar.

—Lo entiendo.

—Si no puedes recordar nada, entonces ¿por qué dijiste que tu nombre es Mara?

Pienso en mis amigas. En la manera en que estaban tiradas en el suelo, en toda la sangre derramada. Cierro los ojos con más fuerza, evitando seguir recordando.

Tal vez aún podría estar bajo tierra y no aquí…

Muevo mi cabeza un poco, y no puedo evitar quejarme del dolor que causa hacerlo. Uno de ellos se acerca. Pienso en la posibilidad de que me de un golpe y cierro los ojos automáticamente.

Y como lo esperaba: me dio un golpe en la garganta, dejándome tosiendo. Puedo entender que no quieran que haga ruido, nada en lo absoluto y por eso es que decido retorcerse en silencio aunque sea casi imposible. Sé que nada bueno me traerá si no obedezco. No quiero que me pase nada malo, es lo único que quiero además de estar en un lugar seguro.

Abro los ojos después de haber calmado el cosquilleo en mi garganta. Puedo ver que ellas siguen ahí, tiradas en el suelo. Y esta vez puedo ver que en realidad no han muerto. Siguen vivas, retorciéndose de dolor, estando en sus últimos alientos. Y no puedo hacer nada por ellas….

Siguen intercambiando miradas, seguro que pensando qué es lo que van a hacer conmigo. Comienzo a sentir que esta situación cada vez tiene menos sentido. Cada vez que mi mente lucha por repasar lo que ha estado pasando en esta hora, lo veo confuso todo. Nada parece tener sentido.

—Bien, Mara —esta vez un chico de los que habían permanecido callados, habla. Se lleva la mano a su cabello castaño y lo acomoda. Sus ojos azules me quitan algo del temor que estaba acumulando, no creo que sea tan malo conmigo. O eso aparenta—. ¿Estás segura que no eres ella?.

—No lo sé…—Mi voz sale muy baja. Esto es demasiado complicado de adivinar. Que responda que no soy Mara no parece ser la respuesta. Y pretender que soy Sabrina es peor, no se si la buscan más que a Mara.

Pero confío en que se darán cuenta que no soy lo que buscan.

Una sensación de desvanecimiento me obliga a buscar apoyo en algo.

—Solo hay una manera de saber. —Esto no puede ser una buena señal, no sabiendo qué es lo que han causado hasta ahora.

Ellos se miran una vez más. Y yo cierro los ojos cuando terminan de hacerlo y me ven todos con toda su atención.

El chico se acerca a mi lado, no tarda en ponerse en cuclillas, con intenciones de decirme algo en el oído. No estoy lista para seguir conteniendo las lágrimas y el grito en mi garganta. No puedo con el dolor y miedo.

Mi corazón se acelera cuando no escucho nada en mi oído, no hay voz de él diciéndome algo como esperaba. Pero puedo sentir su respiración. Se separa siendo cauteloso. Yo lo sigo con la mirada, atenta, con lo poco de consciencia que que me queda.

Espero un golpe más, incluso uno más potente que el de hace unos minutos. Pero eso no ocurre…

No me queda otra opción que esperar algo. Permanezco sin ganas de moverme o de siquiera hacer un sonido, o de intentar hacer algo para escapar. Sigue siendo complicado tratar de entender cómo es que he llegado a este punto. Ya no recuerdo algo que me haga saber qué fue lo causó que nos hicieran esto.

Ellos llegaron y atacaron…

No los conozco. No tengo nada en mis recuerdos. Todo lo que viví antes de ser encontrada es vacío.

—Esto no ha terminado —ver su cara me hace querer vomitar , es el miedo que me causa ahora. Pensaba que todo estaría bien, justo como ellas me aseguraron. No esperé que nada me pasara. —. Tendrás que seguir cooperando con nosotros y mucho.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.