Capítulo 52:
Mi Jer de siempre
STEPHANIE SALVATORE
Cuando me pregunto quién ha estado en mi vida la mayor parte del tiempo, solo puedo pensar en un par de personas, entre ellas está Hope, Lizzie, Josie y Micaela. Por supuesto, también Enzo y otras personas más, pero ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea una hermosa despedida.
Estoy sentada junto a mi tío, pero él solo me mira con tristeza como si supiera que estoy tramando algo sin retorno. Tengo miedo de lo que él pueda decir, pero nada sale de sus labios hasta que emito un suspiro sonoro y es ahí cuando su voz aparece.
—¿Qué es lo que estás planeando? —cuestiona acariciando mi mano.
Niego.
—Nada, ¿por qué planearía algo, Jeremy? —Lo miro a los ojos alzando ambas cejas.
—Porque tienes la misma cara que hacía tu madre cuando tenía un plan —confiesa y luego niega—. Un plan de sacrificio.
Al escuchar lo que sale de sus labios, mi ceño se frunce.
—¿Un plan de sacrificio? —me atrevo a preguntar—. Tío, creo que estás alucinando. Jamás haría tal cosa y no creo que mamá…
Él me detiene y alza ambas manos en el aire.
—Tú sabes bien lo que planeas, pero quiero que tengas presente una cosa. —Vuelve a tomarme de la mano y me obliga a verlo a los ojos—. No dejaré que nada te ocurra. En mi presencia no harás nada que te lastime, ¿me escuchaste, Step?
Una pequeña sonrisa crece en mis labios al escuchar sus palabras y asiento, pero no digo nada, ya que no puedo hacer de esto una promesa.
Ya tengo pensado lo que haré y nadie me detendrá, no importa quién sea, no dejaré que me detengan.
—Jer, tranquilo —susurro con apenas un hilo de voz—. No quiero saber la razón por la que piensas eso, pero tranquilo, ¿sí?
—¿Me pides que me tranquilice después de escucharte hablar así? —Alza su tono de voz.
Llevo mi dedo índice a su boca para callarlo, ya que Hope está en el cuarto de al lado y no quiero que se despierte. Me aleja la mano y se pone de pie, lo sigo y trato de llevarlo a un lado donde nadie nos escuche, pero se nota que no quiere escucharme ahora.
—Jer —lo llamo desde mi lugar.
Él gira y me mira a los ojos.
—Step —dice mi nombre con tristeza.
Llevo mi dedo índice a mis labios y él niega.
—Por favor —le pido.
—No me pidas que me quede callado cuando podría salvar tu vida. —Se acerca a mí y me abraza con fuerza—. No nos dejes, Step.
Corresponde el abrazo que me brinda y no puedo evitar llorar sobre su hombro. Él se separa solo un poco y me limpia las lágrimas con su dedo pulgar, me dedica una sonrisa y lleva sus labios hacia mi frente, donde se queda unos segundos largos y luego se separa.
—No quiero dejarlos —anuncio asintiendo más de una vez—, pero no quiero que lastimen a los que amo. Tío, quiero vivir, pero no así.
—Todos hemos vivido así —reflecciona recordando el pasado—. Todos hemos perdido a las personas que amamos y más de una vez, esta no es una excusa. Tienes que seguir viviendo.
Lo miro a los ojos y asiento con una sonrisa.
—Lo haré, Jer. —Asiento más de una vez.
Sé que él no entiende lo que haré, pero no voy a cambiar de opinión. Debo hacer esto, ya lo he planeado.
—Ven, vamos a comer helado —murmura tomando mi mano para guiarme hacia la cocina.
Observo el lugar con derenimiento. Me siento extraña en este instituto, pero me gusta. Al llegar a la cocina, me siento y lo miro sacar los helados. Agarro un poco y comienzo a comer.
—¿Crees qué todo saldrá bien? —cuestiono dejando de comer por un instante.
Él me mira a los ojos y hace una mueca.
—No lo sé, eso nunca está asegurado, Step.
—Solo quiero despertar y saber que todos estarán a salvo, junto a mí. —Acaricio su mano con delicadeza.
Él asiente.
—La mayoría de nosotros hemos deseado eso, pero aquí estamos y seguimos luchando. Nunca te rindas, solo prométeme eso —me pide.
Lo suelto para seguir comiendo, pero no respondo su pedido hasta que me doy cuenta de que lo que pienso hacer es seguir luchando y no rendirme, asi que solo asiento y respondo lo siguiente:
—Así será, Jer.
Mi tío, después de terminar con el helado y la charla motivacional, solo se ha retirado a dormir; sin embargo, yo me he quedado mirando la pared en la espera de algún nuevo plan para lograr seguir con vida.
Escucho pasos y giro mi cuerpo para ver si Jer se había olvidado algo, pero me encuentro con Hope y me sorprendo. No esperaba verla ahora y a estas horas de la noche, se ve triste y aunque trata de ocultarlo sé que no está bien.
—¿Quieres helado? —le pregunto moviendo el contenedor.
Ella se acerca y se sienta junto a mí, me observa y luego al helado.
—Comiste helado con tu tío, ¿cierto? —Alza una de sus cejas.
Me sorprendo por su deducción, así que solo asiento.
—¿Cómo lo sabes? —me atrvo a preguntar.
Ella se encoge de hombros, pero luego ríe.
—Es que huele a él.
Ahora soy yo la que suelta una carcajada.
—¿Yo a qué huelo, Hope? —Como de la cuchara que había usado mi tío y le doy la mía a Hope—. Y no mientas.
Ella me mira y hace una mueca con sus labios, definitivamente ella está pensando en la respuesta. Supongo que no me va a mentir, pero nunca se sabe con Hope.
—Hueles a… —Me sonríe leve—. Tienes un olor a sandía con limón y un toque de frutilla y ahora… —Vuelve a hacer esa cara rara—. Hueles a tu tío.
No puedo evitar reír ante la información que me brinda, dejo de comer para lavar la cuchara y guardarla en su lugar. Ella imita mi acción y luego me mira de reojo, así que imito su acción.
—¿Qué pasa, Hope? —pregunto preocupada.
—No sé, creo que algo malo va a suceder, pero no sé qué —advierte con seriedad—. Hay algo en mí que me dice que todo va a cambiar y no para bien, Step.