Cuando me centro un poco en como paso mi día a día, me doy cuenta de que en la mayor parte me pierdo en mis pensamientos.
Muchas veces pienso cosas negativas y no me doy cuenta de que procedo a enojarme por cosas que enrealidad no suceden por completo, solo me planteo situaciones y como he dicho la mayoría de estas no son positivas.
También pienso cosas positivas, mi principal enfoque cuando lo hago es Dios, el me da paz y me ayuda a vivir con alegría, gracias a el no he sido consumido por todo lo que pienso.
Hace unos años mi hábito más frecuente era pensar sin darle importancia a cuanto tiempo lo hacía, podía durar más de una hora haciendo una historia de magia y fantasía (la mayoría con un estilo anime), aunque nunca les daba un final, pero atraves del tiempo fui perdiendo mi inspiración y mis creativas fantasías pasaron a ser las pesadillas más grandes en mi alrededor.