Capítulo 58:
El pantano
Klaus
Observo llegar a Elijah; lo miro con seriedad. Estoy vínculado a los malditos Ancestros con el propósito de liberar a todos. El hechizo tendrá su tiempo y seguro ellos encontrarán el modo de conectar a otro de los Ancestros.
—Necesitas ir al pantano sin mí —le digo a Elijah con seguridad en mis palabras.
Su mirada me denota preocupación.
—¿Por qué? —me pregunta confundido.
No quiero que mi hija tenga que sufrir por mis decisiones. Lo mejor será seguir con el plan de Stephanie. No lo quería ver, pero ya es momento de aceptarlo.
—Llévate a Hope —le ordeno ignorando su pregunta—. Iré justo detrás de ustedes.
—¿Por qué? —repite.
Mi ceño se frunce al escuchar nuevamente esa pregunta, pero decido responderla.
—Mi hija casi muere por esas cosas más de una vez —le recuerdo—. Tengo que asegurarme de que la amenza hacia todos terminó. Sé que los Ancestros harán lo que sea para tener a otro Mikaelson a su poder. Todo esto ya lo hemos vivido. Davina se está vengando por lo que le sucedió en el pasado. Ella no recuerda todo lo que vivió después y menos su muerte. Es un fantasma y solo recuerda lo que desea recordar.
—No, sin mí no puedes —sentencia, y yo niego.
—Heramno, Stephanie te aborreve más que nada —le recuerdo con una pequeña sonrisa sobre mis labios—. Freya me ayudará aquí… Necesito saber que mi hija está a salvo. Tú, Bex y Kol pueden asegurarse de eso.
Me alejo de él y salgo del recinto no sin antes mandarle un mensaje a Freya para que nos reunamos.
—¿A dónde se fue Stephanie?
—Es un fantasma —me responde Freya—. Podría estar en cualquier parte y desde que sabemos que sigue queriendo sacrificarse por Hope. Es la única forma para salvarla de los Ancestros.
—Ustedes, los Mikaelson, siempre encuentan una manera para volver a la cima, ¿verdad? —me pregunta Gonzalo, y yo sonrío—. Y apuesto que tienen todo un plan pensado.
—A decir verdad, sí. Uno bastante festivo, de hecho. —Soy sincero, y él niega cansado—. Me encataría hablarte sobre el plan.
Gonzalo me observa con seriedad desde su lugar, luego mira a Freya y hace una mueca.
—Bien, si van a ayudarme a luchar contra los Ancestros, tendrás que saber contra qué estamos enfrentándonos —me dice mirando por unos segundos los mapas en las paredes con unos recortes—. Entra antes de que cambie de opinión.
Todos han estado trabajando duro para conseguir la información importante de los Ancestros en estos cinco años. Nadie habló de esto con nosotros, pero Gonzalo nos pondrá al día.
—Maravilloso —le agradezco antes de entrar.
—¿Y tus otros hermanos? —pregunta él—. Seguramente vamos a necesitar a toda la caballería.
Asiento más de una vez.
—Lo sé, pero no todos pueden estar aquí. Al menos, no ahora. Cuando sea el momento perfecto, aquí estarán —le explico—. Estoy conectado a los Ancestros por un hechizo. Stephanie, bueno, ya saben.
Él asiente.
—Está muerta —recuerda para todos—. Supongo que ahora tienes a dos de tus hermanos en tu contra.
—Son mis hermanos. Puede que estén en mi contra, pero al final del día, la familia es lo único que nos queda —reconozco.