Capítulo 64:
Un trato interesante
STEPHANIE SALVATORE
Miro a Davina llegar a mí. Me sorprende, ya que no esperaba verla aquí. ¿Qué es lo que puede llegar a querer?
—Me pregunto qué harán los poderosos Ancestros cuando se enteren de que has estado haciendo tratos con el enemigo —gruño mientras Davina me retiene contra la pared y mantiene su pulsera contra mi cuello.
La miro sorprendida sin poder creer lo que está haciendo. No esperaba esto.
—Tienes razón —murmura mirándome a los ojos—. Probablemente debería matarte.
Frunzo el entrecejo al escuchar lo que dice sobre matarme y alzo una ceja.
—Si me matas, nunca encontrarás a Hope —le aseguro.
Ella suelta un suspiro de frustración y hace una mueca con sus labios.
—Se me da bien encontrar lo que quiero —me asegura.
Al escuchar eso, asiento con la cabeza tan solo una vez, ya que sé que es verdad. Después de todo, ella era una de las más poderosas brujas en su tiempo. No me sorprende que pueda encontrar lo que desee en la actualidad.
—No lo dudo. —La tomo de los hombros y la hago retroceder—. Pero incluso si lo encuentras, te llevará una eternidad romper el hechizo que lo retiene, y eso asumiendo que no mueres antes a manos de mi familia. Por supuesto, si estuvieras dispuesta a hacer un trato…
—Bien —acepta y se mueve con rapidez para acorralarme de nuevo—. Tú lo dejas ir, yo te dejo vivir. ¿No te parece un gran trato? No necesitas a dos Mikaelson dándote vueltas como perritos, ¿o sí?
Hago una mueca con mis labios al escuchar lo que dice y niego más de una vez. no puedo creer lo que está diciendo.
—Pero, entonces, sufrirías la ira de tus brujos aliados —le hago ver—. Y odiaría verte convirtiéndote en su próximo sacrificio de sangre. —La vuelvo hacer retroceder—. Por supuesto... hay otra manera.
Observo sus ojos con una pequeña sonrisa.
—Te escucho.
—Tu mano sobre tu arma, expón a los aliados de los Ancestros y me aseguraré de dejarte aquí... ilesa. —La miro a los ojos—. Piénsalo. ¿No crees que sea una buena idea? —Ahora yo la acorralo.
Su mirada me deja en claro que no le agrada nada lo que le estoy diciendo.
—Puede ser… —responde.
—¿Qué pasa con Klaus? —le pregunto.
—Lo liberaré después de la fiesta —me asegura con un tono serio—. Después de todo, una guardiana es mucho más poderosa que un híbrido.
Asiento más de una vez.
—Bien… entonces, tenemos un trato. Luego de que yo muera, tú dejarás a todos en paz… los Ancestros dejaran en paz a todos —le pido—. No quiero que ellos tengan que sufrir por ustedes, ¿okay?
Ella asiente.
—Lo haré.