The Vampire Diaries: Love Sucks [3]

CAPÍTULO 33

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 33:

Es hora

 

 

STEPHANIE SALVATORE 


Mystic Falls, Virginia 

 

—Tienes mi veneno. ¿Cuándo podré irme? —me pregunta la chica cuando le quito la máscara del rostro.

 

Ella hace una mueca con sus labios al sentir cómo le quito la máscara.

 

—Tan pronto como compruebe que funciona. —Etiqueto el frasco con el nombre de su manada antes de ponerlo con el resto.

 

—¿Y cuándo será eso? —me pregunta.

 

—Creenos, lo sabrás cuando lo veas —le dice Lizzie.

 

—Tiene que despertar a la Bella Durmiente, ¿verdad? —nos pregunta con un tono de diversión—. ¿Cómo lo van a hacer?

 

La observo con seriedad y ruedo los ojos.

 

—¿Sabes? haces muchas preguntas —le aseguro mientras de la mochila de Josie saco la jeringa con el antídoto para el veneno de los Ancestros.

 

Camino hacia el ataúd y clavo la jeringa en su pecho para que la cura llegue más rápido a su corazón. En segundo, abre sus ojos y me mira desorientada.

 

—Freya. —Le sonrío antes de acercarme a ella para abrazarla con fuerza—. ¿Estás bien?

 

—¿Conseguiste los ingredientes? —me pregunta, y yo asiento.

 

—Lo hicimos. —Señalo a Micaela y ella le sonríe levemente.

 

—Bien, tengo que empezar —murmura—. Si no puedo convertir todo esto en una cura... Elijah, Kol, Rebekah y Klaus morirán.

 

No esperaba esa respuesta salir de los labios de Freya, ella nos había dado la hoja con los ingredientes, pero los había dejado para el último momento y… luego sucedió algo…

 

 

 

Camino en dirección a la lavadora para poner mi chaqueta dentro, pero recuerdo que ahí tenía dos papeles de Freya Mikaelson antes de que se quedara dormida con sus hermanos. Reviso los bolsillos y no encuentro los papeles, así que corro en dirección a mi cuarto, pero retrocedo en seco al ver a los mellizos jugar con las pinturas que Hope les había regalado antes de desaparecer junto a su familia.

Jamás les había dado las pinturas, eran un recuerdo que pensaba atesorar por siempre, pero… ¿Cómo las consiguieron ellos? Necesito respuestas, entonces, me paro en el marco de la puerta y los miro con una enorme sonrisa sobre mis labios, a lo que ellos me responden con una seña para que me acerque.

—¿Te gusta? —me pregunta Grayson mirándome con sus ojos azules—. ¿No es bonito? Dibujé todo lo que dice el papel… —Me lo entrega.

Miranda sonríe y me entrega el otro papel.

—Yo no entiendo lo que significa esa palabra, así que pinté un hermoso cielo azul.

Gracias a la pintura, puedo ver del otro lado de la hoja, lo que decían los papeles.

—Todo muy bonito, chicos, pero no pueden ir tocando las cosas de su hermana mayor, ¿okay? —cuestiono alzando ambas cejas—. Si necesitan algo de mí, me dicen y yo se los daré.

—¿Quiénes son los Mikaelson? —pregunta Gray.

—¿Hope es la que nos regaló estás pinturas, hermana?

—Es una larga historia, pero… —Sonrío—. Yo les contaré…

 




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