Capítulo 51:
La oportunidad de salvar
Elijah
—Miren, chicos. Sé a lo que nos estamos enfrentando. —Escucho a Bonnie cuando llego a la iglesia—. Hay una facción de los nuestros, brujas. Han empezado a hacer sacrificios para los Ancestros. Ahora, son oscuridad, ellos están tan furiosos, son muy poderosos.
—Es una fuerza que mi familia y yo estamos aquí para eliminar —sentencio cuando entro a la iglesia y todos dirigen su atención hacia mí.
—¡No! —murmura Bonnie.
—Ahora, si no les importa, por favor. —Señalo la puerta—. La señorita Bonnie y yo tenemos mucho de lo que hablar.
—Está bien... Denme un minuto —les pide a los y las brujas.
Todos se levantan de las bancas y salen de la iglesia para dejarnos completamente solos. Me alegro que nadie más escuche esta conversación.
—Ahora que hemos dejado de lado la histeria innecesaria.Tengo mucho de lo que ocuparme, Elijah, sin cualquier problema que estés intentando traerme.
—Me necesitas —le aseguro mientras camino hacia ella—. Y, por suerte, tengo un largo historial de eliminar cualquier cosa indeseable.
—Probablemente, yo sea una de esas cosas de tu lista —señala con una pequeña sonrisa y luego niega—. Así que supongo que es mejor que trabaje sola.
—No es una oferta —le aseguro—. Todos están en peligro.
—¡¿Te importan las vidas de todos los que están en peligro?! —alza su voz molesta—. ¡¿Qué hay sobre Davina Claire, Elijah?!
Miro hacia un lado y luego vuelvo a poner la mirada en sus ojos.
—Así que, solo puedes verme como un tipo de asesino despiadado —murmuro—. Lo que pasó con Davina Claire ya está en el pasado.
—Sí. —Asiente rotunamente—. Sí, es verdad, está en el pasado. Sin embargo, Davina no recuerda eso. Ella no recuerda que murió de vieja y feliz con los que amaba, rodeada por ustedes y sus amigos.
Todo empieza a tener sentido.
—Seré cualquier cosa que quieras que sea, Bonnie Bennett. Seré el mismo diablo en persona, pero no te equivoques, violare todo lo sagrado bajo el sol en nombre de rescatar a los míos como sea —sentencio—. Y ahora mismo, según tú... te estás enfrentando a dos monstruos. ¿No estaría bien tener a uno de ellos a tu lado?
Ella se queda callada por largos segundos antes de mirarme fijamente.
—Vamos a hacerlo a mi manera —sentencia.
—Perfecto. —Asiento—. A tu manera, entonces.
—Bien. Para comenzar... ¿Dónde está Stephanie? —me pregunta, y yo frunzo el ceño.
—¿Qué pasa con ella? —le pregunto.
—Todos los que quieres, incluida tu familia, están involucrados. —Señala lo obvio—. Es evidente que necesitas su ayuda y recursos.
Me mantengo impacible mientras varias dudas aparecen.
—Stepahine Rose-Marie Salvatore no se involucrará en esto —sentencio—. Así que te pido que no la menciones más.
La puerta de la iglesia se abre de par en par y aparece Niklaus.
—No creo que esto sea lo prudente, hermano. Step tiene que morir, es la única forma que tenemos para sobrevivir —comenta él adentrándose.
Al parecer todos quieren que Stephanie muera menos yo.
—¿Por qué? ¿Acaso no te das cuenta lo que pienso hacer? —Le pregunto a Niklaus.
Él me mira y asiente.
—No pensé que...
—¿Qué cosa no pensaste, Niklaus? ¿Qué ella haría esto por Hope y nosotros? —Alzo un poco mi tono de voz.
—Estás siendo débil, Elijah. ¿Necesitas que te lo recuerde? —Se acerca a mí—. Porque puedo hacerlo y mostrarte lo que el amor puede hacernos. ¡El amor nos debilita!
—Hope no te debilitó —le recuerdo.
—Pero a ti sí —dicho eso, Niklaus toma mi mano haciéndome recordar el pasado.
“—Ni lo pienses, Elijah. No hay tiempo para el amor.
—¿Por qué dices eso, Niklaus? Tenemos mucho tiempo, una eternidad.
—La eternidad no es suficiente para curar a un corazón roto y Katerina causó eso en ti.
—¿Por qué me dices esto?
—Para que lo recuerdes. Siempre que pueda, te lo haré recordar: el amor nos debilita”.
—¡No es Katerina! —Le recuerdo—. Katerina nunca haría lo que Stephanie está por hacer.
—¡Déjale eso a Kol! —Chilla fuerioso—. Ella es su novia. No la tuya, hermano. Ella no es nada tuyo. —Me mira con seriedad ante la situación—. ¿O hay algo que no sé? Me parece que es eso... —Camina cerca de mí.
Me doy media vuelta y no digo nada al respecto.
Bonnie está escuchando y mirando toda la discusión.
—Claro, es eso. —Asiente más de una vez—. Como siempre pasa, los dobles y la sangre Petrova te vuelve loco. No probaste su sangre, pero aún así la deseas.
Decido no responder.